Capítulo 1 "Dangerous Woman"

5.7K 275 67
                                    

Existen numerosos hechos traumáticos y particulares para cada ser vivo, la naturaleza ha enseñado al ser humano la amplia supervivencia de aquellos más fuertes y hábiles, la destreza la desarrolla la experiencia, y los miedos en conjunto con la angustia tienen orígenes diversos, un trauma propio podría ser banal para otro, otros podrían ser banales para ser propios, el punto es que no existen una generalidad, ninguna persona se afecta por exactamente las mismas razones que otras, la diversidad nos permite diferir de nosotros mismos, incluso como especie, somos irrepetibles, únicos, excepcionales, por lo que tenemos un gran catálogo de opciones, y toda una vida para probarlas, puedes desafiarte a ti mismo, puedes superarte o hundirte, enfrentarte o amarrarte, ¿El motivo? Tú mismo, mientras más fuerte e insuperable seas, más deseable te vuelves...

Ese era pensamiento y la mayor fuerza de voluntad de Aline Faylled, una chica de 29 años que había enfrentado un mundo con limitaciones, maltrato y egoísmo, así como otro dónde aprendió y se enseñó a crear todo lo que podía afectar su mundo, implantó sus propias limitaciones, detuvo el maltrato para sí misma, y se posicionó en el mejor peldaño de todos, el deseo...

Su alarma comenzó a sonar cerca de las seis de la tarde, justo al término de otro ciclo de sueño, sabía cuánto tiempo debía descansar para mantenerse con el mejor aspecto, lo necesitaba, era parte de su trabajo, o mejor dicho de su ocupación.

Abrió lentamente sus ojos, el atardecer inundaba su amplia habitación, el algodón egipcio de las sábanas cubría su exquisito cuerpo, el pañuelo de seda hacía que su larga cabellera castaña con tenues reflejos cobrizo qué a menudo podían pasar desapercibidos, tuviera armonía y cuidado, ella misma era su mejor inversión, se cuidaba así misma cómo lo mas valiosa, pero no por egocentrismo, era simplemente por todo lo que había invertido en sí misma.

La ducha con agua caliente en su ancha tina de baño, las esencias que triplicaban el precio de cualquiera de supermercado, las finas telas y toallas se encontraban organizados de una forma impecable, el tiempo que se dedicaba era fundamental, vivía de lo que ella representaba, necesitaba una gran cantidad de esfuerzo para llegar a cada imagen que pudieran percibir de ella.

El atuendo no era importante, no cuando su vestimenta debía ir acorde a la actividad que tuviera que desempeñar, pero aún así siempre lucía ropa que superaba el costo promedio de altas y reconocidas marcas, Versace y Dior le ajustaban al cuerpo con un largo abrigo, un vestido que llegaba hasta la mitad de sus muslos y botines de invierno, a pesar de recién terminar otoño, el frío era brutal en la ciudad de Madrid.

Un Porsche Panamera completamente negro era lo que conducía Aline cada noche para atravesar la ciudad, el estilo y elegancia era parte de su perfil, un perfil tan exquisito que las solicitudes de su compañía eran obscenas.

Pasando lo que pareciera las limitaciones de una zona residencial, detuvo su auto y lo dejó a cargo de Arthur, el valet y encargado de la movilización de cualquier vehículo que llegase al lugar, Velvet, un nombre usado cómo tonalidad, estilo, característica, referencia o textura, cualquiera de sus usos no era el que verdaderamente describía el lugar, Velvet era el nombre de un área residencial que ofrecía servicios muy particulares provenientes de una amplia diversidad de mujeres, la prostitución y el entretenimiento femenino eran realmente parámetros humillados a comparación de lo que Velvet ofrecía, cada mujer que se encontraba en toda el área residencial, contaba con características, cualidades o habilidades que eran bien explotadas y usadas por aquellos que tenían la posibilidad u oportunidades de remunerar su valor, esa era una gran diferencia en comparación con un club nocturno, una stripper o incluso un prostíbulo.

Pasando por los elegantes recibidores, la zona de consumo, y el bar, Aline finalmente llegó a la zona de habitaciones personales, los largos pasillos demostraban la gran cantidad de mujeres que trabajaban en el lugar, cada una ubicada en los primeros niveles, alejadas de las habitaciones de servicio, esas elegantes e impecables recámaras en niveles superiores costaban tanto dinero que la exclusividad era evidente.

El Placer De Un LinajeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora