• Perspectiva de Cream •
Levanté los párpados lentamente y ví que la luz del sol ya entraba por la ventana de la cocina. ¿Dónde estoy? Me respondí a mí misma dándome cuenta de que estaba en la sala, sin embargo no recordaba exactamente cómo había llegado ahí. Al intentar levantarme, sentí que un agarre en mi cintura que no me permitía hacerlo. Me espanté al principio, pero después noté que eran las colas de Tails. Me rodeaban como abrazándome.
Entonces, todo empezó a tener sentido: recordé que nos quedamos jugando casi toda la noche. ¿En serio me quedé dormida con él en el sofá? Sabía que nadie se había despertado aún y no quería que me vieran así con Tails. Ahora sí que no sabía qué hacer. Volteé a ver a mi compañero de crimen: su carita cuando duerme es tan adorable. Sonreí y no hubiera podido despegar la vista si no estuviera preocupada.
Pensé en un plan plan para escapar. ¿Cómo haré para zafarme de él sin despertarlo? Me moví un poco y cada vez que lo hacía, Tails se aferraba más a mí. No me molesta en lo absoluto, al contrario, me gustaba la cercanía de mi amigo, pero tenía que quitarme de aquella posición lo antes posible para evitar que piensen cosas de nosotros. En ese instante, escuché pisadas desde las escaleras. ¡Alguien va a bajar! Rápida y cuidadosamente tal y como un ninja, me zafé del agarre de Tails y me alejé a una distancia aceptable.
—¿Cream? ¿Tails? —preguntó una voz que reconocí al instante y es conocido por ser el primero en despertarse, Sonic.
—Buenos días, Sonic. —lo saludé tímidamente mientras volteaba a ver instintivamente a Tails, quien dormía aún plácidamente.
El erizo arqueó una de sus cejas en señal de confusión y luego dibujó una sonrisa peculiar.
—¿Qué hacen tan temprano aquí abajo?
—Tails y yo nos quedamos jugando videojuegos hasta tarde. —jugué con mis dedos tímidamente.
—Ya veo, les sugeriría hacer eso por las tardes para que no pierdan tantas horas de sueño. —el chico levantó su dedo índice y se dirigió al patio.
Eso estuvo muy cerca. Escuché al rubio bostezar a un lado mío.
—Hasta que despiertas. —musité.
—Hey, Cream. —Tails me dedicó una sonrisa dormilona—. ¿Qué pasó? —preguntó al aire.
Basta, se ve tan lindo así.
—Umm... Nos quedamos jugando videojuegos toda la noche.
—Oh, ya recordé. —se talló los ojos.
Ambos reímos sin motivo alguno; aunque yo en realidad lo hacía porque me daba gracias su voz de recién amanecido.
—¿No tienes hambre? —lo miré curiosa.
—Demasiada. —contestó y se estiró como gato.
—Ven, vamos a ver qué hay de comer. —corrí a la cocina junto con él.
Abrí el refri y saqué dos emparedados para los dos. Nos sentamos en la mesa y encendimos el televisor pequeño de la cocina para ver la tele. Empezamos a comer en silencio disfrutando de cada bocado y viendo un programa. Me sentía plena empezando las mañanas con él.
• Perspectiva de Tails •
Una vez más me perdí en su rostro. ¿Cómo le hacía para ser tan linda por dentro y por fuera? Tal vez Sonic tenga razón: Cream realmente me gusta; pero una vez más está ese punto que me carcome: ¿qué tal si ella no siente lo mismo? ¿Qué tal si no lo siente por alguien más? ¿O no lo siente del todo? Una imagen de Charmy vino a mi mente de pronto. ¿Y si siente eso por Charmy? ¿Será que por eso siempre están tan juntos y juegan todo el tiempo?
—Uhh... ¿Cream?
—Dime —respondió despreocupada viendo la tele.
—¿Te...? —dudé por unos segundos. Ella me miraba atenta ahora—. ¿Te gusta Charmy?
Cream abrió los ojos y noté como sus mejillas se pusieron a coloradas.
—No-o. —tartamudeó aún sorprendida por la pregunta—. ¿Por qué? —replicó con un tono confundido.
Oh, rayos, ¿ahora qué le voy a decir?
—Porque... —demonios, demonios—. Porque, no lo sé, pienso que harían una bonita pareja. —mentí para que no me descubriera.
Vi que su boca se abrió, sin embargo tardó en hablar. ¿Qué estoy diciendo? ¡Ugh!
—Gracias. —sonrió tiernamente.
No debí decir eso, ¡no debí decirlo! Pero prefiero que piense eso a que descubra que estoy confundido por ella. ¿Esto significa que ella puede sentir algo por Charmy? ¿Qué tal si ya se hizo a la idea por mi culpa?
—De-e nada. —sonreí falsamente de vuelta.
Definitivamente, soy un tonto.
[...]
—¿Qué tal tu cita de anoche, campeón? —Sonic me guiñó un ojo entrando a mi taller sin previo aviso como suele hacerlo.
—No era una cita. —lo miré con mis párpados a la mitad.
—Va, entonces, ¿cómo te fue en tu "no cita"? —el cobalto soltó una risotada sentándose en la silla de mi escritorio.
—Ni me lo recuerdes. —suspiré aún decaído por lo que había sucedido hace unas horas.
—¿Tan mal estuvo? —rodó el asiento para estar a mi lado.
—No, estuvo increíble. —exclamé animado—. Pero no lo que pasó después. —repuse triste.
—¿Qué hiciste? —me leyó la mente.
—¿Por qué insinúas que yo fui el que hizo algo mal?
—Te conozco. —mi amigo se encogió de hombros—. Sueles decir o hacer cosas que no quieres al estar en un estado nervioso; como la vez que me dijiste "te amo" cuando te salvé de las garras de Eggman.
—Olvida eso, qué vergüenza. —me ruboricé—. De acuerdo, me conoces bien. —hundí mi cabeza cubriéndomela con mis brazos sobre el escritorio.
—¿Qué hiciste? Seguro no fue tan malo. —a pesar de no verlo, sentí que el mayor me sonreía.
—Le dije que haría bonita pareja con Charmy. —hablé aún con la cara tapada.
Sonic se quedó en silencio por unos segundos y luego empezó a reír descontroladamente.
—Eres un tonto. —mencionó con un dejo de cariño en su voz y acariciando mi cabellera.
Y yo no podría estar más de acuerdo.
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No need to say goodbye | Tails & Cream
RomanceA Mobius lo inundaba un ambiente de paz. Al fin, el doctor Eggman se había cansado de preparar sus malévolos planes en contra de Sonic y la ciudad. Se podía decir que todos por fin tendrían calma y tiempo libre: algo que claramente se merecían. Un d...