Prólogo

30 0 0
                                    


                               Prólogo

Vivir es parecido a nadar por un mar agitado. Da igual lo fuerte que seas, porque siempre va a haber una ola que te vaya a intentar hundir en un vacío del que es muy difícil salir.

Eso lo aprendieron muy bien Gonzalo y Carolina cuando una ola muy fuerte arrasó con todo lo bueno que tenían.

Ella se agarró a la ola intentando llegar a un lugar donde perteneciese, pero cada vez veía más difícil soltarse y salir.

Él la soltó y se hundió en un inmenso vacío del que no sabía cómo escapar.

Lo que no sabían es que a lo mejor no tenían que salir de ese vacío. Tal vez solo tenían que intentar llenarlo. Llenarlo de atardeceres naranjas, de flores secas, de miradas intensas, de canciones y de poemas que expresaban todo lo que ellos tenían miedo de decir.

Y al final, aquella ola de mar, que había aparecido en su vida sin avisar, acabaría hundiendo toda la tierra que fingía darles estabilidad. Pero ya no pasaría nada, porque en ese mar inmenso ellos dos se habían encontrado y juntos habían aprendido a flotar.

Nuestro trozo de marDonde viven las historias. Descúbrelo ahora