La primera vez que lo ví no fue en un concierto, sino en el cementerio, parado delante de la tumba de mi hermano con un ramo de flores. Ese extraño me resultaba hipnótico, la energía que transmitía me hacía sentir paz y a la vez como que había algo más. Llevaba una chaqueta de cuero negra con púas de metal en las mangas, un pantalón de jean negro y botas negras que estaban gastadas, su cigarrillo reposaba en sus labios con desdén, no pude detallar bien su rostro por los lentes que llevaba, pero ví que su melena negra que le llegaba a la cintura resplandecía bajo el sol de la tarde, me escondí detrás de un árbol para observarlo mejor. Nunca lo había visto por aquí en todo el tiempo que vine a visitarlo, y me resultaba extraño que de todas las tumbas, justo había ido a visitar a la de Yek. Dejó el ramo en el césped, chocó su puño suavemente en el frío mármol y se fue.
¿Hace cuánto tiempo estuvo viniendo aquí?, ¿también le dejaba flores?, ¿también hablaba con él y se despedía como si fuera un viejo amigo? Esas y muchas preguntas más fluían como un río en mi mente, estaba intrigada por ese extraño de gran estatura y hombros anchos, pero la pregunta más importa era ''¿por qué estaba aquí?''. He visto a varios amigos de Yek venir a visitarlo, pero definitivamente a él nunca lo vi. ¿Tal vez era un compañero de la universidad? No, no tenía sentido porque nadie que no sea muy cercano va a la tumba de alguien a dejarle flores. Una vez que el extraño se alejó lo suficiente, me acerqué a las flores y las olí: tenían un leve perfume amaderado, esa debía ser su colonia. Volví a mirar alrededor buscándolo, pero él ya se había ido. Volví a dejarlas en su lugar, acaricié la lápida con cariño y me senté a hablar con Yek.
—Parece que tenías algunos secretos, idiota —Yek se visualizó ante mí y sólo se encogió de hombros.
—Tal vez ya lo conociste antes y no lo recuerdas, tonta —contestó con una sonrisa ladina, lo miré con curiosidad.
—¿Cómo que lo conocía? —pregunté, se apoyó casualmente sobre su lápida y respondió con su sonrisa aún en su cara.
—No te enojes conmigo, solo digo que deberías intentar recordar —respondió mientras ponía sus manos en alto en señal de que se liberaba de la culpa, eso no tenía sentido para mí, pero cuando le quise contestar, él ya se había ido.
Recordar, ¿eh? Pero estaba cansada de recordar, no quería volver a traer esos recuerdos dolorosos. Sacudí la tierra de mis piernas, acaricié el mármol en despedida y me fuí. Tengo que prepararme esta noche para un concierto, pero eso será después de estudiar. Mi celular sonó con una notificación, lo abrí y leí los mensajes que había en el grupo con los chicos.
Tyler: Beth se va a morir con esta noticia.
Adam: a la mierda, ¿vendrán realmente ellos?
Ryley: nah, debe ser mentira.
Jake: por una mierda POR SUPUESTO LOS MALDITOS DE NEGLIGENCE VAN A VENIR
Yo: voy a ir y ustedes están obligados a ir conmigo.
Escribí y sus reacciones no tardaron en llegar.
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Metal love
RomanceBeth no es una chica cualquiera, creció escuchando metal junto a su hermano mayor Yekun, pero un trágico accidente le arrebata la vida y por fuerza del destino ella sobrevive. El metal lo lleva en su sangre, es su forma de vida, el aire que respira...