Bruno, Lía y el pequeño Suertudo subieron al corcel, dispuestos a alejarse del lugar; los soldados asignados al área podrían estar en cualquier lado.
-¿En tu visión estaba Alek?- preguntó el joven, luego de que su amiga le contara el sueño que había tenido momentos antes.
-No tengo idea por qué, pero...- respondió preocupada- Creo que deberíamos ir por él-
El pelirrojo asintió y haló de las riendas del caballo para alejarse del peligro. Sin embargo, no contaba con el relinche del animal.
-¡Silencio!- susurró Bruno, pero era demasiado tarde, el sonido había llegado a oídos de quienes menos deseaban cerca.
-¡Oigan!- no muy lejos de ahí, uno de los soldados asignados divisó a la pareja -¿Qué hacen? ¡Vengan aquí e identifíquense!-
-Vamos... ¡Vamos!- le pidió Lía a su amigo, quien acató su orden de inmediato y no encontró otra ruta mejor que la de adentrarse en el bosque.
-¡Es una orden real! ¡Alto!- el militar entendió que no tenían intención de detenerse, así que corrió hacia sus compañeros- Dos personas se dirigieron en caballo al bosque, no quisieron identificarse-
Su compañero suspiró, lo que menos deseaban era resistencia que les impidiera cumplir su primera tarea formal.
-Avisemos a Franz, ¿dónde está?-
-Ustedes dos, vayan tras ellos, yo buscaré refuerzos con Franz-
Los soldados estuvieron de acuerdo e inmediatamente se dirigieron hacia el bosque en busca de los desertores.
Mientras tanto, Lía observaba hacia atrás con temor, esperando que nadie los siguiera.
-¡Tenemos que perderlos y salir del bosque!- exclamó el chico.
-¡Debemos ir por Alek!- le respondió.
-¡Te atraparán, Lía! ¡Está muy cercano al Fuerte, seguro hay más soldados ahí!-
Bruno tenía razón, ni siquiera había garantía de que ellos pudieran escapar. Volteó hacia atrás de nuevo, pero esta vez sus ojos le mostraron lo que tanto temía. Dos hombres armados los seguían a caballo y, a juzgar por la velocidad, la distancia entre ellos se acortaba.
-¡Nos siguen, Bruno!-
El chico volteó para ver a qué distancia se encontraban. Por más rápido que fuera, un simple caballo de pueblo no superaría a uno militar.
-Nos alcanzarán. Toma la daga de mi cinturón, yo usaré la espada. Tendremos que pelear-
Pelear contra militares sonaba descabellado, pero no había otra opción. Ambos acostumbraban practicar duelos de espada, pero nunca habían estado frente a un enfrentamiento real.
De repente, una flecha quedó clavada en un árbol junto al que pasaban.
-¡Ballestas!- gritó exaltada.
Una... dos... tres flechas fueron las que se dispararon hacia ellos, y la última cumplió su objetivo. El caballo frenó y se desplomó luego de recibir una flecha en su pata delantera; ambos cayeron violentamente al suelo. Un quejido se escuchó por parte del cachorro que Bruno cargaba en su espalda. Inevitablemente, el peso de su amo había caído sobre él.
Olvidando el dolor, los dos chicos se arrastraron rápidamente para esconderse detrás de un árbol.
-¿Estás bien?-
-Creo que mi pierna no lo está- respondió Lía. El dolor era punzante y no podía apoyarla- ¿Y tú?-
-Estoy bien- dijo mientras desenvainaba su espada- Quédate aquí, lo intentaré- La rubia asintió y tomó la daga de su amigo. Se negaban a entregarse tan fácilmente.
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Dones de Guerra #PGP2022
FantasiaEl reino místico de Ederen ha sido azotado con guerras, pobreza y traiciones entre sus gobernantes. El poder de cambio está en manos de los poseedores, personas con un don especial heredado: fuerza, sabiduría, profecía o curación. Pero, ¿estos dones...