~6~ Tiempo para los niños

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Para algunas personas, el sábado resultaba ser un día de relajación y descanso ya sea de estudios o trabajo. Lo contrario de quienes aún laboraban en ese día como uno más de la semana. Obvio en la empresa los fines de semanas no se trabajaban. Pero cuando eras la secretaria/asistente del jefe, mayor accionista, presidente de múltiples empresas nacionales e internaciones. Resultaba inevitable el trabajo en exceso.

Si el actual trabajo me resultaba agotador. No me imagino lo que el señor Thoth pasa a diario. Tanto que traslado el trabajo a la casa. Su casa.

–Tercera vez en este lugar. La última no fue por trabajo y con un lindo recuerdo.

>>Pero sí que comimos bien. Y no fue la comida<<

Me di un golpe mental ante la perversidad que pensaba. Caminado por el sendero de la entrada hasta la puerta principal de la mansión que solo podía obtener en sueños.

Chequeando los documentos por tercera vez, me asegure de que mi uniforme se mantuviera impecable, listo para tocar el timbre de la puerta antes de que una niña me detuviera a mitad del acto.

–No lo hagas.

Como una película de suspenso, dejo una mueca en su rostro corriendo en dirección opuesta a mí.

Sin comprender la advertencia, la seguí hasta la parte trasera de la mansión, donde se reunió con un niño de mayor edad, en el cajón de arena; quien jugaba en la consola portátil sin prestarle atención.

–Hermano. Encontré a una mujer. Una muñeca grande.

–Vanellope. La primera regla es no hablar con extraños.

–Pero ella iba a tocar el timbre e interrumpir a papá y mamá

–La hubieras dejado.

Expulso un gruñido ante la molestia de perder en el juego. Observando a la pequeña antes de fijarse en mí.

–¿Se le ofrece algo señora?

Una estaca en el corazón me impacto de inmediato al ser llamada señora. Apenas tenía dieciocho años y un niño ya me trataba de mujer mayor.

La mirada que no se apartaba de mí, no expresaba emoción alguna que no sea disgusto y molestia. Para un niño esa clase de gestos no encajaban.

–Hermano. Es la mujer que te dije.

–No me parece una muñeca. Es mayor y horrenda.

Regreso la mirada a la consola, devolviéndole la mirada penetrante a causa del comentario hiriente.

–A mí me parece bonita. Ella será mi hermana mayor.

Con alegría y una caminata tiernamente infantil, tomo mi mano para que la siguiera hasta la caja de arena y le hiciera compañía.

–Deja esa cosa donde la encontraste. A nuestros padres no les gustara vernos con un desconocido.

–Disculpa niño pero no soy una desconocida. Trabajo para el señor Thoth.

Contuve el desagrado que me causo la manera de referirse a mí.

–Peor aún.

Por un momento, alzo la vista para analizarme, ignorándome de inmediato y volviendo al juego.

>>¡Maldito niño malcriado!<<

–No seas grosero hermano.

Inflando las mejillas, la pequeña de cabello castaño oscuro; sujetado por dos coletas, clavaba la mirada cielo sobre quien resultaba ser su hermano mayor; un niño de diferente aspecto y rasgos a los de su hermana. A simple vista era una copia infantil del señor Thoth. Cabellera negra; cejas semi gruesas, nariz empinada, labios gruesos y ojos color jade. Sin duda alguna, su hijo.

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⏰ Última actualización: Mar 24, 2022 ⏰

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