Al llegar al hospital me pusieron rapidamente en una camilla y me instalaron en una sala, una sala bastante acogedora ademas, al rato vi ir y venir muchos doctores y enfermeras hasta que vi entrar a uno de los doctores que rondaba por los pasillos y enseguida al entrar cerro la puerta. Era un hombre joven, pero como de 30 años, era bastante normal, aunque en su cara, con una barba dejada de unos dias y su corto pelo rubio, se notaba que adentro habia una buena persona.
-Buenas, he venido a examinarte, no te asustes, solo vengo a ver tus heridas y la gravedad de ellas. -Decia poniendose unos guantes.-
-Emm...-Decia yo un tanto confundido-...Como digas.
-Perfecto.
Tomo una pequeña linterna y empezo a examinar mi pierna, siguiendo por mis manos y por mi cabeza.
-Listo. -Dijo volviendo la linterna a su lugar-
-S-Son muy graves? -Dije muy intrigado pero asustado a la vez-
-Mira...-Se saca los guantes-...En tu pierna tienes una herida un tanto grave, pero solo debes dejar tu pierna descansar unos meses y estaras listo, en cuanto a tus manos debes alegrarte porque no tienes nada grave, incluso yo diria que no tienes casi nada.
Le estaba tomando cariño a este tal doctor, le iba a preguntar su nombre cuando....-
-Niño....Emmm..escuchame un momento, tengo noticias de tus padres..
-Mis Padres?!-Interrumpio-
-Si, Si, pero quiero que me escuches...Tu madre estara bien...tiene algunar heridas graves y los doctores que la atienden creen que sera necesario operarla, pero ten por seguro que esas operaciones si es que salen bien, tendran como seguro resultado a tu madre en perfecto estado.
-Ok...y mi padre?
-Tu padre.....lo siento mucho...tu padre tenia heridas muy graves, era muy poco probable que pudiera vivir con esas heridas...lo siento mucho niño.
No podia ser, mi padre...muerto, empeze a llorar y le dije un tanto agresivo que se fuera al doctor, que al irse me dijo:
-Por cierto, me llamo Damian, Damian Fabrer. Enseguida cerro la puerta y se fue.
Por lo menos sabia su nombre y apellido, por si queria buscarlo y hablar con el.
Era demasiado para mi, lo unico que podia hacer era llorar, vi el reloj de la sala y ya eran las 12 de la tarde, era hora de dormir segun mi madre, la extrañaba mucho, pero ahora iban y venian recuerdos ya un tanto desvanecidos de mi difunto padre.
Me quede pensando por mucho rato, hasta las 1 calculo yo, en eso senti varias pisadas en el pasillo, como cuando recien llege al hospital, me levante con un poco de dolor en la pierna y me dirigi a la puerta, la abri un poco y vi acercarse al doctor Damian, no queria que me viera levantado de mi cama, pero tenia ue hablar con el.
-Doctor...!-Le dije en voz baja.
-Niño? Que haces levantado? -Inmediatamente entro a mi sala-
-Q-Queria hablar con usted.
-Mira, ya es tarde, ademas estoy ocupado, tengo mucho trabajo.
-Queria pedirle perdon por gritarle, no podia creer lo que habia pasado con mi padre.
-No importa, ademas soy doctor y he visto muchas cosas, tu no te preocupes.
-Muchas gracias, por cierto, me llamo Miguel.
-Si lo sabia, solo queria que me lo dijeras tu; Me tengo que ir, mañana hablamos ok?
-Ok, Adios.
-Adios, Buenas noches.
Me sentia mejor, pero aun quedaba esperar a ver como estaba mi madre, al irse el doctor me acoste lentamente por el agitado dia, me tape y al cabo de un par de minutos, incluso menos, me dormí.
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Inexistentes Razones
Mystère / ThrillerEsta historia, es la historia que como muchos jovenes, no consiguen obtener sus respuestas, cuales dejan de lado sin pensar en lo que piensan. Estan ocurriendo demasiadas cosas en la vida de Oscar, pero el sabe, mas o menos, como afrontarlas y al mi...