𝐌𝐚𝐫𝐜𝐚𝐬 𝐝𝐞𝐥 𝐓𝐢𝐠𝐫𝐞 | 𝐊𝐚𝐳𝐮𝐭𝐨𝐫𝐚 𝐇𝐚𝐧𝐞𝐦𝐢𝐲𝐚

04

Me arrepentía no haber ido a mi salón después del receso.

Antes de ir a mi salón me dispuse ir al baño a refrescarme la cara tal vez así me sacaba a Koko de la cabeza, aún estaba sensible por haberme encontrado a la pantera en el pasillo.

Pero para mi mala suerte el baño estaba ocupado por un grupo de hienas, solo tenía dos opciones irme o entrar.

Elegí la segunda ya que podría ser todo menos una cobarde, los herbívoros evitabamos juntarnos con los carnívoros por miedo a ser devorados, y aún que ese pensamiento era algo anticuado para la actualidad siempre había ese miedo en los herbívoros, todos exigían igualdad especialmente los carnívoros, es por eso que se establecieron escuelas, preparatorias e universidades dónde aceptaban a cualquier clase de especie sin discriminación.

La cosa era que ese grupo de hienas eran uno de los muchos grupos que me molestaban con "el rechazo de Koko", sin decir nada entre al baño yendo directamente al lavamanos, podía sentir sus miradas pegadas en cada movimiento que hacía.

Sin darme cuenta empece a sudar frío, moje mi cara rápidamente y al levantar mi mirada en el espejo pude ver el reflejo de la hiena líder de ese grupo relamenerse los labios descaradamente mientras sus colmillos crecían.

Cerré la llave del agua y camine hacía la salida dispuesta a ir a clases, pero antes de llegar a la puerta un pie se interpuso en mi camino haciendo que tropiece, felizmente no llegue a caer.

Estaba arta.

-Pídeme disculpas- no sabía de dónde había sacado el coraje para enfrentarlas, pero estaba cansada de dejarme intimidar siempre.

-Jamás pediría disculpas a una clase tan baja como son los conejos- dijo la hiena que puso su pie -Más aún siendo la rechazada de Koko-

Koko al igual que muchos carnívoros, como Kazutora o Mikey eran populares en la escuela por ser las especies más altos en estatus, muchas personas soñaban y fantaseaban con salir con algunos de ellos.

Y estoy seguro que las hienas eran una de esas personas en especial la líder.

-Pues a esta "rechazada" y "coneja de clase baja" el mismo Koko la busca para besarla en los pasillos- pude ver como las hienas se sorprendieron para luego romper en carcajadas, eran tan ruidosas.

Pero la única que estaba sería era la hiena líder, que en ningún momento dejó de verme.

-CÁLLENSE- de un solo grito hizo callar a todas, las risas pararon creando silencio absoluto -Que putas mentiras dices, estas difamando a Koko el nunca se rebajaría al besar a alguién como tu-

-Entonces observa más a Koko y verás como me acorrala para besarme- dije mientras le sonreía.

-JURO QUE SERÁS MI CENA- parecía que le había dolido todo lo que le había dicho.

-No soy manca, inténtalo tampoco saldrás ilesa- a diferencia de ella estaba tranquila, mientras que la hiena parecía que en cualquier momento se avalanzaría en contra de mi.

Y así fue en tan solo segundos tenía su garras insertadas en mi brazo, mi fuerza no se comparaba a la de ella así que en la adrenalina en que me encontraba pique sus ojos con mi dedo.

Ella rápidamente entre maldiciones me soltó agarrando su ojo, por alguna razón me sentí asqueada, todas las demás hienas reaccionaron y con rapidez se abalanzaron hacia mi.

Pero antes que pudieran atacarme la puerta fue abierta con brusquedad, en medio del caos apareció una tigresa, tan solo con su presencia demostraba autoridad.

Era Mika.

-¿Que demonios creen que hacen?- ella rápidamente inspeccionó la escena con la mirada, mi brazo estaba sangrado ya que la hiena había arañado mi brazo con sus garras, ella al darse cuenta en el estado que encontraba rápidamente camino hacía mi.