Capítulo 18.

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Me levanté y sentí que mi cabeza iba a explotar. ¿Por qué había bebido tanto? No recordaba absolutamente nada de lo que había pasado anoche. Dios, odiaba cuando llegaba a este punto. Sentí la respiración de alguien a mi lado. ¿Habré llamado a una chica ayer? Maldita sea, odio no recordar nada. Me acerqué a ella y..

¿Savannah? ¿Qué..? ¿Qué hace ella aquí? Oh Dios, soy hombre muerto. Ryan me va a aniquilar. Tenía tantas preguntas en mi cabeza. No entiendo. Oh Dios, espero no haber dicho nada comprometedor ayer.

-Savannah... -Dije sobando su cabeza mientras veía lo tranquila que se veía durmiendo. Ella estaba de lado y algunos mechones tapaban su cara. Parecía un ángel. No quería despertarla, era feliz sabiendo que ella estaba durmiendo tranquilamente en mi sofá.

Ella se levantó exaltada y me miró.

-¡Oh por Dios, me quedé dormida! -Dijo mientras se levantaba y recogía su bolso que estaba en el suelo. -Lo siento mucho Lucas.

-Espera, ¿qué haces aquí? No recuerdo nada. -Ella se volvió a sentar en el sofá. Suspiró.

-Estaba preocupada por ti, Lucas. Ayer cuando viné.. Dios, estabas demasiado borracho. -¿Por qué Savannah tuvo que verme así? Cuando estoy borracho soy insoportable. Por Dios, parece ser que Savannah nunca tendrá una buena imagen de mí.

-Savannah, ¿entre tú y yo pasó algo? -Ella se sonrojó y al darse cuenta tapó su cara.

-Oh, ¡no, no, no! -Repetía ella una y otra vez. Yo reí a carcajadas.

-Sólo estaba bromeando. Hubieras visto tu cara. -Dije mientras seguía riendo.

-Eres un idiota.

-Tu hermano me va a hacer pedazos.

-Oh, no. Tranquilo. Ayer le envié un mensaje diciéndole que probablemente llegaría tarde a casa porque estaba con Danielle. Le enviaré un mensaje diciéndole que me quedé dormida y que ahora voy a casa. -Mientras ella hacía eso, no pude evitar hacer preguntas.

-Espera, ¿Por qué tenías en mente que te quedarías hasta tarde aquí? -Dije y ella se puso mucho más nerviosa.

-Pensé que teníamos muchas cosas de qué hablar. -No entendía absolutamente nada.

-¿Cómo qué? -Dije acomodándome en mi asiento.

-Tú.. ¿Qué te pasa últimamente? -Analicé mi comportamiento los últimos días. Probablemente ella hablaba del episodio de ayer.

-Si es por lo de ayer, perdón, ¿sí? Acababa de salir de una pelea y no me sentía del todo bien.

-¿Por qué peleaste con él?

-Savannah, ya detente con las preguntas. -Dije seco, ella se quedó callada.

-Vamos, te llevaré a casa. -Dije parándome pero ella se quedó ahí. Ni siquiera se movió.

-Estoy hablando contigo. -Dije frío. No sé por qué estoy actuando así, probablemente sea porque la chica que más deseo está en mi casa y nunca podré llamarla mía.

-¿Qué te pasa? -Volvió a preguntar. Tú eres lo que pasa, maldita niñata. Ese es el problema. Siempre lo serás.

-Vamos Savannah, ¿qué mierda te importa lo que me pasa o deja de pasar? -Es irónico. La estaba tratando lo mal, y lo acepto. Pero por dentro lo único que quería era besarla.

-Tú.. Me importas. -Dijo ella lo suficiente nerviosa. Analicé sus palabras. ¿Yo? ¿En qué sentido exactamente? Las esperanzas que había perdido hace días volvieron.

Eres Mía, PequeñaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora