Comenzó la clase la mirada del profesor era helada y penetrante, mientras habla caminaba de izquierda a derecha y viceversa. En ciertos momentos depositaba su mirada por largo tiempo en mis ojos y solo me dedicaba a bajar la vista.
-¿Emma?- escuche a lo lejos y alce la vista.
-¿Qué…que sucede?- pregunte asustada.
-señorita Pallmer ¿esta poniendo atención?- la mirada de todos estaba sobre mi y su voz varonil y acusadora me quitaba el habla.
-yo…yo…- no podía ni hablar, era el primer día y este señor o lo que sea la trae contra mi.
-Mi pregunta fue directa ¿esta o no esta poniendo atención?- volvió a preguntar.
-Yo…Disculpe no volverá a suceder- me sentía humillada, se escuchaban unas cuantas risas y se veían otros rostros de preocupación ¿Quién demonios se cree este idiota?
-Hágame el favor de salir, y eso va para todos ¡NO QUIERO A NADIE EN CALIDAD DE BULTO!- sentí ganas de matarlo.
-Ya me disculpe- dije mientras apretaba los dientes.
-Lo escuche, ahora salga y deje de interrumpir la clase- tome mis cosas y Salí.
¿Qué mierda les sucede a los maestros hoy en día? Pienso que el sueldo va de acuerdo a como le arruinen la vida a los alumnos –Por favor denle un cheque por 1 millón de pesos, gracias- maldito. Bueno si la pienso bien tenia motivos para enojarse, en primera por que me caí sobre Él y el que se llevo el golpe pues fue el, segundo llegue tarde e interrumpiendo la clase y para colmo estaba distraída y no ponía atención.
Necesito romper la tención, quizás sea necesario pedirle una disculpa porque no quiero que todo esto me afecte. Ya era hora de salir de la clase, mire como todos comenzaban a salir poco a poco y decidí entrar una vez vacio el salón de clases.
-Necesitamos hablar- ni siquiera me digne a peguntar, solo lo afirme.
-No tengo tiempo, estoy ocupado Emma- comenzó a guardar sus papeles en la mochila.
-Perdón- dije lo más bajo que pude.
-¿Disculpa, que dijiste?- tenía una maldita sonrisa en el rostro, se estaba burlando de mí.
-Lo que dije, no quiero repetirlo- me cruce de brazos y lo mire fríamente.
-No te escuche- se colgó la mochila y comenzó a caminar hacia la puerta.
Justo cuando iba a salir se freno al escucharme –Que lo siento, lamento haber chocado con usted, tirarlo, llegar tarde y no ponerle atención, pero no puedo lamentar que sea un imbécil- casi grite de lo irritada que estaba.
-Cuidado como me hablas, sigo siendo tu maestro- sonrió –tranquila ya lo hiciste, yo no creo en las disculpas, no sirven solo pedimos disculpas para tratar de aliviar nuestras culpas pero el daño ni una palabra nos lo borra, y jamás lo hará- sonrió con autosuficiencia y me guiño un ojo.
-Creo que se esta tomando esto muy apecho, son tonterías por lo que se molesta ¿Ya esta grande para estas tonterías no cree? – esta boca un día me meterá en problemas.
-¿Perdón?- pregunto alzando una ceje y poniéndose cerca de mi. –en primera jamás dije estar molesto, segundo respeta a tu profesor- sonrió coquetamente – y tercero no soy tan grande- se carcajeo aunque ni la gracia le mire a eso.
-de acuerdo. Pienso que comenzamos con el pie izquierdo, y queramos o no nos veremos un largo tiempo, que le parece si hacemos el intento por tratarnos bien, lo invito a comer y arreglamos los conflictos o como se le llame a esta “tención mutua”, ¿de acuerdo?- sonreí con nerviosismo.
