14

384 57 7
                                    

Cuando Lan Jingyi y Lan Sizhui abrieron nuevamente los ojos, después de desvanecerse con el suave viento como una brisa de otoño, lo primero que sintieron fue el mareo, aquel que queda después de una aparición progresiva, inminente, luego, cuando sus sentidos estaban lo suficientemente claros y estables, hasta el punto de sentir que ya no caerían si daban un paso al frente, abrieron los ojos. 

Lo primero que vieron, fue al contrario, parados a solo unos dos centímetros de distancia, tan cerca que  el aliento del contrario chocaba contra sus labios, casi como susurros cosquillosos portando un mensaje intimo; el primero en reaccionar fue, sin duda, Lan Jingyi, dando un paso atrás poniendo distancia con su mejor amigo, casi como si su mínimo roce fuera una bomba de tiempo para él, Lan Sizhui, que hasta  ese momento estaba desconcentrado por la cercanía tan intima, se reincorporo hasta quedar perfectamente recto, luego, suavemente aclaro su garganta, moviendo de forma lenta, su manzana de Adán, casi por un momento, llegando a lo pecaminoso, siendo visto únicamente por Lan Jingyi, quien avergonzado, aparto su mirada del blanco y suave cuello de su amigo. 

-Jingyi, que bueno que te encuentro, ¿Pudiste hablar con el líder Jiang? - Preguntó pasando suavemente su lengua por sus labios, casi como una invitación silenciosa para besarlos. 

- Lo hice - contesto centrando su mirada en los ojos del contrario - fue difícil, al principio no creía, pero de alguna manera lo convencí, ¿Qué tal tu?, ¿Pudiste hablar con tu padre? - 

- mm - la respuesta vibro en su garganta, casi similar a su padre - hable con papá, pero aun no hablo con padre, creo, seria mejor hacerlo juntos, en vista de que ya estamos acá, y será mas rápido -

- ¿Crees que nos creerán? - 

- No lo se, pero padre y tío sabrán ver más allá de las palabras - 

Por un momento Jingyi lo miro, casi atravesando su alma, sus labios temblaron y se fruncieron en una línea recta, un acto que hacia siempre que estaba nervioso, entonces, como si cargara con un gran peso preguntó.  

- Sizhui, llegamos tarde, ¿Verdad? - 

El contrario no respondió, no hacia falta, porqué su mirada era tan clara que incluso alguien como Lan Jingyi, que lo conocía desde varios años atrás, podía darse  cuenta lo que quería expresar. 

Se quedaron en silencio, no incomodo, claro que no, porque para ellos no existía tal cosa como la incomodidad, viviendo toda una vida juntos, ya habían superado la etapa de vergüenza, así que tomaron un momento, recordando, añorando, aquellos días donde no debían preocuparse más allá de no romper las reglas de su clan, por terminar una casería nocturna con éxito, y por su puesto, asegurarse de vivir experiencias que los formaran como individuos ante una sociedad cerrada. 

Así que si, se tomaran un momento, porque estaban seguros de que no podrían volver a obtener algo como esto en mucho tiempo. 

- A-Yuan - se escucho el suave susurro de Jingyi en toda la habitación - El líder Jiang, dijo que no todas las familias eran cálidas, y que la suya dolía - Lan Sizhui observo a su amigo fijamente, diciéndole, indirectamente, que continuara con su relato - él dijo que seria mi familia y yo seria la de él - soltó un suspiro tembloroso, casi como un sollozo, Sizhui solo podía ver como la expresión de su amigo se contraía, sus cejas definidas y hermosas, se fruncían, su mirada se oscurecía y su boca formo una sonrisa que no era ni la mitad de brillante de lo que alguna vez fue - es gracioso, ¿Sabes?, como esas palabras fueron tan... Me recordó a las ultimas palabras que mi madre me dijo - su mirada se suavizo, como recordando un hermoso momento de antaño - Yi-gege, A-Niang y A-Die te aman, mucho, estamos muy orgullosos de ti, cariño, no lo olvides - una lagrima resbalo por la mejilla de Jingyi - Fueron sus ultimas palabras antes de que la mataran - 

EL RENACER DE LOS HÉROESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora