7. Junta

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Narra México.

Nadie de la familia me dirigió la palabra desde ese día.
Apenas habían pasado dos semanas pero eso no quitaba el hecho de que no era normal que mi familia evitara tener contacto conmigo, y era de entenderse, provoqué, sin querer, una escena.

Arruiné un día especial para Arge e hice molestar a Chile, y aunque nada de eso fue mi intención, seguía siendo culpa mía.

El tema no me dejó descansar bien por las noches, pero tenía que dejarlo atrás, ese día podría disculparme.

Iba en un vuelo camino a Alemania, la junta mensual de ONU se daría en la ciudad de Berlín; era obvio que todos estarían allí, así que probablemente lo mejor era disculparme en persona.

Pasaron horas antes de llegar al aeropuerto y luego otros treinta minutos en taxi para el punto de reunión, un gran edificio.

Me aseguré de llegar temprano para poder ver cuándo mi familia llegara, así que cuando entré y busqué mi asiento no habían nada más que unos diez countrys, todos orientales por lo que no me digné a saludar, pues no los conocía.

Como perro guardián, estuve vigilando la entrada de la sala con gran atención y al primero que ví llegar, fue a España junto a su pareja.

Rápidamente me levanté y me acerqué para saludarlo, no parecía molesto ni nada, actuó como siempre.

Pero cuando le pregunté a cerca de mis hermanos, Arge y Chile, su semblante cambió.
—Mira hijo —me dijo—, no sé muy bien que pasó pero, es mejor que les un tiempo a Chile, lo ví un poco desilusionado desde entonces; y con Argi, sí deberías pedir una disculpa.

—Gracias pa —respondí—, voy a esperar a que lleguen.
Sin más, volví a mi lugar y tomé asiento para reflexionar.

Parece que a Chile sí le afectó que conviviera con Ale; supongo que él solo quería pasar tiempo a su lado, pero intervine y ocupé su lugar en la mesa, además de que acepté bailar con él… supongo que los buenos amigos no se traicionan y yo le fallé por mis propios intereses.

Suspiré y dejé caer mi rostro en la mesita frente a mí; no sé que hubiera preferido, si pasar una noche mega incómoda junto a ONU o hacer un desastre, como pasó.

Levanté la cabeza y miré la entrada de la sala, ví a Chile junto a mis hermanos, Perú y Colombia, se veía serio, algo raro en él.

A los pocos minutos, entró Argentina con su esposo, ahí sí decidí por levantarme e ir a saludarlo, obviamente no me recibió con mucho afecto.

—Idiota —me insultó una vez que su alfa se fue—, la única cosa que te pedí fue que no hicieras una escena, pero ahí vas, como si te hubiera pagado  por hacerlo.

—Perdón, lo siento no fue mi intención —traté de disculparme—, hice enfadar a Chile y la cagué, perdón.

—Pues ni diez mil perdones van darme lindos recuerdos de mi boda —respondió—, pero está bien, acepto tu disculpa.

—Gracias —sonreí y lo abracé, no importaba cuan amargado podría ser Arge, iba a contar con él.

—Sí, si, ya —decía—. Chile no me contó nada —cambió de tema—, ¿Tan malo fue?

Lo miré de frente, la verdad no sabía que decir porque no sabía cuánto significaba Ale para Chile, pero no podía quedarme callado.
—Herí sus sentimientos —le dije—, podría decirse que lo traicioné después de que me diera su confianza —eso fue lo que pasó, recordé que él me había confesado su inseguridad por ser un beta.

—Dejalo tranquilo por ahora —agregó—, lo noté raro los últimos días, quizá necesita espacio —y colocó su brazo en mi hombro.

Sonreí.
—Gracias Argentina —lo apapaché una última vez y luego me retiré para ir a mi asiento, extrañamente, Alemania estaba sentado al lado del mío.

Estocolmo (Countryhumans • Alemania • México) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora