No siempre resalté en mi grupo de amigas o en la escuela, pero de cierta forma me sirvió ser amiga de Susie durante la escuela.
Ya era el primer día de clases y Susie ya había vuelto con su intento de llamar la atención de Kevin. Pobrecita, está coqueteando con el chico nuevo para ver si lograba poner un poco celoso a Kevin JAJA el chico ni la pela desde el jardín de niños y mucho menos ahora que ella era la más "deseada" de toda la escuela.
Dios, Susie, no te vayas a comer la cara del pobre chico nuevo; ¿qué está haciendo? ¿Porqué me está señalando?
El chico nuevo me está mirando. Ambos me estaban mirando y luego apartaron su mirada, Susie le susurra algo y anota lo que creo sería su número.—¿Verdad que está guapo el chico nuevo? — la voz de Mónica junto a mí me sacó de mis pensamientos.
—q-qué - no, no es eso, Susie parecía estar hablando de mí con él, ambos voltearon a verme. Eso dio miedo. — respondí mientras giraba de vuelta a la mesa.
—Sí, bueno, debería darte más miedo tu trabajo de medio tiempo en un bar siendo menor que la mirada del chico nuevo.—Voltea levemente a la mesa en la que estaba sentado —Se ve lindo con ese cabello bien peinado, dan ganas de darle una despeinada.
—Mónica, tú tienes otro significado para "despeinar" — le dije.
—Ah, eso también, me pregunto cómo será en eso... — respondió sonriente mientras se imaginaba en brazos del nuevo.
Y antes de que terminase la hora del almuerzo Susie había prometido presentarme al chico nuevo en su fiesta de bienvenida. Era más fácil habernos presentado al final del día, pero ella no dejaba de excusarse con que lo hacía para asegurar su presencia en la fiesta y que más personas fueran a la fiesta.
—Un día de estos me lo agradecerás—decía.
—Ánimos Agi, chance y esta vez... —Mónica quiso animarme a ir pero me fui antes de que concluyera la oración.
Tener 16 y que mis amigas crean que ser virgen me debería dar vergüenza era ridículo (especialmente porque en el verano conocí a un chico y prefiero guardar ese bello recuerdo para mí) no me importaba; tenía la mente ocupada en la escuela, mi trabajo a medio tiempo y ayudaba a mi hermano mayor con su boda.
Mi vida era medianamente tranquila...Creo que debí disfrutarla un poco más.
Habían sido ya dos semanas que había pasado lo de la fiesta de Susie y seguía molesta porque no asistí. Por otro lado, Mónica andaba sonriente porque se cogió al nuevo.
—Y vaya despeinada que le di— contaba —Agi, tuviste que estar ahí. Fue genial — seguía.
—Ew, ¿cómo iba a estar ahí? Además, tenía cosas más importantes que hacer— dije.
—...como traicionar a tu mejor amiga y dejarla plantada con un buen prospecto — continuó Susie.
—¿Traicionar? Yo ya te había dicho que estaría- — me interrumpe.
— -ayudando con la boda de tu hermano, sí, sí, lo sabemos. —asiente Mónica junto con Susie —Pero nena, necesitas socializar un poco más con personas de tu edad. — Termina de decir y las tres nos fuimos a nuestras clases.
Al final prometí ir a su próxima fiesta con la condición de que ella dejaría de buscarme novio.
Habían pasado 8 meses ya y todo parecía ir bien, salvo porque comencé a sentirme mal.
Falté al último examen del mes por que creía que mis cólicos eran bastante fuertes y no me podía parar. Mi hermano al verme en ese estado insistió en llevarme a urgencias y terminé llevándome dos sorpresas, una de ellas que me paralizó más de lo que ya estaba era que estaba por dar a luz.Sí, así de loco era el asunto, durante 8 meses estuve embarazada y mi hermano y yo ni en cuenta.
La segunda sorpresa fue que Mónica también lo estaba, sólo que su caso era diferente; ella tenía casi 7 meses de embarazo y el doctor que la atendió dijo que probablemente era un aborto.
Antes de que ambas ingresáramos a crujía estuvimos unos momentos a solas.
—¿Prometes no decirle a nadie sobre esto? —con pena y lágrimas en sus ojos, Mónica me pidió que guardara esto como secreto. Hacía unos meses atrás que nos había dicho que sus padres se mudarían y que por eso cambiaría de escuela. No puedo creer que haya estado aquí todo este tiempo y nunca me la haya topado.
—Sí, pero tú tampoco dirás que estuve embarazada— le respondí, tomando su mano.
—Quién lo diría, de nosotras, Susie y yo creíamos que eras aún virgen.— Dice acomodándose para girarse hacia mi — ¿Sabes de quién es? — pregunta.
—Joder, claro que no, por eso no iba a las fiestas. Tener sexo casual no siempre es buena idea. Y más si es con desconocidos— dije.
—No sabría decir si es mejor estar embarazada— hago una pausa— o tener una enfermedad venérea— lo dijimos al. mismo tiempo.
Horas más tarde juré escuchar el llanto de un recién nacido.
Un recién nacido que no pude conocer al instante porque el cansancio se había apoderado de mí y caí dormida.Horas más tarde estaba despertando sola en una habitación privada que mi hermano había reservado después de haber entrado a zona de parto.
Una enfermera entra a decirme que el bebé que había tenido no pudo sobrevivir y que había muerto minutos después de haber nacido.
—Pero, ¿podría decirme cuál fue su sexo? — pregunté sollozando.
—¿Para qué quieres saber? No es como si tuvieras que estar orgullosa de tener un bebé a tu edad— dijo altanera —además, ya está muerto, no es como si cambiara las cosas.
—¡Lo sé! — grité —¡Lo sé! Lo sé, lo sé, lo sé. ¿Y sabe qué es lo que no sabía?— le dije llorando, llena de ira —No sabía que estaba embarazada. No sabía que él chico con el que tuve sexo no usaría condón o que el condón se rompería. No sabía que mi madre moriría el día que nací. No sabía que mi padre se casaría con una mujer que terminaría alejándome a mi hermano y a mí de mi padre. Y ahora tampoco sabré si el bebé al que parí hace horas era niño o niña. — La enfermera se quedó callada. Parecía como si le hubiera aventado una cubeta de agua helada.
Termina de verificar que esté funcionando el suero y antes de irse me dice:
—Era una niña. Tu hermano te tomó fotos junto a ella antes de que falleciera.—Mónica más tarde llegó a despedirse.
—Amiga, siento mucho tu pérdida — me abrazaba —habrías sido una buena madre— trató de consolarme.
—Gracias. ¿Y tú qué harás? —le pregunté.
—Pues...hay un chico...que cuidó de mí cuando mis padres me habían dado la espalda— dice emocionada —así que me iré con él.
—Mónica, me alegro por ti— fui sincera, estaba un poco aliviada de que al menos la vida de una de las dos mejoró un tantito.
Mi hermano logró convencer al médico que me atendió para poner que todo había sido una gastritis.
La enfermera me entregó la urna en la que estaban las cenizas de la bebé.
Decidí esparcirlas junto a las amapolas que había plantado al lado de la tumba de mamá.Por otro lado, en la escuela, Kevin en el baile de último año se le declaró a Susie. El chico que en su momento fue nuevo se veía un tanto más cansado, no me atreví a preguntarle si estaba bien porque no lo conocía y me daba pena acercarme a él.
El tiempo pasó muy rápido y decidí mudarme.
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Lo que construimos [Editando]
Teen FictionEsta historia la cuento yo. No sabrás quién la cuenta, tal vez él o ella, nunca adivinarás. Alguno de nosotros moriremos en el proceso y esperamos que en el momento te causemos algún sentimiento que impacte; nos disculpamos si llegas a identificarte...