El resto de los días en el internado habían sido tranquilos, no había habido ningún incidente raro o algo extraño, y estaba bien con eso por el momento.
Sobre el extraño que me había mandado comida- no envenenada- y notas la otra noche no había sabido nada mas, todavía tenia curiosidad de saber quien era esa persona y porque había decidido ayudarme aquella noche, todo era muy confuso para mi y mas cuando había momentos en los que me sentía observada, sin embargo miraba para todos los lados y solo veía a los grupos de chicos y chicas hablando entretenidamente. Siempre habia pensando que en estos internados la gente iba a hacer loca, suicida, callada y depresiva todo el tiempo, pero no, habia gente divertida, graciosas e interesantes aquí dentro, llevaba tan solo tres días aquí y ya me habia dado cuenta de quienes eran los ''chicos malos'' ''el grupito popular'' los ''chicos depresivos'' las que tenían ''problemas de autoestima'' y todo eso, ya en mi mente tenia a todos los chicos y chicas del internado clasificado.
Por el momento no habia hecho amigos, pasaba sola, y con tanto tiempo libre solo hacia 4 cosas, dormir, dibujar, analizar todo a mi alrededor y sentarme a ver caer la nieve. Era tan relajante que por momentos llegaba a pensar que era una persona normal, con una vida normal, una familia normal.
Era tan abrumador no recordar todo pero a la vez tan aliviane. Hoy tenia mi primera cita con el psiquiatra, ni siquiera sabia como sentirme, siempre habia sido tan confusa con eso de las emociones o sentimientos, soy tan apática pero tan observadora. Mis emociones y sentimientos eran un tema delicado para mi, desde pequeña empecé a cuestionarme por que no me sentía nerviosa, triste, enojada, feliz, o con miedo. Siempre me encontraba a mi misma preguntando que sentía y la realidad era que no sentía nada. Era como si mi sistema nervioso estuviera desconectado de mi y lo único que hacia era preguntarme como debía sentirse una persona ''normal'' en esta misma situación y de a cuerdo a eso era que actuaba. era como un títere, solo que yo misma me manejaba, mi cuerpo carecía de sentimientos y emociones, no sentía nada. Nada mas que vacío. Eso era lo único que eh sentido realmente en mi vida. vacío.
Debido a eso nunca tuve ''mi amor de la infancia'' como muchos lo llaman, solo llegaba a obsesionarme de manera poca sana con algunas personas.
Estaba tan sumergida en mis pensamientos que no me habia cuenta de que habia una figura bastante alta enfrente de mi, y no era un chico, era una chica de cabello rojizo, un rostro angelical y un cuerpo envidiable. Dios que preciosa era.
...
Hoy ya hacia una semana de que habia llegado al internado y aunque ya tenia amigos lo único que quería hacer era ver a mi mejor amiga, pero todavía faltaban 2 días para que sea lunes, que es el día en el que el internado se permiten las visitas.
La chica de cabello rojizo se llama Naye, y es muy agradable, el día en el que me hablo nos hicimos amigas de inmediato, sentía como si ya la conociera pero no sabia de a donde o tal vez solo la confundí, ese mismo día Naye me presento con sus amigos, son un grupo bastante agradables, hay 3 chicas mas y 4 chicos. Una de las chicas se llamaba Bianca, era bastante bonita y tenia un cabello castaño semi ondulado, otra de las chicas se llamaba Jade, era preciosa y su cabello liso color negro le llegaba casi hasta las rodillas, la ultima de las chicas se llamaba Melisa, era bonita también, tenia unos ojos azules y un cabello rizado café divino, pero ella no me daba buena vibra, y podía predecir que a ella le pasaba lo mismo conmigo por la forma en la que me mira, podrían ser suposiciones mías pero algo en mi me decía que ella escondía algo. Los chicos del grupo estaban guapísimos y no podía dejar de cuestionarme que hacia una chica como yo en un grupo como el de ellos, Marlon era un chico callado de tex blanca, cabello mono y ojos verdes, Santiago parecía hermano de Marlon tenían el mismo color de piel y el mismo color del cabello, solo que Santiago era mas alto y sus ojos eran de un verde mas claro, Emmanuel era un chico moreno bastante gracioso, estatura promedio y ojos café claro y por ultimo Adán, era un chico misterioso siempre estaba leyendo y escuchando música estaba sumergido en su propio mundo, tenia un cabello negro, tex blanca, cuerpo bien definido, tenia unos ojos muy peculiares hermosos y sin duda únicos, su ojo izquierdo era de un azul claro impresionante y su ojo derecho era todo lo contrario, era de un negro oscuro profundo, Adán era el mas alto de todos.
Ahora mismo nos encontrábamos en la cafetería, Emmanuel estaba contándonos de la vez que lo mandaron a la cárcel porque tuvo una pelea bastante fuerte con otro chico, Emmanuel fue diagnosticado con el trastorno F60, todos a excepción de Adán le estábamos prestando atención y muriéndonos de la risa por la forma en la que contaba todo.
Adán no habia tocado nada de su comida, era como si lo único importante e interesante para el fueran sus libros y sus auriculares, me di cuenta que lo único relevante para el era la música y la lectura, el resto no le importaba.
—¿No vas a comer?— le pregunte un tanto irritada por su actitud
—No.
—Si no comes te vas a enfermar— Le pregunte con el mismo tono de irritación de antes.
—Eso no es de tu incumbencia Leila.
Irritada por su actitud tome mi bandeja ya vacía y me levante de la mesa, todos me miraron sorprendidos, sin embargo no me devolví a la mesa, deje la bandeja en una de las encimeras y salí de la cafetería todavía faltaba media hora para que fueran las ocho, que era la hora en la que nos mandaban a los dormitorios así que me dirigí al patio, estaba todo cubierto de nieve, lo que una vez fueron arboles frondosos hoy solamente eran ramas secas, me senté encima de una roca y empecé a dibujar círculos en la nieve, cada que dibujaba un circulo me quedaba mirando como este era cubierto por la nieve que caía.
Recuerdos borrosos vinieron a mi mente sobre Coraline, pero ahora no quería pensar, no quería recordar, solo quería tener mi mente en blanco. Vacía.
Tome un puñado de nieve en cada una de mis manos, sentí un escalofrió por todo mi cuerpo, los pensamientos poco a poco fueron desapareciendo de mi mente y lo único en lo que podía pensar era en el frio que tenia, pero sentir frio era mejor que sentir incertidumbre de saber si lo que hiciste estuvo correcto o no, cerré mis ojos para entrar en un estado completo de relajación, ya no podía sentir mis manos, el frio me las tenia adormecidas, mi cuerpo estaba temblando por la brisa que corría. Faltaban ya quince minutos para que fuesen las ocho, intente levantarme de la roca pero mi cuerpo no coordino con mi mente porque apenas intente ponerme de pie mi cuerpo empezó a temblar haciéndome quedar sentada en la roca otra vez, seguí intentando ponerme de pie para irme pero seguía sucediendo lo mismo y ya solo faltaban cinco minutos para que fueran las ocho. Sentí que alguien me observaba pero apenas intente girar la cabeza para ver quien era la persona sentí un fuerte dolor en la parte baja de mi cabeza, por instinto lleve mi mano donde sentí el dolor, sentí mi mano humedecerse, la mire de inmediato mis ojos fijándose en el color carmesí que cubría mis dedos, intente volverme a parar pero volví a caer, fuertes punzadas de dolor me invadieron nuevamente, trate de mantenerme despierta pero mis ojos se cerraban solos, mi vista empezó a nublarse hasta que ya no veía nada, solo negro, entonces recordé que Adán fue el chico que me dio la bienvenida el primer día. Mis ojos se cerraron por completo.
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Demonios ocultos
Mystery / ThrillerLeila Myers una chica que reprimía sus emociones porque sabia que esas no eran las de una persona normal, pero aun así ella actuaba como una mas del montón sabiendo que ella no era común ni lo seria por mas que quisiera. Sus padres de cultura religi...