34

7.1K 234 5
                                    

- Qué no!! El mueble va ahí en frente.- suspiro exhausta.

Hace dos días pedí un mueble en Ikea. Hoy ha venido el repartidor a traerlo y a montarlo, y el tío parece que me está vacilando. Le he dicho más de cinco veces que el mueble iba en frente de la chimenea y no le queda claro, le miro y veo como sonríe.

- Buenas amor.- aparece Pablo despeinado del entrenamiento, en cuanto ve al montador se peina un poco.- Hola buenas.

El hombre gira la cabeza y en cuanto ve a Pablo, se queda alucinado.

- Pablo Gavi?

- Ehm si.- mi chico se rasca la cabeza nervioso y reprimo una sonrisilla.

- Cuando acabe de montarlo me puedo echar una foto?- Gavira asiente y el hombre pone de una vez por todas bien el mueble y coloca los últimos tornillos.

Después de unos 15 minutos, el repartidor ya se ha ido con su foto hecha, y yo mosqueada por la molestia de vacilarme mientras lo montaba.

- Ese es un cabrón, me estaba vacilando todo el rato y estaba desperdiciando mi tiempo.

- Cómo que vacilando?- pregunta curioso.

- Como oyes, le decía que el mueble ahí.- señalo el lugar.- y me lo ponía allí.- señalo en frente.

- Tu cara debe de haber sido un poema.

- Mi paciencia se iba agotando a ratos.- me abraza por la espalda y voy flechada a la cocina a comer.

Estos días tengo más hambre, cada 30 minutos tengo hambre y he leído en internet que es normal, pero tengo que complementarlo con ejercicio para no acabar con unos kilitos de más.

Hoy de comida iba a hacer una lasaña de verduras, pero como el montador estaba aquí no me ha dado tiempo ni a partir la berenjena. Finalmente me decanto por una sopa, que viene muy bien con el frío.

- Ahora echo esto al agua.- digo en voz alta siguiendo la receta. Me he empeñado en hacer la sopa casera, casi siempre la hago de Brik pero hoy me apetecía algo más sano.

••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••

Después de comer, que por cierto me había quedado riquísima, vamos a ir Pablo y yo a dar una vuelta por el centro comercial. Necesito algunos abrigos porque se me han quedado pequeños, y si veo algo peculiar que me guste me lo pillaré.

Me subo la cremallera del vaquero como puedo, la barriga se hace más o menos notoria y los pantalones me van justitos.

- Como vas Olayitaa?- grita Pablo desde abajo.

- No me llames así, y voy bien.- me hago un repaso rápido en el espejo y chequeo llevar todo en el bolso.

Bajo los escalones y me lo encuentro con una de mis camisetas preferidas, se la compré porque me recordaba a él y porque se le enmarca bien a su cuerpo. Cierro la boca para que no se me caiga la baba y me agarro de su brazo para salir a por el coche.

- Conduzco yooo.- sacudo las llaves y asiente rendido. Prefiero agotar mis días de conducir antes de que el barrigón no me deje ni acercarme al volante.

•••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••

- Ves? Esto sí que conjunta, no el polo rojo con los vaqueros de pana.- comento mientras le busco un conjunto nuevo. Sus vaqueros se están empezando a desteñir y ha visto unos de pana en el escaparate. Hemos entrado a la tienda, y había que llevarse un polo para obtener un descuento.

- Pero amor, no ves que el polo azulón queda mejor? Los pantalones son blancos, quedaría de escándalo.

- Pero prefiero el rojo.

- Bueno pues me pillo los dos, no se debate más.- da por zanjada la conversación y se acerca a pagar la ropa. Le sigo como puedo, parece enfadado.

- No te enfades Pablito.

- No estoy enfadado chérie.- me sorprendo ante el mote, fue de las primeras palabras que intercambiamos juntos y que se acuerde me ha encantado.

Pasa la tarjeta, coge la bolsa y me agarra de la mano para caminar hacia la tienda de los abrigos. Busco varias sobrecamisas que combinen con todo, y algún que otro plumífero.

- Mira ese, no te gusta?- señala a uno negro de cuero. El cuero está rompiendo en esta temporada, es de las prendas que más se lleva y casi todo el mundo tiene algo de cuero.

- Es bonito, si, el problema es el precio.- y suspira, me va a repetir las palabras de siempre.

- A ver Olaya, quedamos en que mi dinero también es tuyo y si necesitas algo urgente que lo pillases de mi tarjeta. El dinero es algo que me sobra, y te aclaro que también es para ti así que no pongas esa excusa y llévate el abrigo, que me ha encantado a mí también.- me da un beso en la cabeza y vamos a por el abrigo.

Y después de un sesioneo de compras, nos sentamos en el Vips a cenar. Contando las horas, llevamos aquí desde las cuatro de la tarde y ya son las nueve. Pido una ensalada ligerita con pollo y zanahoria, y Pablo pide otra ensalada pero con menos volumen que la mía.

- Qué buena está dios.- gimo mientras como y a mi chico se le está encendiendo todo.

- No hagas eso, ya sabes cómo me pongo Olaya.

- Oh sí, que bueno está esto Pablo, quieres probarlo?- y sin darme tiempo, me arrebata el bol de la ensalada y lo prueba, si seguía provocándole acabaría mal (bueno ya está mal de por sí ;))

Pago yo la cena y regresamos a casa con las tripas llenas. La ensalada llenaba bastante, y mi bebé ya se había alimentado del todo.

Nada más llegar, me descalzo y me cambio, y a la cama directita.

- Buenas noches boba, te quiero mucho.- me da un besito en los labios y apaga la luz de la habitación.

——————————————————————
Actualizo después de unos días, gracias por las 60k de visitas!!!!!

Efímero || Pablo GaviDonde viven las historias. Descúbrelo ahora