Lunes

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El día comienza con el salir del sol en el horizonte.

Las primeras luces de la mañana se hacen presentes.

El pilar del agua y el pilar insecto, se encontraban juntos, apoyados en el robusto tronco de un árbol; ella mantenía su cabeza sobre el hombro del joven, mientras una ligera mancha de saliva salía de su boca.

Lentamente la mujer abrió los ojos, y luego de un ligero frote en los mismos, esta se levantó despacio para que su acompañante no se golpeara.
Con total serenidad Shinobu observó entre los árboles al recién llegado sol que parecía saludarla con su luz, mientras se estiraba levemente, para después observar a su alrededor, y darse cuenta de que no había nadie, solo estaban ellos dos.

— Tal parece que no medimos el tiempo — pronunció la chica hacia su acompañante, el cual continuaba dormido — Cuando menos me lo esperé, ya me encontraba dormida.
Luego de unos pocos segundos, el rostro de la chica se sonrojó levemente recordando todo lo que había sucedido el día de ayer, su repentino encuentro con el pilar del agua, y los acontecimientos que los llevaron a pasar juntos la noche en medio de un solitario bosque.

Shinobu dejó salir una pequeña sonrisa, para después ponerse de cuclillas frente a Tomioka, y agrandar su sonrisa al ver el rostro del pilar durmiendo plácidamente.

— Sabes, Tomioka -San... Hace tiempo que yo... — la chica hizo una breve pausa, para después continuar — Hace tiempo que yo no había tenido una noche tan plácida, y no fue en una cama, ni siquiera en una casa, fue en un bosque, en el suelo, pero aún así, fue contigo a mi lado.

La chica se calló por un momento, escuchando la respiración del pilar, y al darse cuenta de que seguía dormido, continuó hablando.

— Supongo que el hecho de estar contigo, solos tú y yo, fue suficiente como para volver una noche como aquella la más plácida desde hace bastante tiempo... — hizo una pausa, y tiernamente besó una de las mejillas de Tomioka, dejando más al descubierto su sonrojo — Gracias, Tomioka-San.

Luego de estas palabras, Shinobu se enderezó aún con esa sonrisa y las mejillas rojas, y al darle la espalda a su compañero para seguir observando los rayos del sol y los bellos árboles de aquel bosque, escuchó unas palabras serenas en su espalda.

— De nada — Pronunció aquella voz.

Shinobu, sorprendía, giró su cabeza para poder observar de dónde provenía la voz, y ahí pudo observar a Tomioka, con los ojos abiertos y una sincera sonrisa en el rostro, una que no solía mostrar muy a menudo.

— Gracias a ti, Kochou, por acompañarme durante la noche — pronunció él, manteniendo el mismo tono de voz sereno.

La chica al darse cuenta de que su acompañante había escuchado sus palabras, rápidamente se puso colorada de la vergüenza, y trató de voltear a otro lado.

— ¡N-no se supone que debías haber escuchado nada! — exclamó la chica con vergüenza, aunque luchaba por no demostrarla.

Luego de pocos segundos, el pilar se puso de pie frente a Shinobu, mientras ella seguía tratando de evitar el contacto visual con él; ella podía sentir como se mantenía en el rostro del pilar una sonrisa juguetona, hasta burlona por lo acontecido.

GiyuuShino | La Semana Del Amor  (Kimetsu no yaiba)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora