—Vea, así de simple, o el profe hace un proyecto o alguna vara así para tener puntos extra o simplemente no paso el curso. Esque me fue como un culo en el examen —dijo Eduardo metiéndose los dedos en el rubio cabello, jalando. Tanto ha sido el estrés del semestre que las pronunciadas entradas, herencia de su familia materna, se notan el doble.
—Es que usted no le pone. Yo le dije que estudiaramos el finde pero usted se fue para el puerto —contesta Johana en tono burlón de superioridad. Con su examen con solo una pregunta errónea en la mochila tiene el ego por los cielos ese día —Yo hice hasta el último ejercicio del manualillo ese que nos mandó. Anoche no dormí ni pío. Espero que apaguen la luz en el bus a ver si duermo alguillo.
—Ya lo hecho, hecho está—contesta Eduaro, no tiene ganas de hablar con Joha del examen. Ella no le dijo su nota, lo que significa que le fue super bien y no quiere hacerlo sentir mal— Apenas pueda me manda las fotos de las respuestas por si el profe da puntos extras por la corrección.
Caminan entre los cientos de estudiantes que asisten a la universidad, muchos se dirigen de regreso a sus casas, otros a ahogar sus dolores entre alcohol barato y fotocopiadoras.
—Hasta que llegue a la casa, Edo ¿Adivine quién no tiene batería?
—Usted es todo un caso. No se ni para qué tiene celular, si siempre lo anda sin cargar ¿Su mamá no se pone histérica si no le avisa cuando se sube al bus?
—Ya le mandé un mensaje. Pri me prestó el cel. Que voy en bus de 8, igual si me deja ese me jodí, porque hoy me toca ir a cuidar a mi abuela, y para allá el de 8 es el último que hay directo de la U. Me da pereza ir hasta allá pero ella ocupa ayuda. Y yo ocupo ganarme una platita, solo me quedan 3 tejas o me voy en ese bus o me toca prostituirme por el ride.
—¿De que juega? Más bien le toca pagar —se burla Eduardo juguetón.
Johana lo empuja en respuesta a la broma. Al girar la cuadra los deslumbra la fila kilométrica del autobús que debe tomar Johana. Ella maldice por lo bajo, Eduardo se disculpa y le propone acompañarla hasta que se suba al bus. Johana se despide y lo apresura a marcharse, no le gusta que Eduardo la trate con cariño, no quiere darle oportunidad a verla como mujer, es mucho más sencilla su vida con él como amigo que como pretendiente. Eduardo se despide con la mano y sigue su camino a las residencias universitarias que alquila a unas cinco cuadras de la universidad. Johana espera no tener que ir a tocarle la puerta para pedirle posada si el bus no tiene suficiente espacio para ella.
Johana cuenta de puntilla la cantidad de personas que hay antes de ella en la fila. Sabe, por experiencia, que el bus tiene una capacidad de cuarenta y cinco asientos y quince personas de pie, veinte si el chofer sabe acomodarlos bien. Hay más de setenta personas en la fila frente a ella. Cuando llega el bus se emociona mucho al ver que varios acompañantes se despiden de sus parejas y se marchan a sus respectivos destinos liberando espacios en la fila del bus. Joha cuenta emocionada que incluso podría encontrar espacio sentada y pegarse esa merecida siesta que tanto necesita. Paga completo sonriendo al conductor de siempre, donde Chepe cree que se llama.
El bus tiene casi todos los asientos ocupados, solo están libres esos donde hay que llevar las piernas contra el pecho porque tienen la protuberancia de la llanta que estorba. Johana suspira resignada, agradece su menuda contextura, se quita el bolso, pide permiso al ocupante del pasillo para pasar y se encoge en el diminuto espacio con el bolso entre las piernas y el pecho.
Apoya la cabeza contra la ventana, años de práctica la hacen quedarse dormida antes que el bus arranque, es un talento natural que desarrollan la gran mayoría de estudiantes universitarios: dormir en el bus. Es como si los choferes fueran cómplices, llevan las luces apagadas, no ponen música y manejan con cautela, es la forma en la que ayudan a los jóvenes a resistir la pesada carga académica y la poca vida social que se tiene estudiando una carrera de educación superior.
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Cuentos de Malas Noches.
Mystery / ThrillerLo más aterrador es que te podría pasar a vos. Esta es una antología de historias cortas de terror y suspenso, inspiradas en eventos cotidianos. Cada capítulo una historia independiente. Pueden dejar en los comentarios sus anécdotas y las publicar...