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— hola hina-chan, disculpa por no haber venido a visitarte durante todo este mes, he estado trabajando sin parar, pero aquí estoy y te traje estás rosas, tus favoritas

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— hola hina-chan, disculpa por no haber venido a visitarte durante todo este mes, he estado trabajando sin parar, pero aquí estoy y te traje estás rosas, tus favoritas.....espero te gusten—
Cada palabra que pronunciaba sus agrietado labios, eran libradas justo con suspiro de llenos triste y su aliento se convertía en pequeñas nubes de vapor que eran causadas por frío de aquella oscura tarde. Aquellas hermosas rosas rojas, al igual que la espesa sangre, eran sostenidas por sus temblorosas manos, mientras eran dejadas con lentitud sobre  aquella tumba, la cual tenía el nombre de; Hinata Tachibana. Así es, Hina estaba muerta desde hace tres años.

Años que para takemichi se habían vuelto dolorosamente eternos, desde entonces takemichi dejo de ser el mismo y su vida nuevamente conozco a estar en automático.

Sus ojos azules, observaron cómo las hojas secas caían encima de la tumba, para luego ser varidas por la fría brisa. Cada vez que el visitaba aquel lúgubre lugar no podía evitar soltar una que otras lágrimas, aunque habían pasado casi tres años desde lo sucedido aún era imposible para el superar la muerte de Tachibana.

Takemichi estaba quitando algunas de las flores marchitas de sus floreros para así reemplazarlas por unas nuevas, mientras lo hacía, miro de reojo hacia un costado del cementerio, notando así la presencia de Naoto el cual se veía igual que el. Ambos solamente se miraron y se mantuvieron en silencio sin dirigirse ni una sola palabra. Pero eran así todo el tiempo, después del la muerte de Hinata, Naoto se alejó de todos, al igual que takemichi.

Naoto tuvo sus razones por las cuales se había ido de la vida de takemichi, mientras que el solo lo hizo porque no podía soportar más mirarlo a los ojos, para así desaparecer por completo.

Takemichi se culpaba cada día de la muerte de hina y aquellos pensamientos se fueron acumulando desde entonces, y aquella culpa que sentía no lo dejaba dormir, atormentando lo durante las noches, lo que lo llevó a consumir píldoras para el sueño teniendo que aumentar las dosis cada que dejaban de hacerle efectos, algo que también lo llevo a convirtiéndose en un alcohólico.

— ¿cómo has estado?— sin siquiera desviar la mira de la tumba de su hermana Naoto le pregunto, takemichi se sorprendió por lo que acababa de decir aunque no fuera gran cosa, pero después de todo no hablan desde hace dos años y medio.

—se podría decir que mejor que ayer, pero si estoy bien y ¿tú?— takemichi se colocó de pie y con la cabeza agachada miro de reojo nuevamente a Naoto —bien, aunque no he podido dormir, recientemente.

Takemichi soltó un lago suspiro, al igual que Naoto y por fin después de casi dos años y medio, ambos se miraron a los ojos por primera vez y se despidieron en ese mismo instante, tomado direcciones opuestas.

♡︎

A las afueras de la ciudad cerca de un pequeño canal de agua, se encontraba el de ojos azules arrojado piedra y contando lo saltos que cada una daba, la brisa soplaba acariciando sus mechones oscuros. Cansado del día que tuvo, se escuchaban sus suspiros siendo atrapados por el viento — soy un maldito cobarde que no pudo acabar con su vida ese día— dijo para si mismo viendo como cada piedra que arrojaba se hundía cada que entraba en contacto con el agua.

Miró su reloj y vio que era más de las seis de la tarde, cansado de tirar piedras se sentó en el asfalto, mirando como una joven pareja tomadas de las manos cruzaban por el puente, solo pudo ver la suya y pensar en aquellos tiempos en donde hina estaba a su lado. Takemichi se puso de pie para así comenzar a caminar, alejándose más del lugar en donde estaba, mientras veía como el agua corría y los peces se iban con ella, subió por los escalones para encontrarse con la vía principal y cursar la calle para tomar el trasporte, ahora solo quería estar en su departamento y descansar.


Ya en el autobús, poso su cabeza contra el cristal, notando como pequeñas cosas de llovía se quedaban adheridas al cristal de la venta. Poco a poco el lugar se empeso a llenar más de personas. Takemichi volvió a mirar a través de la ventana, notando únicamente los paraguas de la gente, esa sensación fría del viento y el olor de la lluvia lo tranquilizaba.

— disculpe ¿está disponible este asiento?— pregunto un joven de cabello azabache el cual sostenía una jaula para mascotas— si, si, siéntate.

—genial, creí que ya no quedaban asientos disponibles, además es difícil cagar la jaula de mi gato— takemichi por curiosidad observó dentro de la jaula viendo a un gato negro de ojos color ámbar — y ¿cómo se llama esta cosita de aquí?— dijo con una pequeña sonrisa, el chico a su lado metió un dedo dentro de la jaula y empezó a acariciar al gato — peke j Junior, el peke j original era su padre— dijo con una mirada algo triste, takemichi solo asintió y dejo de preguntar. En eso el autobús se detuvo, percatándose de que ya habías llegado, solo tenía que caminar algunas calles y llegaba a su departamento. Se levanto rápidamente de su asiento y se despidió del joven con el gato.

Mientras caminaba hasta su departamento miro la hora, viendo que ya eran casi las ocho de la noche —talvez por el camino compre algo para comer— dijo, mientras se detenía para entrar a un supermercado. Al rato de entrar salió con una pequeña bolsa, llena de sopas instantáneas, frituras y algunas cervezas.

Pero por el camino, sintió como alguien desde hace rato lo estaba siguiendo, al voltear no vio a nadie, pensado que solo era su imaginación y siguió caminando con normalidad aunque todavía seguía sintiendo como era seguido por alguien, aceleró un poco el pasó, para así cruzar a en una de las calles  y esperar al que lo estaba persiguiendo, lo único que pudo oír era los pasos de la persona quién lo seguía y pequeños murmullos de su parte.

—¿a quien estás esperando?— takemichi sintió el aliento de aquella persona sobre su cuello, haciéndolo tener un escalofrío que le recorrió todo el cuerpo, dio media vuelta encontrarse con aquellos hermanos, que había visto horas atrás junto con sanzu

— ¿acaso te comí la legua el gato?— dijo el menor de los haitani — ¿porque me estaban siguiendo? y ¿cuáles son sus intenciones?— dijo algo temerario — solo tenemos curiosidad, el idiota de sanzu se la pasa hablando de ti y solo queremos saber qué tan interesante eres— Ran tomo a takemichi por los hombros y los tres empezaron a desviarse del camino. Takemichi no sabía qué hacer, como era posible que Haruchiyo se juntara con personas tan peligrosas.

— oye oni-chan ya lo llamé, el idiota estará aquí en unos cuantos minutos— dijo Rindou con un sonrisa algo maliciosa, Ran solo asintió, mientras continuaba llevando na takemichi a quien sabe dónde.

— oye oni-chan ya lo llamé, el idiota estará aquí en unos cuantos minutos— dijo Rindou con un sonrisa algo maliciosa, Ran solo asintió, mientras continuaba llevando na takemichi a quien sabe dónde

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Nota: espero que les haya gustado y disculpen los errores ortográficos.

No pude actualizar antes, las clases no me dejaban y me sentía mal últimamente, pero aque está el capítulo :)

𖣠. (𝗕)-𝗔𝗝𝗢 𝗟𝗔 𝗟𝗟𝗨𝗩𝗜𝗔 - 𝗌𝖺𝗇𝗍𝖺𝗄𝖾 𝗮𝘂.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora