Llego 10 minutos tarde a mi primera clase, filosofía. Al entrar, casi corriendo, toda la clase se gira hacia mi.
El primer día se nos asignan unos sitios en la clase, durante todo el curso será el mismo, menos en casos excepcionales. Por lo general dejan elegirlos, pero como llegué tarde mis dos amigas, Bea y Siena, ya se habían puesto juntas y el resto de gente también. Eso quiere decir que me sentaré con el que se queda solo, pero en este caso solo soy yo en la mesa, mi compañera ha faltado.
La mañana se pasa demasiado lenta para ser sincera. Pero, por suerte, ya era hora de comer y eso significa cotillear.
– ¿Oísteis lo que pasó entre Héctor y Adara este verano? – pregunta Siena.
– Claro que si, Héctor es un cabrón. Adara lleva 4 años detrás de él, perdonándole todo lo que hace. ¿Ahora se piensa que le va a perdonar serle infiel? – cuenta Bea, aunque desconecté en mitad de la historia.
Antes adoraba hablar de estas cosas, pero ahora se me hace simplemente tedioso. Sobretodo por no poder contárselo a ella...
– Planeta llamando a Eda. – llama mi atención Bea –¿Tú qué opinas?
– Eeeh claro claro, Héctor es un capullo. Es obvio que Adara se merece algo mejor.
La conversación sigue en la misma línea durante toda la comida.
Suena el timbre del final de la comida, así que ya puedo irme sin dar excusas.
– ¡Eda espera! – grita Siena a mi espalda.
Oh no, Eda escapa.
Bueno, acabáis de conocer mi subconsciente, aunque no lo parezca, es majo.
– ¿Qué pasa?
Siena no lo digas, por favor, déjame irme.
– ¿Quieres venir a mi casa? Ya sabes, antes de la fiesta de inicio de curso.
Lo sabía Eda, te avisé, deberías haber escapado. ¿Cómo piensas solucionar esto?
Vale, vale, no hay problema. Se cómo salir de esta.
– No puedo chicas, ojalá. Pero me toca cuidar de mi hermano pequeño toda la tarde – respondo con seguridad.
– Venga Eda, no seas aburrida. Tiene 9 años, ya debería saber cuidarse el solo – me contesta Siena.
Estará de broma ¿no?
Shh cállate.
– Siena déjala, si no puede, no puede – me defiende Bea, mientras me guiña un ojo.
Bea sabe que de vez en cuando necesito momentos para mi, por eso me suele ayudar a escaquearme de ciertos planes.
– Lo siento Siena, pero estaré sin falta en la fiesta.
– Eso espero, irá todo el mundo – me dice Siena con cierto rencor, suele molestarse cuando no se sale con la suya.
Me despido de ellas y me marcho.
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¡Pero bueno! ¿Qué opináis de las amigas de Eda? ¿Tendrán importancia para la historia? Aún está por ver, pero lo que está claro es que la historia va avanzando.
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Simplemente yo
Teen FictionDesde la muerte de mi madre todo se había vuelto oscuro, nada era lo mismo. Es verdad que ya habían pasado 2 años, y todo el mundo volvía a estar como siempre, pero para mi era imposible. O eso pensaba, hasta que en aquella cafetería conocí a mi luz...