El Ángel Obscuro

La primera misión

Luego de cumplir la misión encomendada por la diosa Artemisa en dónde Odiseo tuvo que abandonar los cielos por tres meses, el ángel mayor se dió cuenta que Ícaro desmejoró considerablemente sus capacidades, y era así, hasta ahora ningún ángel nacido de un humano había podido llegar a transformarse del todo en un ángel completo, solo habían mestizos mitad ángel, mitad humano, que habían llegado tan lejos como combatir al lado de la diosa en una guerra santa, hijo de un celestial y nacido de él, hasta ahora nadie más. En este sentido Odiseo le pidió a la Diosa de la luna le suspendiera las misiones mientras intensificaba el entrenamiento de su discípulo, la diosa estuvo deacuerdo con su ángel favorito, hasta ahora no se había equivocado en nada de lo que hacía, aunque no había tenido tanta suerte con los homínidos, también era cierto que Ícaro tenía toda su atención a parte de su corazón y a eso había que darle una oportunidad.

.- Ícaro... que sucedió?...dentro de poco terminarás el primer ciclo de entrenamiento eres prácticamente un ángel...- El ángel mayor hablaba con su discípulo en su lujoso templo.

Ícaro bajó la mirada.- Yo...no lo sé, estar sin tí fué muy confuso Odiseo, me sentía perdido...y luego ese templo...-

.- Templo?...que templo?...- Odiseo frunció el ceño expentante.

.- Teseo me mostró el templo obscuro...- Ícaro desvío la mirada.

Odiseo gruñó y apretó los puños.- Tú serás diferente a ellos...- Dijo molesto pero a la vez seguro de si mismo, no le había mostrado el templo a su discípulo porque él también tenía miedo de fallar en el fondo, pero no soportaría perder a su amado ángel pelirrojo.

Ícaro lo miró con inseguridad.- cómo estás tan seguro?... Odiseo ningún ángel venido de un humano lo a logrado jamás...-

.- ¡Pero tú si lo conseguirás!...- Gritó con desesperación y miedo en sus ojos.

El querubín bajó la mirada, se levantó y voló hasta dónde estaba su maestro lo abrazó buscando su calor y seguridad, Odiseo tomó el mentón de Ícaro y lo miró a los ojos.- Touma por favor... necesito que estés a mi lado...tienes que ser un ángel completo...- El jóven querubín nubló la mirada.- Yo...no quiero terminar con ellos Odiseo...quiero estar a tu lado para siempre por toda la eternidad.- Respondió casi al punto del llanto, el ángel mayor tomó los labios del menor y los besó con deseo y lujuria, tres meses sin Ícaro lo habían llevado al borde de la desesperación, literalmente le arrancó la ropa del cuerpo dejándolo desnudo y le hizo el amor tan intensamente que no se supo nada de ellos el resto del día.

Odiseo intensificó los entrenamientos de Ícaro, gracias al permiso de su diosa pudo dedicarse totalmente al querubín, no había hora del día en dónde el ángel honorífico estuviera enseñándole o dedicándose totalmente a su amado ángel pelirrojo, desde técnicas celestiales y de lucha, hasta depuración y energía, fueron seis meses de arduo entrenamiento. Tanto fué su dedicación que muchas veces estaban tan agotados que a duras penas podían copular una vez por noche, pero lo hacían aún estando agotados de los entrenamientos se dedicaban amor y cada vez los encuentros eran inesperados e intensos, una de esas veces Odiseo embestía a Ícaro en la orilla de un acantilado con solo levantar su hábitos y vestiduras mientras que el ángel pelirrojo gemía el nombre de su maestro aferrado a las rocas.

El ángel pelirrojo se convirtió en el alma gemela de Odiseo era tan fuerte y diestro como él, Artemisa estaba muy orgullosa del ángel honorífico, había hecho de Ícaro todo un celestial el primer ángel homínido.

El entrenamiento de Ícaro había concluido, y ésto lo definió la ausencia de Odiseo que al completar el entrenamiento del querubín retomó sus misiones, Ícaro se encargó de los cielos olímpicos con tanto afán cómo su maestro, no había diferencia, era tan respetado como el ángel mayor, muy seguro de si mismo, con un poder increíble a pesar del poco tiempo, eso debido a la dedicación y esmero de Odiseo el cuál rindió sus frutos. Pero había una sola cosa que faltaba para ser de Ícaro un ángel completo, las misiones.