♡♡④ | Eres muy amargo

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Con ojos cansados, Zayn se estiró bajo el montón de sábanas sobre su cuerpo, se irguió un poco para sentarse, pero unos brazos lo rodearon por el torso y lo volvieron a acostar sobre la cama.

El pelinegro abrió los ojos de golpe y corrió los brazos de quién sea que fuese y se levantó de dónde se encontraba.

Al principio se sintió confundido y se preguntó quién era ese omega con aroma tan dulce que se frotaba el sueño de los ojos con un mohín adorable.

Luego recordó lo que había pasado la noche anterior y se sintió abrumado.

—Yo... ¿No estaba durmiendo en el suelo? —preguntó Zayn, aunque fue más para sí mismo.

Niall se acomodó en la cama para sentarse con la espalda contra la pared, y le dedicó una pequeña sonrisa.

—En la madrugada no podía dormir, te pedí que vengas a la cama conmigo —dijo, y el rubor en las mejillas del omega hizo que el rostro de Zayn se sintiera caliente.

Sin decir nada, el mayor se frotó el rostro y salió del cuarto para ir a la cocina, y encender la luz antes de prepararse el desayuno.

No había terminado de hacer su café y Niall lo estaba mirando desde el umbral con ojos hambrientos.

Zayn al verlo lo primero que pensó fue en mandarlo a la mierda y que no le prepararía el desayuno, tenía suficiente con que el chico se quedara en su casa y tenga que usar su ropa, pero al abrir la boca, las palabras que surgieron fueron totalmente diferentes:

—¿Qué quieres comer?

Niall intentó reprimir una sonrisa.

—¿Te molestaría que hiciera mí desayuno yo mismo?

Zayn estaba un poco sorprendido.

Tiempo atrás había estado en una relación con una omega, la chica era tan inútil y poco independiente que sacaba de quicio a Zayn. Luego de eso creía que todos los omegas eran iguales, después de todo, su instinto era depender de un alfa.

—¿Podría? —la pregunta de Niall hizo que Zayn reaccionara, moviendo la cabeza para despejarse.

—Si, si — dijo— No rompas nada.

Minutos después, cuando Zayn ya tenía su café y un paquete con algunas galletas, se sentó en la mesa para disfrutar de su típico desayuno.

Vio a Niall cocinar algo que superaba sus habilidades culinarias, pero notó que usaba huevos y algo de queso, y a parte, calentó leche, rebuscó un poco en la alacena antes de preguntar:

—¿No tienes chocolatada?

Zayn rio un poco.

—Niño, gasto mí presupuesto en café, es lo único que me mantiene con vida. No gasto en chocolatada porque no me sirve.

Vio a Niall mirándolo con una mueca.

—Creo que eres muy amargo, te hace falta chocolatada.

Zayn sólo rodó los ojos.

A los pocos minutos Niall había terminado de hacer su desayuno y se había acomodado en la mesa para comerlo, pero en cuanto se sentó, Zayn se levantó sin decir nada y volvió al cuarto.

La seriedad del chico pelinegro hizo que Niall se preguntará si al otro le molestaba su presencia allí.

Y entendía perfectamente que era sumamente irritante que una persona ajena se instalará en tu casa para usar todo lo que el propio dueño usa.

Recordó a su "nueva mamá" y lo idiota que había sido cuando apareció en su casa.

No quería hacer lo mismo que esa arpía, y no pudo evitar compararse con ella, cosa que lo hizo sentirse mal.

Se había quedado pensando en eso mientras revolvía lo que había preparado con el tenedor, en ese momento, Zayn regresó del cuarto y se acercó a la mesa al notar el aura del otro.

—¿Pasa algo?

Niall alzó la vista, mirando a Zayn a los ojos sin expresión alguna.

—Perdón por venir aquí —dijo— Sé que es muy maleducado de mí parte y que estás en todo tu derecho a sacarme a patadas, pero eres muy amable y no lo has hecho todavía, gracias por eso.

Zayn frunció un poco el ceño, reconociendo que Niall tenía razón, pero, simplemente, él no podía hacerlo, no podía sólo echarlo.

—Está bien, Niall —dijo, el otro no dijo nada— Escucha, iré al trabajo ahora, no volveré hasta la noche, luego de ir a la universidad, estarás sólo.

>>Hay una copia de la llave de la puerta en el segundo cajón de ahí —señaló a unos cajones bajo la mesada de la cocina— Por si necesitas salir.

>>Hay comida de la mía por ahí también —dijo, tomando el bolso de la universidad.

—¿Cómo es 'la comida de la tuya'? —preguntó Niall, confundido.

—De la instantánea —dijo Zayn, con una sonrisa ladina, lo que hizo sonreír a Niall.

Zayn abrió la puerta, al salir, saludó con la mano al otro chico y luego giró la llave antes de caminar por el pasillo hasta el ascensor.

Zayn trabaja seis horas todos los días en un supermercado a unas cuadras de su departamento, aunque su trabajo era reponer productos, terminaba limpiando los pisos, o ayudando a alguna persona mayor a cargar las compras hasta su coche.

Aunque en ese momento no había gente para ayudar, ni productos para reponer, ni más para limpiar, así que sólo se había quedado sentado en un rincón del lugar cerca de las cajas registradoras con un libro que sólo leía para perder el tiempo, porque ni le estaba gustando.

De repente el libro desapareció de sus manos y alzó la vista con el ceño fruncido hacia el chico de piel clara y cabello castaño que lo miraba con una sonrisa molesta.

—No te canses de trabajar, Malik —dijo.

—Oh, nunca, señorito Styles, no quiero que te arruines tus uñas haciendo algo —sonrió con sorna.

El chico respondió con un 'Já' y le devolvió el libro, pero Zayn no continuó con su lectura, pelear al nieto del dueño del supermercado era más entretenido.

El joven era un omega, aunque no lo parecía en ningún sentido, su actitud era digna de un alfa malhumorado todo el tiempo, su forma de ser casi siempre era detestable, y tenía más fuerza en un brazo de Zayn en todo su cuerpo.

Zayn sabía que el chico usaba supresores y perfumes para tapar su olor, y si no le hubieran dicho que en realidad era un omega nunca lo hubiera sospechado.

—¿Haz hecho algo más interesante que pintarte las uñas de otro tono de celeste, Harry?

—¿Y tú? ¿Algo más aparte de dormir en la biblioteca y luego fingir poder leer al revés?

La contestación hizo que Zayn frunciera el ceño, no pudo decir nada unos segundos por una leve vergüenza.

—¿Quién te lo dijo? —dijo, de forma brusca y rápida, haciendo que Harry riera un poco.

—Louis —dijo el chico de forma automática, pero por la expresión de Zayn se dio cuenta que no había sido claro— El bibliotecario de tu universidad, es mí amigo —dijo— Podría saber hasta cuántas horas duermes allí se lo preguntará.

Zayn negó con un suspiro, pensando que ya no se podía confiar en nadie.

—Ya hablamos suficiente —dijo sin más, volviendo la vista al libro, lo que hizo a Harry reír.

El chico, a pesar de tener esa actitud, sabía cuando no tenía que molestar y tampoco era insistente, cosa que a Zayn le parecía más que perfecto.

Harry sólo se alejó del pelinegro para recorrer el supermercado para asegurarse que todo estuviera en orden, aunque siempre rebuscaba algo para gritarle a alguien.

En cuanto terminó su turno, Zayn se dirigió a la sala privada del personal, para dejar el delantal con el logo del lugar y tomar su bolso de universidad, sin decir nada salió del supermercado para caminar treinta minutos hasta la universidad.

Notó que había autos oscuros manejando a baja velocidad por las calles, algo que lo inquietó un poco pero no le dio mucha importancia.

Delta | Ziall ɞDonde viven las historias. Descúbrelo ahora