Si bien el demonio adoraba a la joven de azabaches cabellos tenia responsabilidades por delante; especialmente encontrar al siguiente pecado capital, siendo este el orgullo. Entre el y sus compañeros buscaron sin descanso en aquel pueblo de mala reputación, divididos en tres grupos aunque ninguno tuvo buena suerte en tan exhaustivo día.
Sabiendo así el demonio que no podía simplemente rendirse en aquel lugar después de todo era la única pista que tenia para encontrar al orgullo, agregando que las personas se escondían en sus hogares al verlos y sumando que después tendría que encontrar a su querida y adorada amada.
Por fin y después de tanto trabajo el líder de los pecados decidió tomar un descanso en uno de los muchos restaurantes/bares, siendo este escogido por los demás integrantes, bajo la atenta mirada de los constantes bandidos que los observaban desde la lejanía o oscuridad, procurando que los pecados no cometieran algún fallo o simplemente decidieran sacarlos a todos del pueblo.
Aunque poco les importaba aquello en esos momentos, estaban mas cansados y hambrientos como para combatir los crímenes; con tranquilidad ingresaron a el local recibiendo así miradas de los comensales, quienes comenzaban a murmurar rumores o cosas de ellos, sin mucha importancia a aquellos comentarios tomaron asiendo en una mesa, esperando ser atendidos por alguna mesera.
En su espera y tranquila charla entre amigos y colegas alguien se acercaba dispuesto a tomar su orden, ya que pocas meseras querían tener que atenderlos, a excepción aquella persona, un silencio abrumador lleno el lugar, aquella mujer era observada por los clientes, el sonido de sus tacones golpeando la dura madera o su ropa demasiado provocadora delineando cada parte de su cuerpo llamaba demasiado la atención.
La mirada de los pecados fue a parar en ella, su bella melena de color azabache; sus confusos y tormentosos ojos grises o su inconfundible piel de porcelana, fue lo que mas llamo la atención de los pecados, el demonio instantáneamente la miro atónito quedando en shock al verla frente a el.
—¿Y bien que van a pedir?-Su voz fue como música para el demonio, quien sin pensarlo mucho se lanzo a sus brazos tomando por sorpresa a la joven.
—¿Disculpa te encuentras bien?-los sollozo del demonio se hizo presente, no solo tomándola por sorpresa sino también desconcertándola, realmente eran ellos los siete pecados capitales sus posibles salvadores, pero porque el sollozaba.
La joven torpemente consolando al demonio quién se aferraba aterrado hacia ella, temía que escapara de sus brazos una vez mas, lentamente sintió pequeñas palmaditas en su cabeza por parte de ella, un pequeña punzada atravesó su corazón al solo imaginar aquéllos ojos verdes llorar.
—Disculpa mi imprudencia pero, ¿Qué le sucede a su amigo?-Su pregunta tomo por sorpresa al alvino de ojos rojos que aun no terminaba de procesar el echo de tenerla frente a ellos.
—{No te vallas…por favor…}-Los débiles susurros y deseos del demonio alertaron a la azabache quien lo abrazo de manera protectora, confundida por el comportamiento del extraño hacia ella.
Algunos minutos mas tarde la joven fue alejada del rubio quien aturdido observando al causante de aquello, siendo este un hombre de apariencia robusta, con signos de estar borracho, sumando a esto el apestoso hedor que su cuerpo emanaba, lo que mas molesto al demonio fue el echo que el hombre y dueño del local tomaba de manera posesiva a su mujer.
—Disculpa niño, se que la mesera es bella y sexy.- aquel lleno de morbo puso su mano en el trasero de la joven y lo presiono sin cuidado.— Pero no permitiré que su atención sea acaparada por un mocoso.
La rabia, impotencia y la ira aumentaba exponencialmente en el demonio, por otro lado la joven comenzaba sentir un asco rotundo al hombre quien descaradamente la había comenzado a manosear, provocado de este modo que intentara alejarse de él; ganándose la atención de todos los comensales.
—¡Suélteme maldito pervertido!-su grito lleno el lugar, siendo así que por fin el demonio actuó jalándola de una de sus manos, de este modo la muchacha caería a sus brazos y sin ninguna pisca de piedad en su mirada el demonio desenvainó su espada y apunto al hombre.
—¡Aleje sus sucias manos de mi mujer!-Su voz al igual que su semblante era frio y tenebroso, no había piedad en su mirada, una carcajada burlona escapo de los labios del viejo quien se burlaba de la autoridad del dragón de la ira.
