Capítulo 6 (CORREGIDO)

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Dedicado a la chica de muñecas rotas. Porque como su hermana mayor, debo decir que es la más preciosa de todas. Te quiero L.


- Hay algo que llevo queriendo hacer desde que empecé a hablar contigo – susurra.

- Y... - no puedo seguir formulando mi queja sobre si era necesario el tirón, pues un beso temeroso acoge mis labios como si entre ambos se conociesen desde el principio de todo y llevasen tiempo sin pasearse el uno por el otro.

Me quedo paralizada, no puedo asimilarlo. Él... Daniel Vasil... ¿me acaba de besar?

Vuelve a besarme y yo, mandando a paseo a mi cerebro, me ato con los brazos a su cuello, le beso con más fuerza de la que poseo. Ya tendrá tiempo de asimilarlo la masa gris, yo quiero vivir este momento eternamente. Los labios de mi ídolo fundidos con los míos, es realmente dulce la sensación. Mis labios se abren camino entre los suyos para morderle suavemente la lengua, la de él, la de ¿mi novio? Sea lo que sea esto no quiero ser de nuevo un juego. ¡Daniel Vasil me está besando!

Repentinamente corta este beso tan magnífico, como si fuese una marioneta de la que han tirado con violencia hacia atrás.

- Oye, Victoria... - empieza a decir, en voz baja, mirando al suelo.

- Lo suponía – le corto-. Ya sé lo que vas a decir, que no te gusto, que – pone un dedo sobre mis labios, intentando callarme, pero yo continúo – soy horrible, que soy una chiqui...

Me dice ''cierra el pico'' de la mejor manera posible. Con otro beso suyo. Suave, muerde mi labio inferior y me susurra ''deja hablar a los mayores''. Si hubiese estado dentro de mis cabales le hubiese soltado un puño directo al estómago, pero toda la fuerza que tengo dentro es un torbellino de mariposas y electricidad que invaden cada célula en mi cuerpo y hacen bailar a cada gota de mi sangre.

- Lo que te quería decir es que tú me hiciste una petición de amistad en una red social. Ahora yo te hago dos peticiones a ti... Por favor, quédate, no te vayas y ¿quieres salir conmigo, Victoria Ulleras? – suelta, de golpe, casi sin respirar.

Me gusta demasiado besarle, o al menos esa es la excusa que me pongo a mi misma para no decirle que sí. Por supuesto que sí, Dani, a ambas, pero soy muda cuando tengo miedo.

Al regresar a su casa me propone ver Harry Potter y las reliquias de la muerte parte uno y dos. Yo, como buena fan, no me niego. Al terminar la primera preparo una ensalada especial y cenamos hablando sobre la película en la isla de la cocina.

- Menuda Gryffindor estás hecha... ¿No se supone que vuestro principal valor es que sois valientes? – se ríe de mi. Una araña se ha colado por la ventana de la cocina mientras limpiaba la lechuga y me he puesto a gritar como una energúmena. Su tamaño no llegaba ni a igualar el de un grano de arroz.

- Anda que tú, tanto Slytherin Slytherin y tu personaje  favorito es Ron. Además que tú eres demasiado bueno como para ser un Slyhterin.

Sonríe desde el otro lado de la isla y pincha un poco más de ensalada.

- Mmmm esto está buenísimo – dice saboreándolo -. Me encanta la mezcla de sabores entre los tacos de fresa, el queso ibérico y el jamón crujiente. ¿Quién te ha enseñado la receta?

- Esto... Me la he inventado sobre la marcha con lo que tenías en la nevera – digo concentrada en mi filete.

Dani, con gesto muy serio se levanta de la mesa y se acerca a la puerta, casi donde estoy yo sentada.

- ¡Oh, con que me querías envenenar, eh bruja! – dice cabreado pero empieza a reír como un loco -. Está maravillosa la ensalada.

Empuja mi taburete hacia atrás y en un intento de no caer me veo de pronto cogida en volandas por él. Le miro y me devuelve la mirada. Me gusta mucho cuando me mira, me da la sensación de que podría meterme a bucear entre sus ojos de coca-cola.

Sin miedo a nada [EN PROCESO DE CORRECION]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora