Entreabrí los ojos a sentir una caricia en mis mejillas frías, encontrándome con el rostro de Armand crispado de una ligera preocupación. Tomó su capa y la puso sobre mi regazo, acomodándola con gentileza.
-¿Cuánto tiempo falta?.
Él me miró un poco sorprendido.
-¿A qué te refieres?- Tomó una especie de tablilla de madera llena de hojas y un porta tintero con pluma- No creo entenderte, cariño.
-No me mientas- Dije al ver bailar la pluma entre sus dedos- Sé que tu me dirás que sucede.
-Victoria...- Dijo en advertencia.
-Tengo derecho.Suspiró. Rebuscó dentro de sus pertenencias y sacó un encuadernado de piel de liebre blanca. Mi corazón latía fuertemente...No podía creerlo.
Era el diario de mi madre.
-No deberías tenerlo hasta que estuvieras lista,pero debido a tu insistencia puede ser que esto te ayude a comprender lo que sucederá de ahora en adelante.
-¿Que- Pero no pude terminar de hablar, él dejó a un lado mío un título enrollado y membretado.
-Esto será abierto cuando te presentemos ante el Consejo. Te sugiero lo guardes para cuando lleguemos.
-¿El Consejo?.
-Así es pequeña.
Me sonrió con dulzura.
-¿Y porqué?
-Porque tú eres una Princesa, Victoria.
-...¿Qué?...Mi cerebro no procesaba.
Armand se echó a reir al ver mi expresión de total confusión.-Eres la Princesa del Reino de las Criaturas Nocturnas.
Oh Cielos...
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Tourniquet
VampireSus vidas dependían únicamente de ellos. A pesar de la regla de no salir en noches de Luna Llena.