O1.

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Un joven omega corría con todas sus fuerzas con su cachorro de unos cinco meses en brazos, se escuchaban disparos y él sollozaba en ese momento

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Un joven omega corría con todas sus fuerzas con su cachorro de unos cinco meses en brazos, se escuchaban disparos y él sollozaba en ese momento. No quería morir, su dulce aroma a coco comenzaba a oler amargo por el miedo.

Ni siquiera sabía cuándo comenzó todo esto, cuando un día el hombre que decía amarlo dejó de hacerlo convirtiéndose en su propia pesadilla. Esquivaba las ramas de los árboles, no quería que su pequeño niño se pudiera lastimar, y peor que el bosque solo era alumbrado por la luz de la luna. 

Volteó hacía atrás, ya estaban cerca, uno de esos hombres apuntó e iba a disparar pero, alguien actuó primero. Un joven alfa con polera negra salió de la nada, golpeó al hombre y se enfrentó a los dos que restaban, el omega quien se encontraba apoyado en un árbol estaba más que sorprendido, lo veía con lágrimas secas en su rostro, su bebé no lloraba, dormía en sus brazos como si nada.

El joven dejó a todos en el suelo y se acercó a ambos agarrándose un brazo, con una navaja lo habían lastimado.

—¿Están bien?

Y su aroma a café entró por sus fosas nasales cuando se acercó.

—Por favor, no nos hagas daño —suplicó cabizbajo.

Sus ojos marrones oscuros lo inspeccionaron, lo veía indefenso.

—No lo haré —dijo serio—. Te he ayudado, deberías agradecerme.

Alzó la mirada para observarlo—. Lo siento.

—¿No tienes a donde ir cierto?

—No, escapé con mi hijo, esos hombres querían llevarnos con ellos.

—Voy a ayudarte, me llamo Christopher Bang, pero puedes llamarme Chan.

—El mío es Kim Seungmin y él es mi cachorro, Kim Jeongin.

—Un gusto, si me permites, voy a ver si ya no hay nadie quien los siga.

Asintió—. Estoy en deuda con usted, gracias.

Empezó a caminar por donde venía el joven, su bebé ya había despertado, el cachorro observaba a su alrededor.

—Aún no entiendo como no te despertaste con los disparos cariño —le habló con dulzura a su bebé.

Recibió un balbuceo de respuesta.

—Mi pequeño Innie —lo puso contra su pecho—. Que bueno que estás bien, estamos a salvo ahora cielo.

—Seungmin —llamó el joven acercándose—. Ya no hay nada, está despejado.

—Gracias —sonrió leve.

—¿Qué tiempo tiene tu cachorro?

—Ha cumplido cinco meses.

—¿Y no tiene hambre?

𝗛𝗘𝗥𝗘 𝗔𝗟𝗪𝗔𝗬𝗦 | 𝐂𝐇𝐀𝐍𝐌𝐈𝐍Donde viven las historias. Descúbrelo ahora