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¿Cuál era el asunto de llorar?, ¡Solo estás dejando a un mocoso en la escuela!
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Habían flores por doquier, como representación de la temporada.
De la mano, caminaba un adulto junto a su hija mayor de escasos cinco añitos, ambos con cubrebocas para librarse de las alergias que les provocaba la temporada, ella tarareaba una canción que escuchó en la tele esa mañana y el simplemente le hacía el ritmo para la diversión de su pequeña
Dieron un par de vueltas mientras el se ponía a pensar en las palabras de su esposa esa mañana
- "la vida está llena de despedidas Katsuki-chan, sobretodo cuando eres padre, y aún más siendo el padre de una niña kero"-
Nunca.
Katsumi no tenía porqué alejarse, tampoco moriría, tan solo tenía cinco años y aún era tan pequeña para pensar en tantas cosas, que Katsuki no lograba comprender Porqué Tsuyu le repetía tanto aquella frase.
Vió el jardín de niños a la distancia, aquello tendría que ser muy fácil ¿No es así?, Llevar a Katsumi a su primer día de clases sería cuestión de acompañarla, dejarla e irse, para luego ir a buscarla más tarde, ella no necesitaría mucho de el, a su edad era tan independiente como lo pudo haber sido su madre, era lista y de carácter fuerte para no dejarse amedrentar por nadie.
No necesitaba aferrarse tanto a él, ni a nadie más.
Recordaba perfectamente el relato de la chica audífonos sobre el primer día de clases de su mocoso eléctrico, Denki había llorado más que el maldito Deku en toda su vida, y eso ya era mucho para decir (Aunque el no podía creerselo del todo), pero simplemente no lo entendía, ¿Cuál era el asunto de llorar?, ¡Solo estás dejando a un mocoso en la escuela!
Y hablando de escuela, habían llegado.
Tsuyu preparó a Katsumi para este momento durante los cinco añitos de vida que ya tenía, así que la menor no parecía estar asustada. Una mujer mayor le observaba sonriente en la entrada, el tragó en seco y soltó la sudorosa manito de su pequeña, luego se agachó a su altura y sacó las toallitas húmedas guardadas en su bolsito para secarle las palmas.
Katsumi era orgullosa, pero por alguna razón que el cuestionaba a profundidad en esos momentos, le permitió proseguir.
Luego le besó la frente
- ten un lindo día nena, si se acerca un niño malo tu- fué interrumpido
- me alejo, lo sé- respondió la rubia menor, Katsuki continuó
