Beatriz Gadea

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No entendía a la gente, no comprendía porqué era tratada de ese modo por solo salvarle la vida al hijo de su patrón. Hacía ya horas que había dejado de luchar, perdió las esperanzas de poder salvarse, ella no quería ser una heroína solo deseaba con todas sus fuerzas salvar la vida a ese muchacho de una manera desinteresada, su único pecado fue ceder ante sus sentimientos altruistas; Ahora ella se volvería una víctima más que sentiría las llamas de una hoguera bajo la palabra de Dios. La depresión consumía profundamente a la chica, tanto que sus extremidades dejaron de funcionar, su brillo en los ojos había desaparecido y su respiración iba en disminución era como si su cuerpo se preparara para morir antes de lo indicado, incluso era como si su alma le abriera los brazos a la madre muerte.

"Bruja" "bruja" gritaba el pueblo entre antorchas y trinches, sus oídos estaban deseosos por escuchar los gritos de la muchacha pidiendo desesperadamente por compasión la cual jamás llegaría, la multitud eran gatos y ella era una polilla herida tratando de escapar de sus garras cuando en realidad hace parte de su diversión.

-Beatriz Gadea: acusada de brujería por sanar mediante pociones y hechizos la enfermedad del hijo del Señor Webstern, dueño del pueblo. Los médicos dijeron que era una enfermedad incurable, que solo Dios y sus ángeles podrían salvarlo, pero usted mediante el esoterismo logró ese imposible milagro ¿tienes algo que decirnos? – ella se reusaba a hablar, no quería dar ninguna explicación a alguien que al final la asesinaría de todos modos, no valía la pena perder sus pocos minutos de vida en él.

- ¡El diablo le quitó la lengua, ese fue el precio por curar al niño! Si le entregó la lengua debió entregarle otras partes de su cuerpo explicando su soltería a su edad, esa mujer es culpable de hechicería, amárrenla a la hoguera para liberar su alma de ese cuerpo maldito y repulsivo. – dos hombres la tomaron de sus brazos para arrastrarla, Beatriz solo dejaba llevarse por ellos, solo deseaba que ese sufrimiento fuera momentáneo para luego ir a un mejor lugar.

Durante ese proceso ella jamás abrió los ojos, le repudiaba le idea de verle los ojos a las personas que alguna vez ayudó con sus plantas y medicinas, ninguno habló a favor de ella, ninguno la defendió, ninguno comentó que también fue salvado bajo sus manos; estos pensamientos la atormentaban en sus últimos segundos, ella solo quería pensar en los buenos momentos que pasó en su pueblo con la gente que quería y apreciaba. Entre esas emociones de ira y desprecio finalmente logró empatizar un poco por ellos, su gente vivía en un lugar apresado por el miedo, era entendible que guardaran silencio para proteger sus vidas y las de sus familias, incluso era algo hipócrita de su parte pedir ayuda cuando ella tampoco lo hizo en el momento que otras mujeres ocuparon el lugar donde ella estaba.

Dispuesta a decir algo abrió un poco sus ojos junto a su boca solo que ningún sonido salió de sus labios, aún en el fondo deseaba mantener el silencio.

- ¡Que arda la amante de Satanás!- las antorchas que sostenían los hombres descendieron lentamente hasta llegar al heno que cubría la base de la leña lista a arder. Las llamas rápidamente fueron creciendo, devorando cada fragmento de los elementos que estaban bajo la chica; Beatriz, aceptando su destino mantuvo sus ojos cerrados con la cabeza en alto esperando que el fuego consumiera su carne.

El calor ya estaba en sus pies rozándola y segundos después sus extremidades inferiores sintieron el cruel abrazo infernal que el fuego le proporcionaba, sentía mil agujas penetrando su piel lentamente, el dolor era indescriptible, ella solo podía gritar y llorar, si tan solo la hubieran matado de una forma más rápida y libre de dolor. La carne de su cuerpo ardía en llamas hasta desprenderse de ella, no faltó mucho hasta que las llamas llegaron a su cabeza, ahí ella dejó de gritar, su garganta había perdido fuerzas y la mayoría de sus órganos estaban totalmente calcinados, ahora solo era un cuerpo negro y arrugado.

-Nos salvamos de una maldición, volvamos- los aldeanos satisfechos por la cacería voltearon para volver a sus casas, no quería esperar por completo a que el cuerpo ardiera por tanto tiempo, pero de la nada apareció un chico joven elegante, tenía dos colores de cabello y una expresión seria.

-¿Tú quién eres?- preguntó el verdugo.

-Soy el mejor amigo de la chica que acaban de calcinar, no les perdonaré por lo que hicieron- las llamas que abrazaban a la muchacha se alejaron de ella para ir a las casas de madera y leña, ahora ellas eran las que ardían

- A dormir- los ojos del chico se iluminaron por un par de segundos hipnotizando a todo el pueblo para así obedecerlo. Los pueblerinos cayeron al suelo totalmente profundos sin pensar que las llamas ahora llegarían a ellos.

El vampiro se dio una vuelta para abrazar el cuerpo quemado de su amiga, había llegado tarde, no había nada que podía hacer.

-Ahg- una pequeña bocanada de aire le llamó la atención, ella seguía viva.

- ¡Aguanta unos segundos más! ¡Te salvaré! - abrió su boca para morder con profundidad su muñeca dejando caer la sangre de ella sobre la boca de la muchacha - Funciona... Funciona... - susurraba para sí mismo. Shoto no se equivocó, la piel de la joven empezó a recuperarse por completo, sus órganos volvieron a crecer y su larga cabellera apareció como si nada hubiera pasado.

- ¿ah? - con los ojos llenos de lágrimas Shoto la abrazó con fuerzas, la había salvado.

-Casi te pierdo, perdón por no llegar a tiempo, debes odiarme-

-Sí, te odio- respondió con una sonrisa algo burlona, ella no hablaba en serio. - Gracias por salvarme, no quería morir-

-No lo volverás a hacer... Yo te transforma, no había otro modo-

- ¿No importa, aprenderé a sobrellevarlo, de cierto modo volví a nacer verdad? -

-Bueno es un modo de verlo, siempre tan positiva- comentó sonriendo.

-Entonces quiero cambiarme el nombre, no seré más Beatriz Gadea, ahora solo seré Cateline- su amigo asintió con una mirada dulce.

-Es un lindo nombre-

El tiempo pasó tan rápido a su lado, Cat se volvió su sirvienta sin dejar de ser su amiga, desde hace tiempo ellos se volvieron cercanos, pero ahora su secreto los unía más, aunque en realidad ella sufría algunas veces, en el fondo de su corazón ella deseaba dejar de ser vampiro; sin embargo, ella no quería morir, le tenía miedo a la muerte. No fue hasta pasados unos años que encontró una manera de ser algo inmortal, ella debía entregarle su espíritu a un animal del bosque para obtener su forma y ventajas, ella hizo un pacto con el espíritu de un venado obtenido a cambio su habilidad de salir al sol y el de percepción, de este modo podría proteger a Shoto durante lo que quede de vida.


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Holaaaa aquí su fantasma favorito, esta vez sí estoy dispuesta a finalizarlo así que les doy permiso de regañarme :( 

Estoy trabajando en el siguiente capítulo así que espero tenerlo para la otra semana,  sin más que decir nos vemos :D

Tu vampiro (Todomomo. Todoroki x Momo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora