𝐎𝟓

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'Estoy volando, tan alto como un pájaro, pero mis alas revoloteantes no pueden detener que me derribes.
Estoy intentando no olvidar mis palabras, porque cuando estoy cerca de ti tiendo a cambiar mi opinión'







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Nadie tuvo la suficiente voluntad, la fuerza ni mucho menos pudo contener la emoción total de Alice cuando ésta vio entrar a cierta castaña por la puerta trasera. La chica, in fraganti, fue recibida por una sonrisa blanca, brillante y perfecta, de esas que solamente se pueden obtener haciendo uso de edición digital.

"¡Bella!" se había regocijado con su presencia "¡Dios mío, éste vestido es perfecto! Estás aún más guapa que siempre" Alice chilló, y los caireles de Bella se agitaron por el entusiasmo de la vampiresa sobre sus hombreras.

Bella nunca pudo escapar de las garras de Alice, pensó graciosamente Edward.

El cobrizo le dio una cálida sonrisa a su hermana menor.

Aparentemente, todo había vuelto a la normalidad.

Edward se sentía como un pez que vuelve al mar.

Hace unos días el vampiro se dio cuenta de que la extraña náusea que Bella le provocaba poco a poco se estaba yendo y, aunque claramente no por completo, Edward generó una gran resistencia. Ya podía abrazarla y besarla otra vez sin sentirse considerablemente enfermo.

Solo por eso, Edward estaba feliz consigo mismo.

En ese momento observó cómo Bella se había sonrojado ante algo que había dicho Alice y luego ésta se acercó para hablar a la pelinegra, quién no dejó de adularla y de destacar lo hermoso de su atuendo (claro, pues este había sido escogido por la morena). Alice se había prendado de ella como una especie de pulga, y después la chica humana saludó al resto de la familia, que poco a poco le dio paso.

Esme estaba tan fervorosa como siempre, ella fue la segunda en recibirla con el característico rasgo en la familia Cullen: el simulacro de la calidez humana en un solo abrazo. Posteriormente fue seguida por su esposo y compañero, Carlisle Cullen.

Esa tarde Edward le había pedido a su madre que cocinara la comida favorita de Bella y que avisara a toda la familia ya que esa noche invitaría a la chica, en su casa, a comer para celebrar.

Esme había estado encantada con la idea de usar el horno una vez más.

Por otra parte, hubo diferentes opiniones por parte de sus otros hermanos. Eran reacciones que, francamente, ya esperaba encontrar.

Aún así, fue extraño.

Jasper mantuvo su distancia, aún estaba avergonzado de su actuar en el pasado, y Bella aún era demasiado aromática para él.

𝙥𝙖𝙧𝙖𝙨𝙚𝙡𝙚𝙣𝙚 (𝗮𝗯𝗼𝘃𝗲𝗿𝘀𝗲)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora