Capítulo. 1: Tranquilidad

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Al parecer, se habían acabado los días de estrés y tediosas batallas. El doctor Eggman se había hartado de planear cosas en contra de Sonic o Mobius. Hacía casi ya seis meses que no ocurría algo malo en la ciudad, por consiguiente se podía decir que al fin estarían tranquilos y tendrían mucho tiempo libre. Sonic y Tails se encontraban viendo tele plácidamente junto con Shadow quien estaba recostado y tomando una siesta en un sillón individual con los brazos cruzados.

—Hey, Tails, ¿me pasas el refresco? —pidió el erizo azul.

—Toma. —el otro se lo entregó sin problema.

—Gracias. —alcanzó a decir antes de tomar un gran sorbo.

Se quedaron viendo las noticias un rato más, esperando alguna sorpresa de Eggman ya que seguían al tanto a pesar de que hace mucho que no los había molestado.

—Hoy, se ha abierto la nueva repostería en la calle Broadway que tanta gente esperaba con ansias, consiguiendo muy buenas reseñas del público. En otras noticias, han mejorado las calles de la avenida Green Valley... —la mujer del noticiero hablaba y hablaba sin mencionar algo problemático.

Las noticias terminaron y de nuevo, no hubo ninguna que tenía que ver con el doctor Eggman.

—Impresionante, no puedo que creer que el cara de huevo no haya causado más problemas. —Sonic puso sus manos detrás de su nuca en posición de relajamiento.

—Todo eso me parece muy extraño. Siento que tal vez-... —paró para después continuar—. Solo tal vez, él está... planeando algo realmente grande contra ti. —el zorro le mencionó un poco nervioso mientras se quedaba pensativo.

—Calma, mi amigo amarillento, no creo que el cara de huevo esté planeando algo; ya habría hecho algún movimiento, ¿no crees? Yo creo que simplemente se cansó de perder.

—Mmm... No lo sé, Sonic, tengo un mal presentimiento sobre esto. —el más joven musitó aún preocupado.

—Relájate, Prower. Vamos, toma un poco de refresco, te servirá. —el mayor le ofreció de su bebida.

—Ehh... —murmuró Tails sin terminar.

De la nada, una alegre Cream hizo presencia con tres coronas de flores.

—Hola, chicos. —saludó con su dulce voz.

—Hey, Cream. —dijeron de vuelta Sonic y Tails al unísono.

La conejita corrió hacia ellos saltando de felicidad y les colocó una corona de flores a cada uno. Sonic y Tails se limitaron a mirarse mutuamente. Saben que no a cualquiera le pone una corona de esas, además estaban algo acostumbrados a eso para ese punto. Seguido de eso, la pequeña se acercó hacia Shadow, quien seguía en un sueño profundo; estaba por colocarle la corona, pero...

—Cream. —Sonic la detuvo en casi un susurro—. No creo que sea buena idea. —repuso no tan convencido por lo que estaba por hacer.

Cream solo rió levemente y se la colocó sin más. Sonic y Tails se sorprendieron y estaban esperando a que Shadow se despertara molesto, pero por suerte, no ocurrió. Parece que tenía el sueño pesado. La jovencita se fue brincando e irradiando alegría; se le notaba más feliz que de costumbre. Tails se le quedó viendo mientras se iba con un gesto algo bobo que su compañero no tardó en notar.

—¿Y esa cara? —inquirió el más alto.

—¿Cuál cara?

—No te hagas, la que acabas de poner. —Sonic insistió.

—Yo no puse ninguna cara. —el amarillo desvió la mirada.

—La pones cada vez que ves a esa dulce conejita. —el otro sonrió de lado con picardía.

Tails se encogió de hombros por unos segundos.

—Eso-o no es cierto. —empezó a sonrojarse.

—Mírate, estás todo rojo. —Sonic soltó una risotada.

—Déjame en paz o yo te molestaré con Amy. —el zorro frunció el ceño.

—Ah, cálmate, solo jugaba; no era para que te molestaras. Además, la tranquilidad está a mil por hora el día de hoy. —suspiró.

—Bien, creo que tienes razón; debería de relajarme un poco. —Tails se recostó en el sofá.

—Eso es, duerme un rato.

Después de unos minutos, su amigo cayó rendido y se durmió, pero, como por arte de magia, uno se durmió y el otro despertó.

—Aghh... —bostezó—. ¿Qué pasó? —preguntó Shadow aún adormilado sin darse cuenta que tenía puesta la corona de Cream.

Sonic no pudo evitar soltar una carcajada mientras veía al erizo negro que se creía emo con la tierna corona de flores.

—¿De qué te ríes, idiota? —inquirió.

—Mira tu cabeza.

Shadow vio su cabeza y se encontró con la corona de flores.

—¿Qué demonios? —Shadow exclamó ahora enfadado mientras se la quitaba de la cabeza—. Muy gracioso, Sonic, ¡estás muerto! —rugió apunto de levantarse.

—No he sido yo, fue Cream. —Sonic dejó de reír algo intimidado.

Shadow se sorprendió y después dio un largo suspiro tranquilizándose a si mismo.

—¿Qué pasa, Shads? ¿No matarás a Cream? —interrogó el azul entre risas.

—No me llames Shads. —aclaró ignorando su pregunta y llevándose su corona.

—Sabía que le tenías afecto a esa coneja.

—Cállate de una vez, ¿quieres? —balbuceó para después subir las escaleras.

No need to say goodbye | Tails & CreamDonde viven las historias. Descúbrelo ahora