Creepyspastas Y Tu (Lemmon!)

The Puppeteer

–Un día más de trabajo, un día menos para recibir la paga.–Dije para mi misma, mientras que me recostaba sobre el mesón, agotada. Llevaba todo el día sin hacer absolutamente nada, de verdad, ¡Nada!

Pero ya hablando en serio, ¿¡A que clase de niños en su sano juicio les gustaría llevar unos muñecos tan feos, deformes, antiguos y para mas remate apestosos!?. Ni Annbelle es tan horrible como las muñecas de esta tienda, además ni, el vertedero de basura debía oler tan mal. Pareciera que habían ratas muertas en algun rincon. Cada día me sentía observada, como si los muñecos tubieran vida propia y su misión sea atormentar a cualquiera que entre en la tienda solo por estar ahí. La mayoría eran tipo titeres y estaban echos de madera, pero también por su parte habían de porcelana, y una que otra de tela. En fin, el material no es el problema, sino la impresión que dan al verlos, algunos parecen bebés reales. He visto por las vitrinas que los niños salen corriendo o lloran al ver las que estaban en exposición. Otro ríen porque, bueno, son feas y dan risa, ¡Pero no ese el punto!

En un comenzó, cuando llegué a trabajar me dio algo de nervios estar siquiera fuera de la tienda, pero sin importar eso, necesitaba el trabajo, o más bien, el dinero. Eso fue en un inicio, con el paso de los días me fui acostumbrando y ahora puedo recorrer toda la tienda sin problema, aunque, habían un sector al cual no se me permitía ir. El sótano, donde se supone habían repuestos de muñecos en caso de algún incidente. El dueño me ordenaba anotar en una hoja lo que sería necesario, y simplemente dejarla sobre el escritorio antes de irme. Al día siguiente los muñecos estaban reparados, como si nada les hubiera pasado. Y hablando del dueño, ¡En mi puta vida lo he visto! Solo me envía mensajes de vez en cuando y me deposita el dinero de cada mes, nada más. A veces pensaba que quizás viva en el sótano, pero nunca he oído ruidos durante el día, y al irme por la tarde ni siquiera se ven luces por aquel lugar. Es escalofriante, pero prefería no pensar en ello ahora.

Estaban dando las 18:53 pm y ya era hora de cerrar y ordenar antes de irme a casa. Me puse de pie para comenzar con el orden, barriendo y limpiando con un plumero los estantes con polvo. A todo esto, la tienda era una casa vieja de madera, por lo que se acumulaba muchísima suciedad de la nada. Parecía nido de ratas y arañas si no se limpiaba por la mañana y por la tarde. Cuando estaba listos el aseo, me dispuse a llevar los útiles de limpieza al armario, pero en el camino iba distraída, y pasé a empujar una caja que permanecía junto a uno de los estantes tras el mesón. ¿Cómo no la había visto?. Dejé todo ahí mismo y me agache para recoger lo poco que se había dispersado en el suelo. Me di cuenta que eran repuestos de muñecos, como tuercas, hilos, pintura, piezas de madera, etc. Seguramente al dueño se le habrá olvidado aquí.

Mire la puerta que daba al sótano, la cual estaba junto al armario de útiles, pensando si sería buena idea bajar a dejar quella caja. No quería enojar al jefe, pero... ¿Se molestaría si le hago un favor? Quizás, sea mi oportunidad de conocerlo. Tomé la caja y abrí lentamente la puerta del sótano, encendiendo la luz para poder ver mejor. Apenas alumbraba, las escaleras eran viejas y apenas se podía ver el final de estas. Trague saliva pesadamente mientras que pensaba nuevamente si sería buena idea, pero me ganaba más la curiosidad por bajar a ver que había realmente en ese lugar.

Comencé a bajar por las escaleras, mientras qué miraba por donde pisaba, teniendo cuidado de no irme de frente y caer. Cuando menos lo esperaba escuché un fuerte portazo provenir de la puerta por la que acababa de entrar, y en un descuido, terminé tropezando, cayendo sentada sobre el siguiente escalón, y resbalando por los siguientes hasta llegar al final. La caja se soltó de mis manos y caí de cara al frío piso de cemento, haciendo que suelte un pequeño quejido, buscando la forma de levantarme. Al alzar la cabeza, noté que si había luz, aunque era una de color amarillo muy sutil. Casi no podía ver nada, pero debía recoger los repuestos de la caja antes de ponerme de pie, ya que podría romperlos.