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—𝐀𝐐𝐔𝐄𝐋𝐋𝐀𝐌𝐔𝐉𝐄𝐑.
Giran las nubes en el cielo ingente y las estrellas brillan en faroles, Los brazos de la noche acojen a un suburbio alegre, Con ganas dé olvidar el malestar qué llegaba a otorgar lo cotidiano en un pasar de horas de exceso con unas prendas qué se lucían a la luz de la vibrante luna, Acompañando el azul frío con mezclas de melodías y voces en plena vivencia de alegría, La gente iba emprendiendo camino a uno de todos estos lugares en los qué saciarse, Como si de un viaje por tierras sin camino se tratara, Y Geto, No era la excepción en lo absoluto, En esta calle de tránsito poblado, Se alla un bar qué se distingue dé los demás, Por su ochentosa decoración, Tenue luz naranja y música qué deslumbra cada noche a Geto. Con un vaso en medida de whisky le da paso a los primeros sorbos, Calando de un cigarro va depositando las cenizas en el cenicero de la barra, Comenzando a entonarse con el ambiente.
— Traeme otro —Habla hacia el bartender, Tomando el licor de un solo trago.
El lugar comenzaba a llenar, Y entre más pasaban las horas el alcohol pasaba a sentirse con más notoriedad, Su mente comenzaba a sentirse placentera, Trataba de no apegarse en recuerdos de tristezas, Pero la algarabia en su mente se encontraba, Muchos pensamientos confusos intentando hablar a la vez, Fulgurando un instante en la nada absoluta, Y por eso la sustancia se quedaba con más tiempo por su garganta dejándolo con sed de más, Estira su brazo en busca de un cigarro, Pero estos fueron quemados sin darse cuenta. El bar comenzaba a tener gente danzando en sus pistas, Con la música a topé estos iban bailando al compás de una canción movida en luces de colores. Y en ese instante decide echar un vistazo con más atención al lugar, En buscá de algo qué ni el comprendía, Se sontiene sobre la barra, Ya qué sentía la perdida de equilibrio. Moviendo sus dedos acompaña las melodías. Al mirar el teléfono su vista se nubla unos segundos, Pero logra distingir qué son las 3:00 a.m, Solo venía por un trago¿Por que mierda me quede? Se pregunta, Pero a ciencia cierta, No podía encontrar una pronta respuesta, Pero si sabía que muy por dentro tiene la mínima esperanza de poder conseguir el número de una linda chica.
Al querer bloquear su teléfono, Una apurada figura pasa y con su choque tira el teléfono de Geto al suelo.
—¿Que mierda te pasa? — Exclama buscando lo perdido.
—En verdad lo siento. — Suelta una fina voz.
Al levantar la vista se topa con una mujer castaña y su grupo de amigas, Geto no recita ninguna palabra, Solo se digna a mirar de mala manera a aquella y sin respuesta alguna, estás siguen su camino. Pero una en particular decide devolverle la mirada, Como si saliese de la misma nada, De su mirada se alla tal frialdad que hacia estremecer al hombre. Mujer mirífica, En un caer de cabellos negros, Con un apegado vestido de seda, A un caminar de sensualidad montada en unas botas de caña, Geto queda embelesado ante tal presencia.
