La mirada de su hermano era tan fría y penetrante, pareciera como si aquél joven demonio que solo seguía ordenes de su padre hubiera vuelta, sin embargo, aquel solamente suspiro cansado para luego sentarse al lado de la diosa, sin mucho interés se recargo en el espaldar y miro al techo.
El rubio comenzaba a desesperarse por el silencio de su hermano, sabía que escondía algo, quizás no solo lo atormentaría a el si no a todas aquellas personas que estuvieran involucradas, el sabia y presentía que su amada tenia algo que ver, algo mas profundo y peligroso que el pelinegro intentaba mantener ocultado.
—La información que yo tengo no es tan diferente ha la de Elizabeth, lo que la diferencia son ciertos detalles que ella no menciono.
El ceño de aquel comenzaba a fruncirse fulminado ha la diosa con la mirada, para luego centrar su atención en su hermano.
—Después de que fue asesinada por Sahara, que supondré que no has olvidado ha la hermana mayor de Elizabeth, ha _____ se le otorgo el mandato de liberar a los supervivientes de su raza, de este modo liberaría del sello a su madre y soldados, quienes cobraría venganza por la traición de las sirenas y el ataque de las diosas.- La mirada del menor de los demonios viajo al suelo.
>>Durante mas de 4,000 años _____ ha tenido que reencarnar constantemente para cumplir la orden de la corona, algo que incluso ella misma se negaba ha hacer para evitar otra Guerra, sin embargo, suponiendo que las sirenas se han alejado de el fondo de el mar donde deberían vivir, prefiriendo vivir en orillas y arrecifes, las bestias que habitan el mar han sido liberadas por fin, la Reina Atenea debió ser liberada de su prisión y junto a ella sus soldados mas fuertes.
—Tu sabias que ella estaba viva aun, y aun así jamás me lo dijiste.-El enojo del joven demonio crecía, pues su hermano sabia que el tenia razón y aun así jamás lo ayudo a encontrarla.
El pelinegro se levanto en silencio, su mirada era fría e insensible, camino a la salida donde se detuvo y por el rabillo de el ojo vio a su hermano mayor.
—Se aproximan las Trompetas del Fin hermano, y ya no pueden ser pospuestas por mas tiempo, tendrás que elegir un bando. No cuentes con que siga tus pasos Meliodas, ya no puedes huir de lo inevitable.- Sin mas su joven hermano salió de aquel laboratorio dejando un aura incomoda en el lugar.
El rubio salió igualmente del lugar con una ira incontrolable, el sabia ha que se refería, sabia perfectamente la razón de la frialdad de su hermano, pero aun así no estaba listo, o realmente no quería aceptarlo.
Porque sabia que tendría que dejarla ir, que no podría tener una familia a su lado, porque la perdería, porque ella moriría, porque el día en que el dejara de amarla para convertirse en el Rey demonio el alma de ella moriría.
Maldecía el día en que ella sin pensarlo, sin importarle si ella perdería en aquel sucio juego del amor, sabiendo las consecuencias, le había entregado su vida, su alma y su ser a un monstruo, maldecía no haberla detenido en su momento y ceder ante su codicioso deseo de tenerla solo para el.
Ella lo amaba incondicionalmente y el a ella, sin embargo, el día en que el tomara su lugar en el mundo como la deidad que es, tendría que dejarla de amar asesinando sus emociones y matando el corazón que ella le entrego, pero mientras el pudiera evitarlo, lo seguiría asiendo, la protegería de todos los males hasta el fin de los tiempos, así el tuviera que ser torturado eternamente.
No permitiría que se la quitaran, así tuviera que matar a todo el que estuviera frente a él después de todo era un demonio, sus acciones estaban justificadas ¿no? Quien fuera el enemigo de su amada, seria su enemigo.
La cabeza del mayor de los demonios estaba llena de incógnitas, llevaba largas horas sentado en una de las muchas mesas de la taberna, con el mismo tarro de cerveza que sirvió al llegar, aquel se encontraba medio lleno y medió vacío.
Pensaba en tantas cosas y a la vez en nada, pero la que mas rondaba en sus pensamientos era la de encontrar una manera de poder estar con ella sin mas interrupciones o problemas; una que no implicará seguir posponiendo su coronación y no tener que llevarla a cabo.
Una persona, que el conocía bien pues sus carmín y su platinado cabello lo delataban, se había sentado frente a el observándolo en silencio.
—¿Cuánto mas piensas estar aquí sentado Capitán?-Su esmeralda mirada lo observo unos segundos en silencio.
—Yo…-No sabia que contestar, no podía darle una de sus alegras sonrisas, no tenia las fuerzas para nada.
—¿Sigues pensando en ella no capitán?-El rubio solamente asintió a su pregunta.—Se que la encontraremos Capi, solo ten fe en ella y sus acciones.
El no lo comprendía, nadie lo hacía, sin embargo, todos intentaban ayudarlo con su problema, poniendo sus vidas en riesgo solo por el y una chica a la que no conocían del todo.
Gloxinia y Drole quizás lo sabían, o simplemente también eran víctimas de aquel amor condenado, ellos habían muerto sin poder despedirse de su adorada amiga nereida el le había arrebatado todo a ella pero aun asi lo seguía amando, porque para ella no era un monstruo, como todos creían, sabia que todos le temían en lo mas profundo de sus corazones, temían de su maldad y oscuridad, pero aun así ella seguía amándolo el no podía simplemente dejar que todas aquellas personas que murieron, siendo gigante o humano, por ayudarlo perecieran sin justicia, después de todo ella ablandó sus fríos corazones.
Tenia en claro cual era su decisión y ahora no se detendría hasta lograrlo, poco a poco una sonrisa llena de confianza había adornado su rostro tomando por sorpresa a su compañero y amigo.
—Lo se Ban, y no me detendré hasta darle la vida que ella merece.
Haciendo que por fin el demonio se levantara de su asiento y comenzara a ayudar en los quehaceres de la taberna, por fin había recuperado el animo en su tan triste y problemática mente.
Continuara…
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Orgullo - [Meliodas x Lectora] #2
FanfictionSu alegre risa inundó el lugar, sus ojos se encontraron, sus corazones latieron, sus lagrimas se derramaron, después de tanto tiempo el habia ido por ella, abrazándola con deseo y alegre lloraba en su pecho. -Pequeño, ¿Te encuentras bien?. -Te extra...