Capítulo 25. Nuevo viaje.

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Probablemente Cao Mu nunca había llorado antes. Shen Dong sólo le había oído mencionar "querer llorar" en otras ocasiones, pero ésta era la primera vez que realmente había visto llorar a Cao Mu.

No sabía cuántos años tenía Cao Mu ni cuántos había vivido, nunca le llegó a quedar claro, pero por la forma en que Cao Mu estaba actuando ahora, era como si fuera a arrojar de golpe todas las lágrimas que había guardado durante mucho tiempo.

Shen Dong no sabía cómo consolar a la gente, así que sólo pudo sostener la cabeza de Cao Mu y acariciarle como a un cachorro, casi diciéndole 'Los cachorros no lloran, comen huesos'.

Por suerte, Cao Mu no lloró durante mucho tiempo antes de correr repentinamente hacia el baño.

Cuando Shen Dong le siguió dentro, sólo vio al pez payaso flotando en la bañera con el cuerpo inclinado.

"¡¿Se ha muerto?!" Shen Dong nunca había visto un pez payaso con el cuerpo torcido de esa forma, así que se asustó tanto que se abalanzó sobre él y trató de pescarle.

Pero justo cuando su mano estaba a punto de tocarle, el pez payaso ya se había retorcido y escabullido, nadando hacia el otro extremo de la bañera y continuando a la deriva en ese ángulo tan extraño.

El pez payaso dio dos vueltas y se había alejado de su mano, soltando dos burbujas mientras nadaba hacia el otro extremo de la bañera.

"¿No has tenido nunca un pez?" Hong Jie se puso frente a la puerta del baño en algún momento.

"Tuve peces de colores", Shen Dong le miró, "¿Qué pasa?".

"Está durmiendo, no está muerto", le explicó Hong Jie con un gesto: "Mira, es sólo una postura, no puede mantenerse erguido cuando está dormido, probablemente nunca has visto un pez durmiendo boca arriba, ¿Verdad?".

"Nunca lo he visto", Shen Dong se sintió aliviado, mientras no tuviera nada de malo, si estaba durmiendo, no importaba que estuviera tumbado y mucho menos que se giraran sobre el vientre, "No es que cierren los ojos, ¿Quién sabe cuándo están durmiendo?".

"Shen Dong... déjame decirte algo, no me pegues". dijo Hong Jie mientras se apoyaba en la puerta.

"No prometo nada, tengo que escucharlo antes de decidir". Shen Dong se dio la vuelta y se sentó en el borde de la bañera, tenía bastantes cosas que quería preguntarle a Hong Jie, sólo que por un momento no le encontraba sentido y no sabía por cuál empezar.

"No es nada en realidad, sólo quería decir que parece que ya no tartamudeas, ¿eh?" dijo Hong Jie mientras retrocedía hasta el balcón antes de que saliera la palabra tartamudeo de su boca.

"¿Hmm? Ahora no suelo tartamudear mucho". Shen Dong pensó por un momento.

"Es diferente, normalmente tengo que recordarte que no tartamudeas y básicamente empiezas a tartamudear cuando sueltas la siguiente frase", Hong Jie se asomó al balcón, "Ya no tartamudeas".

Shen Dong se sentó junto a la bañera y meditó con mucho cuidado sobre el tema durante un rato, sí que parecía ser el caso, desde que se despertó, había estado hablando con mucha naturalidad, no se dio cuenta hasta que Hong Jie lo mencionó, pero ahora que lo pensaba, parecía que hablar ya no le hacía sentirse presionado.

"¿Es este el milagro que dijo ese Liang Feng?" Shen Dong salió del baño y se sirvió un vaso de agua, por decirlo de alguna manera, este milagro es realmente posible...

"No", Hong Jie le dio una respuesta negativa, "El milagro de la sirena no es así, no sé lo que ha pasado contigo, pero pongámoslo así, tienes que tener alguna patología orgánica para que lo de la sirena funcione".

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