Unknown|| ZeeNunew|MaxNat ✓

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Nat estaba un grado menor que él, pero aún así se encontraron en los pasillos. Era nuevo en esa selva de humanos que sudaban a montón y tenían las hormonas alborotadas.

Lo primero que le encantó de él fue ese bello hoyuelo que acompañaba su bella sonrisa. Luego notó la mirada que le regalaba a todo el mundo, era tierna, amable y cálida.

No dejando de lado, su cuerpo era hermoso, sobre todo sus muslos. Cuando utilizaba jeans ajustados le era imposible despegar la vista de ese lugar.

Bailaba espectacular, y su canto era hermoso.

No hablaban, puesto que ni siquiera se conocían bien. Nat lo recordaba como el chico de transferencia. Zee si había averiguado un poco de él, por ejemplo, que se llamaba Natasitt Uareksit y tenía diecisiete.

Al parecer había terminado antes la preparatoria. Su carrera era médico auxiliar, el mejor de su clase pese a que era distraído.

Para poder acercarse sin parecer un acosador, Zee se acercó primero a su mejor amigo, Nunew. El chico de cabello castaño entendió con rapidez que era lo que el alto quería.

Trató de advertirle que el pequeño adicto a los unicornios gustaba de alguien más, Zee no le escuchó.

–Hola.—sonrió no tan amplio, según su amigo (el torpe de Jimmy), no era nada atractivo que mostrara su encía.

–Hola.—correspondió el saludó con su bella sonrisa dejando ver su hoyuelo, Zee casi se desploma en el suelo por sobredosis de ternura.

–Él es Zee.—presentó el mayor de los presentes.— Es de intercambio. —Nat asintió.

–Lo sé, estaba perdido el primer día.—rió junto con Nunew, Zee no podía estar más maravillado observándole fijamente.—Me llamo Nat, Natasitt Uareksit.

–ZeePruk Panich. —desde ese día comenzó su obsesión por el pequeño bebé unicornio.

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Sintió como derramaban sobre él un balde de agua fría al escuchar a Nat decir que tenía a alguien que le gustaba. Zee le miró preocupado, habían transcurrido seis meses desde su llegada.

–Traté de decírtelo cuando te lo iba a presentar, pero no me escuchaste. —Nunew se sentía culpable al ver esa cara desilusionada y lastimera del alto.

–¿Sabes quién es?—Nunew negó, sabía pero había jurado a Nat no decirle a nadie.

–Lo quiere tener como un secreto. —fue su respuesta.

El tiempo siguió transcurriendo y sentimientos cálidos fueron brotando del pecho de Nunew hacia el alto rubio, no podía ser cierto.

Zee aún seguía al lado de Nat escuchando sus quejas de como el chico que le gustaba ni le volteaba a mirar, Zee solo asentía sonriente aunque le doliera. Era mejor que no tenerle a su lado, pensaba Zee.

–Deja de hacer esto, Panich. Sólo te estás haciendo daño. —un círculo vicioso se formó.

Zee se preocupaba por Nat quien se preocupaba por Nunew y este último por el primero mencionado.

–¿Sucede algo? —le interrogó Nat al verle decaído.

–No. —sonrió y cambio de tema.

Eran estúpidos corriendo alrededor de un mismo árbol, sin salida, sin escapatoria.

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–Yo sé que no es el momento... —Jungkook jugaba con las mangas de su enorme chaqueta —Pero me... gustas...

Si, tal vez no había escogido el mejor escenario pero aún así la respuesta que escuchó fue impactante.
–Tú también me gustas. —dijo sin más el alto, Nunew le miró con los ojos abiertos a más no poder y las mejillas ardiendo cual tetera.

–¿Ah? —atinó a decir, tal vez estaba escuchando mal. ¿Cierto?

–¿Quieres salir conmigo? —bueno, Zee quería olvidar su obsesión por el pequeño unicornio, como la mayoría le llamaban. Tal vez esta no era la mejor idea, tal vez Nunew saldría lastimado, pero él ya no quería seguir esperanzado en algo que jamás iba a funcionar.

–¿Zee? —el castaño se puso en puntitas y le tocó la frente para después fruncir el ceño.—No tienes fiebre así que no puedes estar alucinando... —el alto rió por su ocurrencia y sin permiso del mayor le plantó un casto beso en los labios, Nunew se apartó tocándose los labios.

–¿Y? ¿Si o no? —acarició la mejilla derecha del más bajo, estaba caliente.

–S-si... —susurró apenado. Zee le abrazó pegándolo a su pecho, temía que todo saliera mal, temía lastimar a Taehyung que poco tenía que ver con su situación. Pero necesitaba olvidar y comenzar otra vez.

Nat jamás se daría cuenta de sus sentimientos.