En ese momento no sabía ni donde meterme, me había chocado contra Lexi, ¡la psicóloga! me levante y la única palabra que me salió por la boca fue:
-¡No tengo tiempo para estudios!
-¿Crees que yo sí?- Esa respuesta se clavó en mi cabeza, no todo giraba a mi alrededor, ella estaba viviendo su vida, aun así salí corriendo.
Las calles estaban abarrotadas incluso entré en un set de rodaje pero no me di cuenta hasta que empezaron todos los actores a cantar y bailar en medio de la carretera <<No necesito un musical ahora necesito a mi psicóloga>> pensé y di media vuelta pero antes de continuar decidí llamarla por teléfono por razones obvias.
¿Lexi?
-Cooper sabes lo que acabas de hacerme , ¿Te das cuenta?, no, claro que no, por eso me llamas, no has sido capaz de ayudarme.
Lexi de verdad lamento mucho......
-Doctora Connors vale, ya no soy tu psicóloga.
En ese momento colgó el teléfono, me pareció muy infantil por su parte, así que me presenté en el despacho.
-Buenas tardes Cooper.
-Hola doctor, ¿Dónde está la señorita Connors?- La verdad odio mucho las formalidades pero me parecía lo correcto.
-Está en su casa-En ese momento me dio la mano para despedirse y al hacerlo dejó una nota con una dirección en ella. Era la dirección de Lexi, no suelo hacer locuras pero en ese momento hice una.
En cuestión de minutos estaba frente a una bonita, pequeña y acogedora casita. Me acerco a la puerta y toco el timbre en pocos minutos me abre una mujer más o menos de mi edad con el pelo castaño, rizado y con unas gafas redondas preciosas, efectivamente se trataba de Lexi.
-¿Qué haces aquí?
-Bueno venía a.......
-¿No me importa cómo has conseguido mi dirección? Mejor que no respondas seguramente habrá sido Richard.
-Lexi, de verdad lo siento pero no sé lo que me pasó, te juro que todo lo que estoy pasando es demasiado difícil y no encuentro la manera para remediarlo.
-Me temo que eso no tiene no tiene solución, lo único que puedes hacer es dejar de criticarte a ti mismo por todo y pasar página.- Allí entendí que no me dejaría pasar pero para mi sorpresa me dijo.- Pasa esta noche te puedes quedar en mi casa, pero será solo una vez.
-Gracias la verdad es que no me apetece ver a nadie.
-Deberías vivir tu vida, estimular tu mente para que se olvide de todos los problemas, como cuando te acuestas con alguien.- Es gracioso que lo mencione puesto que nunca me he acostado con nadie ni nada parecido.
-La verdad es.....
-Vale eres virgen, pues un beso.-La miro con una cara indescifrable- Tampoco te has dado un beso, pues quiero que salgas por esta puerta y le des un beso a tu novia.- La está cagando aún más- O novio o lo que sea pero le agarras de la cabeza y le das un buen beso.
La idea era buena porque después de tres meses y aún no nos hemos dado un beso, Liv piensa que cuando estuvimos en la casa de Paola, Alex y yo nos acostamos pero solamente dormimos juntos y ya.
-Vale lo intentaré- Contesté inmediatamente, Alex me gustaba y mucho, pero nunca había encontrado el momento perfecto para darle un beso y por fin creo que lo he encontrado.
Salí corriendo por la puerta en dirección a donde le había dejado plantado, se me ocurrió que después de haber montado ese numerito llamarle por teléfono.
-Cooper solo quería decirte que sé por lo que estás pasando, y antes de que cuelgues o me mandes a la mierda, por el comentario, estoy fuera de casa de tu padre por si estás aquí.- Es muy mono y así podré matar dos pájaros de un tiro, besaré a Alex y con ello le diré a mi padre que soy gay, deseando que no sea homofóbico.
-Vale Alex, he estado mucho tiempo pensando........
-Deberíamos darnos nuestro primer beso- Dijimos al unísono, fue casi armónico me encanta la complicidad que hay entre nosotros, es algo casi mágico.
-He ido a ver a mi psicóloga y me ha dicho que debo estimular mi mente y se me ha ocurrido darnos un beso, estoy a dos manzanas no te preocupes llego enseguida.
Cuando llegué a la fachada, todo estaba húmedo porque había llovido, era el ambiente perfecto para un chocolate caliente, mantita y peli. Alex estaba guapísimo con sus vaqueros negros, su sudadera gris debajo de su chaquetón negro, su oscuro pelo negro azabache contrastaba con el gris iluminado por la farola de sus ojos, estaba precioso. Sin duda era el día perfecto para darle un beso, por el camino me había tomado tres Halls de menta para que no me oliera mal el aliento. Me acerqué a él pero no lo suficiente, antes de llegar le había escrito a mi padre que iba a volver a casa por lo que seguramente me estará esperando en la puerta. Alex me llevaba media cabeza por lo que o me tendría que poner de puntillas o arrastrarlo hacia mí. Sin decirle nada, le tiré de la sudadera y le di un beso, al principio parecía desconcertado seguramente no estaba preparado, poco a poco empezó a estar más cómodo, era la sensación más placentera de mi vida en ese momento solo sentía felicidad, el me besaba cada vez con más fuerza, no me quería desprender de él, era más bien como una adicción una la cual era la más sana del mundo, lo amaba y él me amaba a mí. Nunca me dijeron como se besaba ni como se paraba lo separé y le miré a los ojos, esos ojos tan fríos y le volví a besar, podría estar así todo el día los trescientos sesenta y cinco días del año. Pero me volví a separar y me acerqué a su oído y le susurré Adiós Rey. Cuando entré a casa mi padre y mi actual madrastra estaban durmiendo por lo que subí a mi habitación y me acosté.
Espero que este nuevo capítulo os guste mucho se lo dedico a @Loraine_21_09 porque me ha apoyado mucho en este proyecto, espero que os entren dudas de esta historia y lo sigáis leyendo.
Adiós:
Connor
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En busca de las estrellas
RomanceCooper es un chico que acaba de terminar bachillerato el cuál vivirá miles de aventuras en la universidad de artes escénicas.