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El ambiente resultaba tensamente sofocante. Peor que cuando estábamos comiendo sin decirnos nada.
Mientras el conducía, mis manos se helaban por los nervios de tenerlo cerca. La mente, traicionera más que mi aliada, repetía las palabras que una vez expulso de sus labios carnosos, que ahora se encontraban cerradas junto a un rostro serio y nada expresivo.
Atenta a esa parte del rostro, me encontré mirándolo sin desprender la vista. Preguntándome si realmente quería salir conmigo o resultaba ser una venganza contra su ex esposa. Cualquiera de las no me agradaba.
La última cosa que no necesitaba en este momento, él lo quería conmigo.
-Hace que me sienta nervioso.
Reaccione ante la mirada postrada en él. Notando la silueta curveada en sus labios.
-Lo lamento. No quería ofenderlo.
-No. Nada de eso. Que lo haga me dice que está interesada en mí.
-Realmente no es eso.
Dirigí la mirada a través de la ventana, percatándome que el auto se estacionaba cerca de la acera.
-¿Qué pasa?
-No lo estas aceptando.
Sujetando el volante con fuerza, deslizo las manos hasta lo alto, suspirando; dejando caer la frente sobre ellas.
-No soy lo suficiente para ti. Por eso te niegas a estar conmigo.
-Absurdo.
Mire al frente. Volteando la cabeza para observarme.
-Eso mismo digo yo. Tengo todo para complacer las expectativas. Soy independiente, manejo mi propia empresa, no me falta el dinero, puedo darte lo que sea. Solo pido que me aceptes.
-No es eso. No me estoy fijando en nada de eso señor. Me daría igual si tuviera o no una empresa o si ganara un buen salario. Logre independencia. No necesito fijarme en eso. Es solo que usted está ignorando dos puntos clave. Dos cosas que no encajan aquí.
-¿Es el hecho de que sea tu jefe?
Asenté con la cabeza, reincorporándose en el asiento.
-Eso no importa. Puedo mantener el trabajo y mi vida privada dividida. Lo hemos estado haciendo.
-Aun si se pudiera, la empresa tiene políticas claras.
-Soy el dueño. El presidente. Mayor accionista en la junta directiva. Si te incomoda, puedo trasladarte a cualquier otra empresa bajo mi mando.
-Sería lo mismo. Usted sigue siendo el Ceo.
Suspire antes de voltear a mirarlo.
-Suponiendo que eso no fuera un problema. A usted realmente no le gusto. Tal vez el interés que pone sobre mí es con una intención oculta. Como el darle celos a su ex esposa o para no sentirse solo ante la presencia perdía.
-¿Por qué no puede creerme?
-¡Porque es demasiado bueno para ser cierto! Mi jefe. El ceo de unas empresas regadas por el mundo. Un billonario de prestigió, catalogado por distintos medios. Está interesado en una secretaria suplente de clase baja que lo ayudo cuando lo necesitaba.
Exaltada, resople colocando mi cabello detrás de la oreja, tratando de encontrar algo de paciencia o tranquilidad.
-Señor. Pare con esto. Siendo sincera. No creo estar lista para una relación ahora. No acabe de salir de una para entrar a otra.
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Ámame Ceo
RomanceDanna Amador es una chica de 18 años que realiza sus pasantías de medio tiempo en "Aniaxcorp." a quien se le presenta la oportunidad de reemplazar por un mes a la secretaria del dueño de la compañía; El señor Ryans Thoth, un hombre de 33 años dedica...