- ᴅᴏs: ᴇɴᴄᴜᴇɴᴛʀᴏ -

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— ¿Tienes un cigarro?

Volteó con visible molestia a él quién tenía una media sonrisa en rostro mientras extendía uno de sus brazos. Se detuvo en mitad de la escalera, la mayoría de los alumnos siguió caminando ignorando su presencia, mientras que algunos otros chocaban con intención sus hombros contra ella soltando comentarios como "Quítate", "estorbo". A lo que ella poco importancia le dió.

Era ya algo cotidiano, en su inicio le hacía bajar sus ánimos, pero ahora daba igual si lo hacían, ella estaba cansada y había terminado por rendirse en enfrentarlos, optando por solo hacer que poco le afectaban hasta que se terminó creyendo la mentira.

— No fumo, te equivocaste de persona —. Respondió de mala gana.

Se dió vuelta para bajar las escaleras, el chico nuevo llevo ambas manos a sus bolsillos alzando sus hombros aún manteniendo esa media sonrisa en rostro. Ya no había tanto alumnos por la escalera, la mayoría debía ya estar en las canchas o las filas de la cafetería.

— Hueles a cigarro y todos en el salón piensan que eres fumadora —. Comenta.

Detuvo su caminar, se giró nuevamente a él viendo cómo aún estaba de pie en la cima de las escaleras, subió únicamente dos escalones para reducir la distancia entre ellos, mantenía los labios apretados y su mirada era dura. Creyó que al tratarse del nuevo podría tener una oportunidad de empezar de cero con él, sin embargo, estaba equivocaba, él ya también tenía conocimiento.

Aún así, tampoco es como se pudiera ocultar del todo por mucho tiempo, después de todo, Eunsoh usualmente huele a cigarro, olor que se volvió como propio desde hacía ya un par de meses.

— Nadie me lo dijo, apenas he hablado contigo —. Empezó a explicar bajando de poco los escalones reduciendo la distancia — Tus compañeros tienen muchos pensamientos negativos de ti. ¿Hiciste algo?

Ella suelta un largo y pesado suspiró poniendo los ojos en blanco, se vuelve a dar vuelta para bajar las escaleras, no había nada que podía hacer, no era nadie para darle explicaciones de su actual situación y el origen a su pésima reputación como estudiante. El nuevo pensó como su oportunidad de reiniciarse, pero ahora solo era un molesto chico preguntón.

— Está bien, haré como que no sé nada —. Dijo a sus espaldas.

Eunsoh frenó en seco, girando a él con una clara expresión de sorpresa, sus ojos se hayan muy abiertos, y sus labios algo separados. Mientras que él, sigue con las manos en los bolsillos en una postura relajada, que al percatarse de su confusión y sorpresa, sonríe con ciertos aires de grandeza.

Avanza dejándola atrás, los pasillos se han vaciado. Ella tarda quizás unos instantes en reaccionar, bajando de un salto los tres escalones que le hacían falta para correr y tomarlo del brazo algo brusco haciendo que se detenga.

— ¿Hablé en voz alta? —. Preguntó sin aflojar su agarre.

— No, no lo hiciste, pero es fácil escuchar tus pensamientos —. Comenta en un tono que delata diversión. — Eres fácil de impresionar.

Hace dos parpadeos marcados intentando procesar lo que ha dicho, finalmente lo suelta. Se pasa una mano por su cabello descubriendo su frente. El joven logra notar una cicatriz que parece perderse entre su cuero cabelludo.

— ¿Quién eres?

— Park Jongseong, el estudiante recientemente transferido, pero podrías llamarme Jay —. Sonríe amistoso.

— Sabes perfectamente que no me refería a eso, recuerdo tu nombre, a diferencia de muchos de nuestros compañeros tengo buena memoria con los nombres.

— Tu pregunta está mal formulada.

Eunsoh suspira, desvía la mirada hacia el techo del instituto abre un poco sus labios y su lengua toca la punta de sus dientes frontales una y otra vez.

— ¿Qué eres? —. Suelta finalmente.

Jay saca las manos de sus bolsillos, comienza a arremangar su suéter mostrando su la piel morena de su brazo, no encuentra nada llamativo, así que deja de mirarlo sintiéndose algo decepcionada sin saber el porqué. El joven, hace la misma acción con su otro brazo, una vez que acaba vuelve meter las manos en los bolsillos de su pantalón.

— Eres pésima para recordar rostros —. Comenta él con cierta burla - Pensé que me habías reconocido.

— No te conozco.

Él no responde de inmediato, guarda un rato silencio apoyándose en el barandal de la escalera mirando hacia el piso un tanto pensativo. Eunsoh está frente suyo, uno de sus pies se mueve inquieto esperando impaciente lo que sea que fuera a decir. Los gritos y risas de los alumnos en la cafetería se escuchan de fondo.

Jay se cruza de brazos, vuelve a sonreír de lado volteando a ver su rostro, no hacen contacto visual, ella esquiva constantemente su mirada poniendo su atención en cualquier lugar menos él. Está a media escalera, en el descanso que hay, solo a unos diez escalones de estar en la planta baja.

— Te visitaré en sueños —. Dice finalmente en tono muchísimo más grave a lo usual.

Y antes de que ella pueda replicar o algo, Jay ha brincando el barandal bajando hasta planta baja para perderse entre los alumnos. Dejándola sola con miles de preguntas en mente.

Esa misma noche, Eunsoh vuelve a estar apoyada en el balcón de su recamara, juega con el encendedor mientras lo enciende y apaga, en su otra mano tiene de un cigarro que aún no se anima a prender

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Esa misma noche, Eunsoh vuelve a estar apoyada en el balcón de su recamara, juega con el encendedor mientras lo enciende y apaga, en su otra mano tiene de un cigarro que aún no se anima a prender.

Una lágrima baja por su mejilla, es una noche vacía, sin luna, sin estrellas, solo un extenso manto oscuro sin nada que admirar. Tan vacío, tan sombrío.

Su mano con el cigarro se empuña doblando del objeto hasta hacerlo inservible, y luego lo tira al piso dejando escapar un largo suspiro. No quiere volver a dormir, al menos no por hoy.

No después de haber descubierto que su nuevo compañero de clase efectivamente cumplió con sus palabras al haber entrado en sus sueños causándole solo horror.

Jay era el chico de sus sueños, de una forma tan literal.

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𝐍𝚒𝚗𝚐𝚑𝚖𝚊𝚛𝚎𝚜 𝐈𝚗 𝐏𝚊𝚛𝚊𝚍𝚒𝚜𝚎 || ᒍᴀʏ 𝐏ᴀʀᴋDonde viven las historias. Descúbrelo ahora