Capítulo 4. El pescador y el pez dorado.

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Shen Dong se acomodó en el agua y observó cómo el pez payaso nadaba hacia él, volvía a girar su cola a su alrededor y, finalmente, le daba un toque en el dedo con la boca, la cicatriz en el lomo del pez payaso le hizo volver del estado en el que su respiración se desvió por un momento.

Lo más importante de bucear sin equipo es que la mente está quieta y no se perturba, y si fuera habitual, no habría estado en el agua durante un tercio del tiempo, pero de repente se sintió asfixiado y no podía respirar.

No le importó que el pez payaso siguiera dando vueltas a su alrededor, pisó la arena y se impulsó hacia arriba, sería fácil atragantarse en esos momentos, atragantarse con el agua del río estaba bien, pero atragantarse con el agua del mar era peor que la muerte.

Después de sacar la cabeza del mar, Shen Dong respiró profundamente y tras ajustar su respiración se volvió a sumergir para ver si el pez payaso seguía allí.

Acababa de sumergirse en el agua y, en cuanto abrió los ojos, descubrió que no podía ver nada y que estaba rodeado de burbujas de muchos tamaños. Si la situación no fuera un poco extraña, esta sensación de estar envuelto en innumerables burbujas sería muy relajante.

El mar a su alrededor pareció agitarse, entonces Shen Dong sintió que alguien tiraba de su brazo, se sobresaltó y lo siguió hasta la superficie del agua.

La cara de Cao Mu con una sonrisa apareció frente a él.

"¿Por qué has saltado?" Cao Mu levantó la mano del agua, sujetaba la camiseta que Sheng Dong se había quitado: "Tu ropa está completamente empapada".

Shen Dong le ignoró, giró la cabeza y nadó hacia la orilla. Después de llegar a la orilla, no le importó que sus pantalones estuvieran empapados, pero se le empezaron a caer, así que tiró de la cinturilla de sus pantalones con una mano y señaló, con la otra mano, a Cao Mu, que le siguió hasta la orilla, durante unos segundos, antes de decir:
"¡¿E- Exac- Exactamente... Q- q- qué está pasando?!"

"Ya te lo he dicho, ¿Por qué lo vuelves a preguntar?" Cao Mu un poco deprimido se puso en cuclillas. Sus dedos comenzaron a darle golpecitos a la piedra que tenía a su lado, "no te lo creías".

"Di- di- dices...", Shen Dong ya estaba un poco afectado por hablar con alguien desconocido, y ahora con el shock, su lengua no podía funcionar de ninguna manera.

"¡Te he dicho que soy un pez!" Cao Mu levantó la vista y le gritó: "¡Un pez! ¡Un pez payaso! ¡Soy el que movía la cola y tirabas al mar todos estos los días! Pensé que eras amable por eso te lo dije, pero no me has creído".

Shen Dong no dijo nada más, sólo siguió manteniendo la postura de señalar con el dedo a Cao Mu.

De repente había aparecido misteriosamente un hombre desnudo.

Este hombre había dicho que era un pez payaso.

Le había dicho que él lo arrojaba al mar durante los últimos días.

¿Esto era como la fábula del pescador y el pez dorado?(1)

¿Dónde estaba entonces la cornucopia?

"¿Qué te pasa?" preguntó Cao Mu, al ver que no había hecho ningún ruido durante un buen rato.

"Creo que debería volver y dormir un poco". Shen Dong retiró la mano aturdido y se dio la vuelta para marcharse.

"¡Oye! ¡Shen Dong!" Cao Mu gritó detrás de él, con una sonrisa en su voz: "¿Ya no tartamudeas?".

"¿Hm?" Cuando Shen Dong escuchó la palabra "tartamudeas", quiso, por reflejo, buscar una piedra y aplastarla contra él.

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