Después de un largo silencio por fin se digno a contestar-No creo que se me tenga permitido- comenzó a reír de nuevo o mas bien a burlarse de nuevo. –Soy tu profesor y no se puede-
De nuevo me sentía una completa imbécil, deberían de darle un premio por hacerme sentir la persona mas estúpida del mundo -denle su segundo cheque por favor- espero que ahora por una suma mas grande, de paso mándenle una lista de los lugares donde puede ir a comprarse un corazón y un cerebro –maldito imbécil- quisiera darle con mi mochila hasta que le sangre su hermosa cara.
-Gracias he… me quedo claro- respondí con todo el sarcasmo que podía- me siento como una idiota, bueno ¡TU! Me haces sentir así…- tome mis cosas y comencé a caminar enojada a la salida.
-Una cena- dijo de pronto mientras me hacia detenerme a centímetros de salir del salón- Una cena Emma, concédeme el honor de invitarte una cena y una disculpa- Me gire para verlo y tenia una sonrisa, no como la de antes una sonrisa tranquila y sin duda eso rojo en sus mejillas era que estaba sonrojado así que…. ¿Ahora es Él quien se siente mal?
Sonreí victoriosa-Disculpe guapo- me acerque a el y tome su barbilla con mi mano poniendo a centímetros nuestros rostros -No creo que se me tenga permitido- giñe un ojo- Soy tu alumna- se me salió una sonrisa de burla –Nos vemos mañana PRO-FE-SOR- Salí del aula sonriendo como una niña chiquita.
Sin duda esto me iba a salir caro, el era el profesor, tenia un carácter de los mil demonios y para colmo lo había rechazado y dejado con la palabra en la boca –querida Emma prepárate para reprobar- pero si el quería jugar yo no podía quedarme atrás -veamos hasta que punto llegamos PROFESOR- susurre mientras caminaba a mi siguiente clase.
Era la hora de la cenar y como siempre “La familia perfecta” estaba en la mesa y la “MALQUERIDA” en la sala comiendo y viendo mis amados Simpson.
-Emma deja de ver esa basura y vente a comer con nosotros- comenzó a fastidiar.
Rechine los dientes apague el televisor, tome mi plato y fui directo a caminar hacia la cocina para subir a mi cuarto-Uno: No es basura, Dos: Prefiero comer sola que mal acompañada, Tres: Creo que estas feliz comiendo con TU maldita familia, Cuatro: No quiero estar ni un puto momento cerca de ti, ¿Quieras que siga enumerando-Respondí con desprecio y con los ojos llenos de lagrimas.
Sentí algo caliente y doloroso en mi mejilla –alguien me había golpeado- justo cuando abrí los ojos mire a Sebastián frente a mi rojo de la ira. Tenia jodidamente ganas de romperle la cara a patadas y cuando mis instintos salieron e iba a tirarme a golpearlo Brooke me detuvo jalando mi brazo y con fuerza haciéndome tropezar y caer al suelo.
-Eres una malcriada, súbete ya a tu cuarto y deja de molestar- No lo puedo creer ¿Pero que demonios le pasa a esta cosa que dice ser mi madre? Su estúpido novio me pega y esta lo defiende debe de estar jodidamente loca.
-Eres una maldita perra, ¡LO PREFIERES QUE A MI!, siempre ha sido así, preferiste dejarme con mi papa y cada noche anhelando que volvieras y tu feliz de la vida criando unos hijos que no son tuyos, dándole de comer a un maldito mantenido que solo quiere nuestro dinero porque ni siquiera alguien tan bajo y ruin como este puede sentir algo por una basura como tu en cambio tu maldita hija que solo buscaba un beso de buenas noches al dormir ni eso pudiste hacer, eres una maldita y tu un perro mantenido, ¡SON UNA PUTA BASURA!- dije mientras apuntaba a los dos.
-A mi no me vas a volver hablar así perra- Otro golpe se deposito en la misma mejilla y de pronto todo se oscureció para mi.