No sé que meter en la maleta, toda la ropa me parece insuficiente para pasar un fin de semana entero con mi ídolo. Insuficiente, fea, poca cosa... Determino coger mis cuatro pitillos favoritos, un pantalón campana en tela de gasa y una falta corta acampanada negra. Lo conjunto todo con un par de camisetas y camisas por pantalón y cojo una sudadera de gatitos para ponérmela con la falda negra y las converse del mismo color, no sin olvidarme de mis medias en negro opaco y transparente de gato. Cojo también mis botines nuevos, algunas manoletinas (aunque no las usaré porque las odio) y un par de zapatillas. Meto todo en la maleta junto con la cámara y su cargador y mi maletín de maquillaje para viaje. Preparo a parte unos jeggins rojos, una camiseta de los Rollings y mis botas de motero con cordón.
¿Me has echado de menos? Cielo, no me has dicho, ¿cómo reconozco mañana a tu amiga?
Muchísimo. Es verdad, tiene un Fiat 500 rojo.
Dani se despide, pues el sueño en los dos es demasiado grande, pero yo continúo guardando cosas hasta que a la una me doy cuenta de que estoy tan cansada que podría meter en la maleta sin percatarme si quiera a Fuji, nuestro cachorro blanco mezcla de labrador con lobo ártico.. Me meto en la cama y me pinto las uñas de mi color favorito, el color de la manzana Red Delicius, y me duermo sonriendo, con miedo y muchos nervios. Me duele el estómago a causa del remolino de contradicciones que hay en mi cabeza.
Me despierto a las seis, una hora antes de lo normal, ansiosa, activa, justo como me siento los días que tengo excursión. Aunque hoy mi excursión es personal. Por fin voy a ver a ese chico con el que llevo un año hablando, el mismo que me ha enamorado a través de una pantalla. Tengo miedo en el fondo, miedo porque aunque deseo creerlo con todas mis fuerzas, no me entra en la cabeza que sea Vasil quien me escribe desde el otro lado de la conversación cada día, incluso cuando le araña un par de minutos al reloj los días de concentración con su equipo, esos días en los que no tiene tiempo de emergerse en otro pensamiento que no sea el partido, justo esos días que no espero un mensaje suyo y me sorprende con un ''no paro de pensar en ti, hablamos mañana a primera hora, pequeña''.
Me ducho intentando no mojar mi cabello (lo cual es difícil estando más dormida que un perezoso en hibernación) sin prisas, aunque no con calma. Me preparo para salir lo antes posible de casa (dentro de un espacio temporal ''normal'' para mis padres y hermana, lo que viene siendo entre las ocho menos diez y las ocho menos tres) deseosa de que lleguen ya las ocho de la mañana, hora en la que supuestamente entraría al instituto si fuese a él. Por suerte Vane ya ha acabado el instituto y ahora estudia a distancia en Harvard un grado de Matemáticas. Menudo cerebrito ella, yo estaré feliz con que me admitan en psicología en la universidad pública de Valencia, pues es lo que más me ha gustado siempre.
Mi amiga Pili está frente a la puerta del instituto. Llego hasta ella y nos vamos a por nuestro zumo mañanero en la cafetería frente al instituto. Mientras disfrutamos del zumo natural de naranja en los dos minutos que quedan para que suene la primera campana del día en el centro, le comento a mi amiga los detalles de mi viaje furtivo.
Mientras Pili envía un WhtasApp por el grupo de nuestras amigas informando de que hoy no iría a clase, yo le envío otro a Bea, pidiéndole que no me llame a casa en todo el fin de semana, a cuenta de que no se descubra todo mi pastel. Cuando levanto la mirada del teléfono, percibo un 500 rojo aparcado al otro lado de la calle, la chica en su interior busca en la calle, como esperando a alguien. Continuo mi absorción del enorme vaso de naranja.
- Vicky, ¿vives en la luna?
- Sabes que sí, Pili, pero ¿a qué viene meterse conmigo ahora por eso?
- ¿No te venía a buscar una chica en un Fiat 500 rojo?
- Sí... - Pili alza las cejas, como diciendo ''despierta, que ya es hora''. Vuelvo a mirar al otro lado de la calle -. ¡Hostia! Tía, lo he mirado y ni por un segundo he pensado que es la amiga de Dani.
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Sin miedo a nada [EN PROCESO DE CORRECION]
Teen Fiction... Y en ese momento, con los sueños en las manos, ambos dijimos a la vez que sería nuestro secreto, reímos y admitimos que un amor así no se puede esconder ... ATENCIÓN A LOS LECTORES, HAN HABIDO CAMBIOS EN LA HISTORIA, SE RECOMIENDA LEERLA DESDE E...