Cómo entrenar a tu prometido

Capítulo 25

"Realizaciones"

Todos los del castillo se apresuraban preocupados por toda la plaza. Bueno, casi todo el mundo. Los trillizos no se encontraban por ningún lado, pero toda la gente sabía que las chicas probablemente estaban en algún lugar del castillo, pensando en un nuevo plan engañoso para robar pasteles de Maudy. Sin embargo, a nadie le importaba mucho en ese momento dónde estaban los trillizos. No. Lo que tenía a todo el personal del castillo y a la nobleza visitante en un frenesí fue el hecho de que la princesa Hipo no estaba.

En el momento en que su doncella descubrió que la joven vikingo real no estaba en su habitación, la búsqueda había comenzado. Había comenzado como un asunto pequeño: unos guardias buscando alrededor del castillo. Y cuando los guardias no pudieron encontrarla, recurrieron a la ayuda de algunas sirvientas, quienes luego suplicaron a las cocineras por su ayuda, y a ellos con las lavanderas, y así sucesivamente hasta que la reina Leonor se dio cuenta de que todo su personal era corriendo por el castillo y, sin embargo, ninguno de ellos estaba haciendo su trabajo.

Los había confrontado por su pereza, el resto de la realeza escocesa se acercó sigilosamente detrás de ella. La doncella le había tartamudeado la situación a la reina, pero antes de que Elinor tuviera la oportunidad de decirle a todos que la dejaran buscar a Hipo por sí misma, su esposo había intervenido y organizado una fiesta de búsqueda muy desorganizada.

La búsqueda había durado más de cuatro horas, y Elinor estaba empezando a perder la paciencia con los idiotas incompetentes que la rodeaban. Suspiró mientras miraba discretamente a las paredes. Esos muros que separaban su castillo y la plaza interior del resto de los súbditos de Elinor. No era lo suficientemente seguro para dejarlos entrar. No lo suficientemente seguro para la nobleza, de todos modos. Eso era lo que su marido siempre decía, cada vez que Elinor le había instado a que les permitiera derribar los muros.

Elinor rechazó el pensamiento. Su principal preocupación era Hipo. No era que Elinor estuviera preocupada por la seguridad de la niña. Porque ella no lo estaba. No en este momento. No había forma de que Hipo hubiera estado perdido durante tanto tiempo y no hubiera estado con su dragón. No, no le preocupaba que Hipo fuera herida, porque no había forma de que Hipo saliera lastimado mientras su dragón estaba allí para mantenerla a salvo. Elinor, de hecho, estaba preocupada de que el grupo de búsqueda de Fergus demostrara ser más efectivo de lo que había anticipado. Le preocupaba que encontraran a Hipo, con su dragón. Y le preocupaba que primero mataran y luego hicieran preguntas.

Elinor suspiró en silencio de nuevo con frustración y examinó el área. Si nadie estaba mirando, Elinor podría escabullirse al bosque y agarrar a Hipo en silencio antes de que ella y Chimuelo fueran descubiertos. Todo lo que tenía que hacer era asegurarse de que nadie estuviera mirando en su dirección. Miró a su alrededor con tanta discreción como pudo. Simplemente actuó como si estuviera revisando el área en busca de Hipo.

Fergus estaba discutiendo con McGuffin sobre algo, y Dingwall y Macintosh se reían de ellos dos. Wee Dingwall estaba de pie junto a la pared contra la que estaba apoyado Young Macintosh. Los dos estaban hablando, pero solo entre ellos, y no estaban prestando atención a Elinor. Algunos de los guardias estaban tomando un breve descanso, y no estaban prestando demasiada atención a nada, y mucho menos al bosque en el que estaba Hipo.

Elinor volvió la cabeza, buscando miradas indiscretas, y sorprendió a su hijo mirando con nostalgia el bosque. Maraud, notó Elinor cuando lo vio mirando a su alrededor de la misma manera que ella en ese momento, había estado actuando de manera peculiar casi toda la mañana.