𝐍𝚒𝚗𝚐𝚑𝚖𝚊𝚛𝚎𝚜 𝐈𝚗 𝐏𝚊𝚛𝚊𝚍𝚒𝚜𝚎 || ᒍᴀʏ 𝐏ᴀʀᴋ

- ᴅɪᴇᴢ: ᴇʟ ᴘᴀᴛʀᴏ́ɴ ϙᴜᴇ sᴇ ɴɪᴇɢᴀ ᴀ ʀᴏᴍᴘᴇʀ -

"Necesito verte"

No ocupaba más, no hacían falta de mas palabras para saber de quién se trataba, seguía igual que antes, desafortunadamente no ha cambiado; sonrió, un descarado insolente, mentiroso, quiere reír por lo cínico del mensaje, un número desconocido le ha escrito pidiendo verse, conoce el remitente, ha leído el mensaje una y otra vez en la barra de notificaciones desde que ha abordado al metro, vacila entre si abrir y responder, sus dedos juguetean sobre la pantalla del móvil. Ha llegado a su estación, la voz femenina del metro anuncia la llegada, el metro reduce su velocidad hasta parar y las puertas se abren. Baja aun con la mirada pegada al móvil, el metro arranca a sus espaldas; ha abierto el mensaje, no esta decidida en responder.

"Te esperaré a las 8 donde siempre"

Otro mensaje más, su corazón da un vuelco, sus manos tiemblan, sus pupilas oscila entre ambos mensajes, se estremece. Muerde la uña del pulgar con nervios, la estación ha quedado desolada, aun no lo odia lo suficiente, aún duele, las heridas no han sanado, y no quiere sanar, esta en ese limbo de seguir o quedarse. Muerde con fuerza la uña hasta quebrara, jala el trozo de uña y teclea un "Ok" y lo envía. Otra decisión que lamentará en un futuro no muy lejano.

Llegó a casa, saludó a su madre y luego se fue directo a su habitación, puso seguro a la puerta, no se entendía, todo un conjunto de emociones le estaban llegando, no hizo por detenerse a sentir cada una de ellas, sean buenas, sean malas, en su mente solo algo era claro y fue eso en lo que se concentró.

Jeon Jungkook quería verla.

Poca relevancia tiene lo demás. Pasó un largo rato duchándose, exfolió su piel, rasuró sus piernas, inclusive se colocó una mascarilla para el pelo, fue hasta el espejo para colocar esencias en su rostro, deteniéndose abruptamente, se talló los ojos asegurándose de estar viendo bien, con desconcierto palpó su frente, la herida que Sunghoon le curó por la mañana no estaba más, y no era esto lo que le generó extrañeza, la cosa era que parecía no haber estado nunca ahí, nada, ni una costra, ni un rasguño, ni una cicatriz, todo esto era inexistente, como si jamás se le hubiera herido, algo insólito, ya que hasta sangró.

Se desentendió del asunto, ni una inexistente herida le haría detener. Sacó sus serums que no había usado en meses, sus cremas, esencias, se colocó mascarillas masajeó su rostro, tomó su base, pasó la esponja por su cutis, una vez, otra, otra más, coloca blush, una, otra vez, vuelve a la base, pasa el corrector, vuelve al blush, de nuevo la base, más y más.

Las imperfecciones siguen ahí, las manchas, la rojez, las ojeras, no importa cuantas veces pase la esponja, siguen ahí. La esponja vuelve a su cara, cada paso es mas brusco la anterior, maltratando su piel, sus manos tiembla con desesperación, empieza a lagrimear exasperada, aun con todas las capas que se ha dado a sus ojos los defectos siguen visibles. Arroja la esponja con gran furia contra el espejo, en un arrebato de rabia tira todo al suelo.

No importa lo haga, no puede sentirse bonita, solo puede aborrecer lo que en su espejo refleja.

Y después de lamentarse por un largo rato, en donde lloró sin consuelo, buscó el desmaquillante para volver a empezar. Solo corrector, un poco de blush, rizó sus pestañas y no hizo nada más; se vio nuevamente en el reflejo sin ganas, aun siente repudio a lo que ve: piel amarillenta, labios secos, ojos hinchados con bolsas negras bajos ellos a medio cubrir; cepilló su cabello con cierto pesar, aún solloza, solo continua al haber entrado en modo automático. Su mirada fue al encendedor delante suyo tratando de volver a concentrarse, volver a tener rumbo, él siempre ha dicho que era atractiva y deseable, es por él que esta haciendo todo esto, así como también es por él por quien ha llegado a este punto. 

Se colocó un pants grises, un top negro y una sudadera corta a juego con su pants. Tomó su bolso y a escondidas de su mamá salió, camino dos manzanas y luego pidió un taxi, le pasó la dirección, sería un trayecto largo, una hora de camino debido al trafico de esta hora; se recostó apoyando su cabeza en el cristal cerrando sus ojos.