2.3

45 9 0
                                    

—¿Este?— Preguntó Sunoo alzando a la pequeña tortuga en sus manos, era un peluche algo grande que podría asustar a Leo así que negó con la cabeza mientras que su novio se alejaba para buscar otro. —¿Qué animal se llevaría bien con un Leopardo? 

Niki sonrió un poco. No era una cita, en realidad nunca tenían citas ya que estas contaban más como una salida normal de amigos, algo que no levantara las sospechas de nadie a su alrededor, sin importar que tan lejos estuvieran de la escuela. Y era un cobarde. Niki era un completo cobarde que no podía solo disfrutar de su noviazgo y ya, no podía disfrutar de Sunoo porque él mismo se lo prohibía, como si no se lo mereciera. ¿Pero quién se merecía a Sunoo? 

Lo miró examinar a cada peluche en la estantería. Claro que le gustaba Sunoo, desde la primera vez que lo vio en el club de baile, antes de eso no lo había notado, despues se enteró que iban a las mismas clases y que este le hablaba todos los días para saludarlo. Y nunca llamó su atención hasta ese día que lo vio bailar, porque la actitud y la disciplina con la que movía su cuerpo fue lo que le cautivó. Y cuando terminó con esa hermosa sonrisa hizo que su corazón latiera emocionado. Ese día no se acercó, no fue capaz de hablarle. 

"¿te gusta bailar?" Sunoo le preguntó la segunda vez que fue a esa aula casi vacía. Niki asintio lo que hizo que Sunoo le sonriera de oreja a oreja y corrigiera su pregunta "¿te gustaría bailar?" 

Sonrió ante el recuerdo y un nuevo peluche se alzó frente a sus ojos. Un tigre lo suficientemente grande como para acompañar a Leo y no hacerlo temer. Lo tomó con ambas manos y lo examinó por varios segundos más para alzar la mirada y asentir. Sunoo sonrió victorioso, ya tenían un compañero adecuado para el leopardo así que solo tenían que pagar e irse. 

—¡Mamá! ¡yo quiero uno así!— Escuchó el grito de un pequeño a su lado y bajó la mirada. Era un niño apuntando a su tigre, sostenía la mano de su madre quien sonreía nerviosamente y asentía. 

—¿podrían decirme donde lo encontraron?— Preguntó la mujer mientras que el niño saltaba con emoción a su lado. 

Miró a Sunoo y este se acercó con una mueca extraña, como si estuviera apenado o preocupado. 

—Era el último en el estante.— Y por lo tanto era el ultimo en venta, así lo marcaba el pequeño letrero. 

—¿ah? ¿ya no hay?— Preguntó el niño desilusionado mientras bajaba la cabeza. 

—Ya...Esta bien, cariño, buscaremos otro.— Consoló la madre con cariño mientras acariciaba su cabeza. 

Niki miró al tigre. No era el peluche más lindo del lugar, habían conejos, cachorros, tortugas, osos...Y ese era el único tigre. Miró al niño quien comenzaba a buscar otro peluche con una mueca triste aun tomado de la mano de su madre, él no hizo berrinche ni lloró, solo se veía triste y pequeño. Niki suspiró. 

—Disculpe.— Llamó a la mujer extendiendo al perezoso. —Puede quedárselo.

Parasito || Sunki   HIATUSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora