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De: Harry_Styles@Styles.Jewelry.com

Fecha: 2008, 6 de agosto, 08:36 hrs.

A: Bambolina@formitore.it

Asunto: Contrato matrimonial, condiciones prematrimoniales... Ad Nauseam

Jamás te pregunté si habías estado involucrada románticamente con otra persona. En caso de que sea afirmativo...

Condición nº 5: Los dos respetaremos nuestros votos durante el tiempo que dure nuestro matrimonio.

H.

De: Bambolina@formitore.it

Fecha: 2008, 6 de agosto, 17:45 hrs.

A: Harry_Styles@Styles.Jewelry.com

Asunto: Contrato matrimonial, condiciones prematrimoniales. .. Ad Nauseam

Oh, Harry. Permite que te tranquilice. En la actualidad, no tengo ninguna relación. ¿Y tú? Tu quinta condición no es necesaria. Yo jamás engañaría a mi marido, aunque sólo sea un marido nominal. Así que no debes preocuparte al respecto ni tener un ataque de celos masculinos.

____

De: Harry_Styles@Styles.Jewelry.com

Fecha: 2008, 6 de agosto, 08:49 hrs.

A: Bambolina@formitore.it

Asunto: Contrato matrimonial, condiciones prematrimoniales... Ad Nauseam

No, yo tampoco mantengo ninguna relación. Y para aclararte algo, no soy celoso. No forma parte de mi naturaleza.

H.

—Hablo en serio, ____ —dijo el hombre—. Vas a tener que hacer algunos cambios o esto no funcionará. Ya te he dicho lo que quiero y tú te niegas a dármelo.

—No lo entiendes, Aaron. No puedo. No soy yo.

El hombre dirigió una mirada en dirección de Harry y la expresión casual se tornó curiosa cuando éste se detuvo junto a la mesa de ellos. Su esposa lo miró y la alarma creció en sus ojos, cada vez más abiertos.

—¿Harry? ¿Qué haces aquí?

Para su alivio, logró darle una respuesta civilizada.

—Estoy comiendo con Sev —mantuvo la vista clavada en el acompañante de ella—. Harry Styles. Soy el marido de ____.

El hombre se puso de pie y le ofreció la mano.

—Aaron Talbot. Soy... —____ movió imperceptiblemente la cabeza y tras una fugaz vacilación, continuó—: Soy un viejo amigo de la familia. Mi padre y la abuela de ____ se conocen desde hace mucho.

Si Sev no hubiera elegido ese momento para acercarse, Harry no tuvo ninguna duda de que habría hecho o dicho algo con lo que habría disfrutado mucho a corto plazo pero que habría terminado por lamentar con el tiempo.

—Hola, ____. Me alegro de verte —saludó a su cuñada con una sonrisa distante. Apoyó una mano pesada en el hombro de Harry—. Nos han servido el almuerzo. Vienes, ¿verdad?

Harry centró la atención en su esposa.

—Hasta luego —prometió.

Controlado, regresó a la mesa. Sev llamó a la camarera, que un momento más tarde apareció con una copa de Jack Daniel's. La dejó delante de Sev, quien luego la empujó hacia su hermano.

—Bebe. Luego repíteme que no crees en el Infierno.

—Mi reacción es perfectamente lógica —le espetó Harry.

El Infierno 04Donde viven las historias. Descúbrelo ahora