—¿Y que harás, atacarme con tu espada de juguete? No me hagas reír y deja que haga su trabajo.- En cuestión se segundos y sin darle tiempo a los pecado a detenerlo el demonio partió por la mitad al hombre, haciendo así que todas las personas del lugar escapara aterrorizados.
—Nadie volverá a tocar a mi mujer.- La joven miraba atónita el suceso, de cierto modo estaba aliviada que aquel hombre abusador estuviera muerto y de algún otro modo se sentía segura en brazos del demonio.
—¿Qui...quien eres tu?-Un tartamudeo torpe escapo de sus labios, el demonio por fin la miro, la rabia aun era mucha en su mirada, sin pensarlo mucho comenzó a jalar a la muchacha a la salida, siendo seguido por los demás pecados quienes estaban aterrorizados por la reacción del demonio, caminaba y jalaba a la joven a su taberna, la marca demoniaca predominaba en su rostro, no había manera de detener su ira acumulada.
Sin cuidado alguno lanzo a la joven al suelo, su semblante demostraba cuanto intentaba controlar la ira que desesperadamente luchaba por escapar, la joven impresionada por la fuerza y el cambio tan repentino de personalidad del demonio se levantaría torpemente, observando a los demás compañeros del demonios.
—¡¿Como te atreves a permitir que otro hombre te ponga una mano encima?!- La joven confundida por la posesividad y los celos del demonio se sostuvo a una de las paredes de madera.—¡Y así una cualquiera como tu se hace llamar mi muj..
El golpe sordo de la palma de la mano de la joven golpeando la mejilla del demonio inundo el lugar, no solo tomando a el dragón de la ira por sorpresa sino también a sus compañeros los cuales estaba sorprendidos por el atrevimiento de la joven.
—¡Que nunca mas en tu maldita vida se te ocurra volver a llamarme así!- La joven sin pensárselo mucho demostraba autoridad y firmeza en sus palabras, había poco arrepentimiento en su mirada.— ¡Porque ni una pisca de derecho tienes para decirlo cuando tu te acostaste con Elizabeth!
Las lagrimas de la joven comenzaron a caer rápidamente, los recuerdos insanos y poco amables llegaban a su mente, de este modo rápido y desesperado empujo al demonio haciéndolo tambalearse y obteniendo una pequeña manera de escapar de aquel escenario poco agradable; el dragón de la ira llevo con cuidado su mano a aquella mejilla afectada, la ira descuidada que crecía en su pecho rápidamente se extinguió, su marca demoniaca despareció al mismo tiempo que su rabia contenida.
En cuestión de segundos las lagrimas llegaron a sus ojos, mirando así el suelo, sintiéndose de una manera impotente y deprimente, la diosa que veía aquello en silencio bajo la mirada al darse cuenta que de ninguna u otra manera tendría oportunidad contra el amor que él le tenía a la Nereida, pues el solo pensaría el ella; el menor de los hermanos demonio al contrario que los demás espectadores el salió en la búsqueda de la nereida quien se encontraba a algunos metros de la taberna arrodillada llorando.
En silencio se acercó a ella y la abrazo dejando que la misma se desahogara en el, gritos de ira y impotencia contenida habían sido liberados por parte de la Nereida en el pecho del menor de los demonios, sus lágrimas y sollozos eran imposibles de detener, era impresionante la manera en que había contenido tanto dolor durante tantos años, la joven se aferraba desesperadamente al pecho de el, no quería siquiera recordar que mas tarde tendría que hablar con el mayor de los demonio.
—¡¿Por qué Zeldris?! ¡¿Qué tiene ella que no tengo yo?!- Sus preguntas y desesperados deseaos rompían el corazón del menor, quien jamás olvidaría que había sido ella quien cuido de el desde que era un niño.Continuara...
De este modo agrego que lamento haber desaparecido, pero tuve un bloqueo artístico muy grande como podrán ver, pero ya éstoy aquí con mas drama que antes, asi que disfrútenlo mientras puedan.
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Orgullo - [Meliodas x Lectora] #2
FanficSu alegre risa inundó el lugar, sus ojos se encontraron, sus corazones latieron, sus lagrimas se derramaron, después de tanto tiempo el habia ido por ella, abrazándola con deseo y alegre lloraba en su pecho. -Pequeño, ¿Te encuentras bien?. -Te extra...