Capítulo tres

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Y sollocé.

No fuí capaz de descifrar si aquello se debía al frío del invierno o a que trataba de retener las lágrimas que querían salir.

O quizá ambas.

Mis pensamientos no me podían las cosas fáciles y parecía una tortura tener que escucharlos, me hacían sentir frustrado.

"Te estás volviendo un amargado" recordé el reproche que me había dado Jimin esa mañana, ¡pero no era mi la culpa!

... No, sí era mi culpa.

Por darle la importancia a algo que no debía de tenerlo, ¿cierto?

Me dejé caer acostado en el sillón soltando un suspiro y mirando al techo tratando de organizar mis ideas.

Sé que no es fácil tratar de comprender que me sucede, el tema trata sobre un ser cabello oscuros, ojos grandes, que compartía el departamento conmigo hacía aproximadamente un año y medio, la razón por la que había entrado en conflicto desde unas semanas...

Me había dado cuenta de que esa simple amistad se había convertido en atracción.

Escuché unos pequeños pasos en el corredor que me hicieron bajar la mirada y dirigirla hacia ese punto. Un pequeño ser de pelaje negro caminaba hacia mi dirección. Era Yeontan.

Se sentó a mi lado ladeando la cabeza así que se la acaricié. Sus ojos brillaba por la poca luz que entraba por la ventana que se encontraba abierta, me hacían sentir menos solo.

Luego de Jimin, Yeontan era mi mejor amigo.

Jimin...

Luego de que le dije que creía —mentiras, yo no creía nada, yo estaba seguro, eso solo era para quitarle peso a mis palabras— que me gustaba mi compañero de departamento. Él se mostró sorprendido —era de esperarse— por varios... muchos minutos, tuve que chasquear mis dedos para que reaccionara. Me ponía más nervioso que no dijera nada.

—¿Quién te gusta?

Había preguntado cómo si aún no hubiera entendido.

Le dije el nombre del pelinegro y fue como que si necesitara el nombre para saber si le hablaba de la misma persona, de quién él creía. Pestañeó varias veces y su rostro se iluminó con una sonrisa como si no hubiera comprendido algo.

«—¡Por eso nunca llamabas a las chicas que te presenté! ¡Por eso nunca mostraste interés por ninguna! ¡Eres gay! —gritó. Hablaba para él.

Al final soltó una risa sarcástica.

Yo solo podía abrir y cerrar la boca como pez fuera del agua tratando de argumentar algo en ese momento.

Nada.

—¿Por qué no me dijiste que eras gay?

Lo miré. Sin darme cuenta había comenzado a jugar con el borde de mi camiseta y mis ojos pasaron a moverse en diferentes puntos lejos de su mirada. Estaba nervioso. Era notable que lo estaba.

¡¿Qué por qué no le dije?!

—No... sabía que lo era hasta... hace un par de semanas, creo.

Apreté los labios mientras por alguna razón seguía esperando su rechazo, pero él solo colocó sus manos sobre mis hombros haciendo que lo mirara, expectante.

—¿Por eso haz estado así? ¿Por qué te gusta un chico?

Abrí los labios para contestar, pero solo salió su nombre en un triste suspiro.

Ignore! Ignore! I Do Not Want To Talk↝ κοοκταεDonde viven las historias. Descúbrelo ahora