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"¿Seguro que está bien?"

"Si... Ya se le pasará.". Respondió como si nada al coreano.

El delta se encontraba tirado bajo la sombra de uno de los árboles del campus, tenía un puchero en sus labios mientras maldecía a todo mundo, mirando al cielo.

"¿Cuánto tiempo dices que tardarán las olimpiadas académicas?".

"Una semana... MingHao me preocupa". Joshua sonrió leve y revolvió el cabello de su novio buscando tranquilizarlo, sin embargo la rabieta del mayor de todos los sacó de su mundo.

Era lunes y SeokMin se había ido de viaje, de parte de la escuela, pues se trataba de las competencias entre varias instituciones para determinar cuál tenía el mejor desempeño académico, el omega había sido uno de los elegidos por su buen promedio e inteligencia. En realidad, todo esto no tenía nada de malo, es más, era algo muy bueno para el menor, sin embargo, no habían pasado ni tres horas desde que se fue y MingHao ya lo extrañaba a morir.

"¿Tienes que ir?". SeokMin rió por el puchero del dramático de su novio.

"Solo es una semana, se pasará rápida". Acarició la mejilla del mayor mientras éste abrazaba su cintura.

MingHao hundió su rostro en el cuello ajeno haciendo berrinche, desde esa vez que le hizo el amor al menor no podía estar mucho tiempo lejos de él. Se había vuelto más empalagoso y cariñoso, esto no le molestó a SeokMin, al contrario, le encantaba. Sin embargo, ahora el delta no quería dejarlo subir al autobús donde ya estaban los demás estudiantes que también participarían en el evento.

SeokMin jaló de la chaqueta del mayor atrayéndolo a sus labios, lo besó de manera tierna y lenta, MingHao correspondió mordiendo el labio inferior contrario antes de separarse.

"Deséame suerte". Dijo con una sonrisa el omega caminando al autobús.

"No la necesitas". Gritó con una sonrisa viendo al menor subir y sentarse junto a la ventana del autobús. Su sonrisa se borró al ver a YangYang sentarse al lado de SeokMin, pareció que intercambiaban unas cuantas palabras que obviamente no pudo llegar a escuchar.

Iba a gritarle pero justamente el transporte arrancó dejando al pelinegro hablando solo.

Suspiró, sería una semana muy larga y difícil para MingHao.


😶


"¡¡Lo extraño!!". Pataleó mirando su celular, siempre reaccionaba así cada vez que SeokMin le mandaba una foto, posando en diferentes partes del lugar donde estaba.

"Ya casi acaba la semana, no seas exage-". SehYoon fue interrumpido por su omega.

"Yo también extraño a Minnie". ByeongKwan tenía un puchero en sus labios observando el celular de su hijo, mirando la foto de su hermoso nuero. "Escuché que la mayoría de los chicos que van a esas olimpiadas son alfas bastante guapos, qué tal si me lo quitan".

"¡Omma! ¡No ayudas!". Lloriqueó el delta.

El alfa rodó los ojos prefiriendo mejor quedarse callado, solo perdía su tiempo al tratar de tranquilizarlos.

💣

"Gracias". YangYang le sonrió levemente mientras el menor tomaba su maleta. Ya habían regresado de las olimpiadas, el alfa ya se había disculpado con SeokMin, le explicó sobre XiaoJun y que él era su destinado.

"¿No quieres que te acompañe a casa? Ya es tarde...". Recibió una negación del omega.

"No gracias, iré a casa de MingHao primero". Le sonrió. "Nos vemos luego YangYang". Y echó a correr en dirección a la casa de su delta.

Cuando llegó a su destino estaba jadeando por la carrera, se extrañó al ver las todas las luces apagadas por lo que tocó el timbre y después de esperar unos segundos siguió sin recibir respuesta.

Mordió su labio pensativo antes de tomar la llave escondida en la maceta de por ahí cerca que MingHao le había mostrado hace unos días. Al abrir se quedó en shock, el aroma fuerte de café amargo invadió sus fosas nasales haciendo que sus piernas tiemblen tal cual gelatina.

Cerró la puerta tras de sí y se recargó en ella, a pesar de sentirse mareado no pudo evitar caminar rápidamente a las escaleras, quería más de ese delicioso aroma, mucho más.

Llegó hasta la habitación de MingHao y entró silenciosamente, ahí estaba su delta, acostado en su cama, con solo un bóxer mientras que su cuerpo estaba cubierto con una ligera capa de sudor, las sábanas estaban hechas un desastre al igual que algunos muebles a su alrededor.

La entrada de SeokMin inconscientemente comenzó a lubricarse, dejando así, escapar un intenso aroma a vainilla. Aroma que no tardó MingHao en percibir, miró a la puerta jadeando al ver al único dueño de sus pensamientos en ese momento.

A la velocidad de la luz llegó hasta quedar enfrente del omega, hundió su rostro en el cuello del menor y aspiró profundo la vainilla.

"HaoHao~". Gimió SeokMin.

𝐝𝐞𝐥𝐭𝐚 𝐞𝐬𝐭ú𝐩𝐢𝐝𝐨 - 𝐬𝐞𝐨𝐤𝐡𝐚𝐨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora