Capítulo 1 [CORREGIDO]

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Dejo el móvil a mi lado y el ordenador capta toda mi atención, decidida a buscar a ese futbolista que tanto me gusta. Cargo el Facebook, bien podría hacerlo desde el móvil, pero lo prefiero así. El móvil a mi lado no paraba de vibrar, y para cuando me quise dar cuenta ya tenía casi doscientos mensajes en el grupo de WhatsApp de amigos. "Dios mío, se aburren demasiado" pienso. Leo un poco por encima lo que dicen, no sé qué de un accidente de coche de no se quién en una serie televisiva que casi todos siguen. En fin, no me entero de nada.

Pongo el móvil de nuevo sobre la cama para empezar mi búsqueda. Tras media hora en la labor, al fin, ahí estaba él. Obviamente era él, pues las fotos lo corroboraban pero, ¿era esa realmente su cuenta o sería una FanPage?

Daniel Vasil, le había descubierto años atrás y me había enamorado de él como un tonto de un lápiz. Di un ligero click, como temeroso, sobre el botón "Añadir a mis amigos", con una pequeña esperanza pero la idea clara de que si era realmente él, jamás me añadiría a sus amistades de la red social. Al fin y al cabo, solo era una loca más de tantas, de esas que siguen todos sus movimientos y a las que se les caen las bragas cuando ven su sonrisa.


No contenta con haber hecho el ridículo dándole a agregar, mi ingeniosa mentecita tiene que enviarle un mensaje. «Hola, Vasil, soy fan tuya desde hace años. Aunque una cosa te dejo clara, no soy la típica niña tonta que va a los entrenes y te siguen a todos lados gritando "¡Vasil quiero un hijo tuyo!" o "¡Te cambio tu camiseta por mi sujetador!". No, yo estoy mucho más loca que eso, así que esa etapa quedó atrás en mi vida jajaja. Dios, creo que, si eres realmente tú, te vas a asustar, y si no lo eres, me vas a agregar solo porque estoy loca y puedo ser un polvo fácil. Solo, (si no eres un violador) agrégame ¿ok? Un beso ídolo!!» escribí.

Estuve navegando un rato por Internet, escribiendo otro tanto y escuchando a mis amados Zero Assoluto, cuando de pronto, un sonido por encima de la música proveniente de mis auriculares hace que pegue un bote sobre la cama. Son las doce de la noche y todo esta en silencio. Con el corazón a mil, llevo el cursor hasta la pestaña del Facebook y entro. En un primer momento, no me lo creo. Es realmente imposible. O no, si es un violador. Daniel Vasil me ha agregado, casi llorando, lo pongo de inmediato en el grupo de amigos, consiguiendo que mis dos mejores amigas llenen el grupo con miles de emoticonos de cabreo. Sé lo que piensan, que no está bien, que no es él, que me puedo meter en un lío... Para tener 16 años son demasiado maduras. Pero yo quiero creer aun que la infancia no se nos ha escapado de las manos, que podemos creer, que todavía podemos soñar. Quizá todo sea un sueño y estemos amargando nuestro propio sueño con deberes y tareas.

Hola. ¿No te has asustado de mi súper presentación?, bromeo.

¡¡Noo!! Jajaja. Me gusta correr riesgos. Las pelis de miedo me encantan.

Uyuyuyuyuyyyy. Quieres ir de machito conmigo, ¿o qué?

Quizás, aun no lo sé.

Mis manos temblaban, apoyadas suavemente sobre el Mac. No sabía qué decir o hacer. Estaba nerviosa. Si era él, era increíble que me estuviese diciendo esas cosas. Si no era él... Bueno, tendría que pensar en eso con más calma.

Oye, Victoria, me tengo que ir.

Jo, vale, contesté indignada por lo corto de la conversación.

Se desconectó y volví a mi escritura, siempre con Sotto Una Pioggia di Parole en mis auriculares. A los pocos minutos, otro aviso del Facebook me desconcentró. Entré en la página y vi que Carlos, mi ex, me había hablado. "Maldito sea. No sé entera ni a golpes de que no quiero saber nada de él" pienso.

Hola peque. Te he visto conectada aquí (que raro en ti jajaja) y como en el WhatsApp me tienes bloqueado... Cielo, quedemos mañana para tomar algo, vale. Un Frappe, que te encanta. Te quiero, perdoname, ¿si?

¡CARLOS! Joder, pilla las malditas indirectas. Si no te he bloqueado ya aquí es por tu hermana. No pienso ir a tomar nada contigo. Y dejame en paz, de verdad, no quiero saber nada de ti. Haberte pensado las cosas antes.

No me di cuenta de que había recibido otro mensaje mientras escribía hasta que me calmé y volví a posar mi mirada sobre la pantalla. Resoplé, segura de que se trataba de Carlos.

El corazón se me paró.

Mañana. Misma hora. Mismo lugar.

Daniel Vasil me pedía un segundo día. Suspiré, tratando de creérmelo, en medida de lo posible. Apagué el ordenador y cogí mi móvil. Decidí no contarles nada a mis amigas, aunque no lo pude evitar. Varios "estás loca" me llovieron desde el grupo. Pero, pese a todo, no pudieron evitar cotillear como alcahuetas. Después de 15 minutos riéndome de las tonterías que se les ocurrían, silencié el grupo y abrí chat privado con Carol.

Tata, dije únicamente.

Victoria TEN CUIDADO. Es peligroso. ¡¡Ni si quiera sabes si es él!!

Genial, al día siguiente tenía bronca. Carol era como mi hermana, confiaba mucho en ella y encima era muy dulce con todo. Menos con las tonterías que yo podía llegar a hacer. Escurrí un poco el bulto y, ya de paso, cambié de tema.

Carol, lo sé, pero también sé que si no lo intento nunca le conoceré y sabes que es mi sueño. No me voy a dejar engañar tan fácilmente, ¿ok? Confía en mi, no te preocupes. Oye, mañana es miércoles, ¡¿qué toca?!

¿¿¿Miércoles ya??? Weeee. Pues castellano, informática... No me acuerdo xD. Ah, y hay examen!! ;)

EXAMEN??!? Y ME LO DICES A LAS DOS DE LA MAÑANA???, fingí, pues lo sabía de sobra. Solo bromeaba, ya que ese año pasaba absolutamente de valenciano, asignatura que había fastidiado nuestro miércoles con un examen. No es que suspendiera, es que el profesor era tan sumamente blando que se aprobaba sin estudiar.

¡Vicky! ¡Tienes que estudiar si quieres aprobar!

Ea, ahí le has dado, yo no quiero aprobar jajajja. Venga, va, sis, bona nit, que tengo sueño.

Apagué la lamparita de noche y me dispuse a dormir. Había sido un buen día, yendo a clases había estado escuchando una canción antigua, Let Get Excited, de Alesha Dixon y eso me había cargado las pilas para todo el día. Una canción positiva para un día espléndido, y eso que a primera hora tenía valenciano. Un día espléndido, sí, no como la clase de historia... Qué asco le tengo a esa asignatura. Bueno, al profesor, la historia me encanta.

Sumergida en el repaso de mi día me quedo dormida sin darme cuenta, con la canción de Zero Assoluto resonando en mi cabeza.

Sin miedo a nada [EN PROCESO DE CORRECION]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora