Un cambio de perspectiva

Capítulo 2-Control de comida

La verdad me cuesta mucho creer la cantidad de peso que gane, hace solo 1 mes pesaba 75 kilos y aumente 15 kilos. La verdad mi aumento no es de extrañar lo único que hacía era comer, me atiborraba de comida. Desde que me despertaba comía una torre de 20 panqueques bañados completamente en miel, luego comía dos o tres bolsas de malvaviscos de 300 gramos, de almuerzo comía lo que sea que hubiera, pero siempre eran cosas grasosas, el único momento del día que no comía cosas grasosas era cuando salía con mi papa el cual me hacía comer vegetales y fruta. Mi papa es una persona muy mala, desde niña recuerdo sus tratos.

*FLASHBACK*

Estaba comiendo un tazón de cereales con leche y mi mama comía pan con mantequilla, papa al ver eso le llamo la atención a mama, él siempre le decía a mama que no comiera nada que tuviera harina ni grasa. Mama era una mujer delgada, aunque con una pequeña flacidez en su abdomen, flacidez a la cual no se le puede llamar panza ya que no estaba hinchada.

-Mira, comiendo grasa- dijo mi papa con un gesto de asco.

-Perdón amor, es que estaba en rebaja y yo...- dijo mama pero mi papa le corto.

-¿Lo que había en rebaja? A mí no me engañas maldita gorda- dijo mi papa quitándole el pan -Ahora, ve y cómprate una manzana y solo tomas agua, nada de café ¿Que acaso no ves que tus actos imprudentes puede hacer que nuestra hija sea un maldita vaca como tú?- dijo mi papa con un claro enojo.

-Está bien amor, pero no te enojes- dijo mi mama casi llorando.

-Ahora tu niña, bota eso y come algo saludable, ¿Esta familia será de puercos o qué?- dijo yéndose molesto al trabajo.

*FIN DEL FLASHBACK*

Mi mama murió por desnutrición, al solo comer frutas y verduras y nada de grasas. Aun así mi papa jamás se disculpó por lo que hiso, es más culpaba a mama porque decía que eso le pasaba por comer como cerdo.

Bueno, volviendo a la realidad, estábamos en casa y cuando me quite mi abrigo Claudio tuvo más amplia visión sobre mi cuerpo, se veía sorprendido.

-Oye, sé que engorde mucho, siento mucho que me veas así. Talvez pienses que soy una maldita cerda ¿no es así?- dije mientras me volteaba.

-Amor, está todo bien, te ayudare a bajar de peso, eso si tú quieres- dijo con un tono pasivo.

-Está bien, intentémoslo- dije viéndolo a los ojos con determinación a hacerlo.

-Así se habla, ahora vamos a dormir- dijo tomándome de la mano.

Ya en nuestro cuarto nos empezamos a cambiar, cuando el volteo a verme vi un pequeño sonrojo en su rostro.

-Oye, ¿Está todo bien? Note que te sonrojaste- dije acercándome.

-Es que tu cuerpo... Me parece en extremo adorable- dijo acariciándome un lado de mi barriga.

-Vamos, ambos sabemos que esto es desagradable- dije sacudiéndome la barriga.

-No digas eso amor, o ¿acaso quieres que te lo demuestre?- dijo con un tono pícaro.

-¿Demostrármelo? A que te refieres con...- antes de terminar la oración se lanzó encima mío y me beso.

-¿Ahora estas convencida?- dijo mordiéndose el labio

-Aun no ¿Qué tal si mejor me lo demuestras de otra forma?- dije de forma picara. En ese momento él se quitó la ropa, dejando ver su cuerpo delgado y ligeramente marcado. Yo me quite con un poco de dificultad mi pijama. Ambos desnudos surgió la magia del amor. Luego de eso estaba muy cansada y lo único que hice fue dormir.