De todas formas ¿Qué podía hacer?

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Cuando se dio la vuelta con su merienda del día, buscó con la mirada dónde podría sentarse, unas mesas adelante, estaban sus amigos, quienes a la vez lo veían y Junghwan lo llamaba con la mano.

Dio un paso, realmente quiso ir hasta allí, pero su orgullo fue más fuerte, retrocedió y cambió de dirección, caminó hasta una mesa al fondo, vacía. 

Abrió su botella de agua, pero antes de que pudiera evitarlo, empezó a pensar.

No había visto a Haruto en todo el día, pero no quería ir a buscarlo, se iba a ver desesperado, no quería verse así.

Lo ponía ansioso no saber de él, pero vio que sus amigos subieron un estado con él, significaba que estaba a salvo, y eso era lo importante.

Empezó a comer, cuando iba a dar el segundo bocado vio a alguien sentarse en frente.

—¿Puedo sentarme aquí? — Analizó al desconocido durante unos segundos. Sus ojos desaparecieron cuando sonrió y tenía bonitos lunares, bajó la mirada y la dirigió a su ensalada.

—Ya lo hiciste — Y metió una gran cucharada de zanahoria rayada a su boca.

Escuchó al otro reír bajito.

—Soy Kanemoto Yoshinori ¿Puedo saber tu nombre? — Volvió a subir la mirada hacia el otro, lo volvió a analizar, no parecía mala persona, pero sí muy extrovertido.

—Nunca te había visto —

—Oh, eso es porque me acabo de transferir a este colegio —

Asintió y el otro bebió de su jugo.

—¿Eres japonés? — El otro sonrió y sus ojos volvieron a desaparecer —Sé japonés— Vió como el otro cerró los ojos y mordió los labios, seguramente queriendo evitar reír, pero no aguantó mucho y soltó una risita, fue muy contagiosa, no pudo evitar reír— Soy Park Jeongwoo —

El ya no tan desconocido sonrió más, si es que eso era posible. Volvió a mirar su ensalada, cuando escuchó un ruido fuerte, cuando subió la mirada hacia el chico, este estaba siendo tirado de su saco. El rubio se puso de pie como pudo y giró para encarar alagresor, tarde fue cuando se dio que ese era su novio.

El pelinegro empezaba a golpear en la cara al otro mientras lo sostenía de la corbata

Tenía que hacer algo, pero en el momento en el que se puso de pie su mente se puso en blanco. 

Pronto los amigos de Watanabe, empezaron a separarlo del pobre chico, quien solo se trató de cubrir, más no de devolver los golpes.

Las manos le empezaron a temblar.

15.08.21

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¿Final feliz?| HajeongwooDonde viven las historias. Descúbrelo ahora