Jesper llevaba un tiempo sintiéndose frustrado sexualmente, Klaus por su edad no podía complacerlo como él quería así que Jesper decidió buscar una solución.
No lo entendía, no entendía porqué se sentía así, se había despertado por qué no soportaba el calor. En un principio pensó que solo debía destaparse, pero después el calor aumentó, se quitó su camisa y nada, se quitó el pantalón y nada, no entendía porqué si afuera estaba nevando el sentía tanto calor.
Veía a Jesper él cuál estaba dormido, él parecía no tener calor en absoluto, al contrario parecía estarse acurrucando más en las cobijas. El calor solo aumentaba al verlo, por primera vez en años Klaus sentía algo más allá del amor, deseo.
Veía a Jesper y sentía ganas de desnudarlo, de tomarlo y dominarlo, de hacerlo gemir y gritar su nombre ahogado en placer. Pero no debía, seguramente estaba enfermo con algún tipo de fiebre o algo así, entonces ¿Por qué se estaba acercando a Jesper?.
.......
Jesper comenzó a sentir algo húmedo en su cuello, le costaba trabajo despertar debido a lo cómodo que estaba, pero lentamente la humedad en su cuello fue aumentando hasta que abrió los ojos. Su sorpresa fue enorme al ver lo que estaba pasando, ¡Kluaus estaba sobre él! ¡Semidesnudo! ¡Besándole el cuello de manera apasionada!.
No lo podía creer, hace unas horas el mismo hombre le había dicho que estaba muy cansado como para siquiera masturbarlo y ahora pareciera que había sido llenado de lujuria con una máquina de excitación y deseo.
–¡Klaus! ¡¿Qué haces?!–
– Jesper... No- no sé que me pasa – dijo Klaus entre besos.
Jesper iba a hablar cuando Klaus atrapó su pezón, un fuerte y largo gemido se escuchó por toda la habitación y eso solo encendió a Klaus aún más, dejó de importarle lo que le pasaba, él quería a Jesper y solo había una forma de calmar lo que sentía.
– Jesper...–
– ¡Ha! ¡Klaus! – Jesper gemía al sentir a Klaus mordisquear su pezón.
– Jesper, voy a hacerlo... Necesito estar dentro de ti– dijo levantándose y mirándolo a los ojos.
Ante esto Jesper abrió los ojos como platos, ver a Klaus en ropa interior y con una gran erección además de una expresión de extrema lujuria lo intimidó. Fue en ese momento recordó la pastilla, MALDITO BARQUERO AHORA KLAUS ESTABA FUERA DE CONTROL Y TODO POR SU CULPA.
–Klaus, amor... Sé que estás deseoso pero podemos calmarnos y pensar que... – dijo Jesper muerto de miedo.
– ¿No quieres hacerlo? – preguntó Klaus inclinándose para estar a centímetros de su rostro.
– B-bueno... – tartamudeo.
–¿No quieres hacerlo conmigo?– dijo antes de plantarle un pequeño beso en los labios.
Jesper sintió su corazón acelerarse, no pudo resistir más y se abalanzó hacía Klaus, finalmente tenía lo que quería. Ambos podrían unirse por fin. Comenzaron a besarse de manera apasionada, Klaus fue bajando los besos nuevamente hasta llegar a esos rozados y esponjosos pezones, volvió a chuparlos haciendo que Jesper gimiera y se retorciera.
Poco a poco fue bajando hasta que llegó a su cintura, Klaus bajó sus calzoncillos y vió ese pequeño pene que ya conocía, sin pensarlo dos veces se agachó y comenzó a lamer ese lugar.
– ¡Ah! ¡Klaus, espera! ¡Mgh! –
Klaus usaba su lengua de manera maestra, Jesper estaba enloqueciendo, su lengua se sentía y se movía muy bien. Rato después Jesper ya estaba duro, Klaus sonrió al ver ese pene levantado y mojado, pero ahora le prestaría más atención a otro lugar. Bajó su mirada y vió ese agujero rosado que también ya conocía, sin pensarlo se inclinó y repartió besos y lamidas por ese lugar.
– Mmmmmj – gimió Jesper – KLAUS ESTO ES MUY RARO–
– Pero puedo ver qué te encanta, ¿O no Amor?– preguntó Klaus mirándolo de manera pícara.
El cartero no dijo nada, claro que le gustaba esto, Klaus humedeció muy bien su agujero y cuando menos lo pensó sintió algo rozar su entrada.
– ¡KLAUS! ¡ESPERA, ESPERA, ESPERA!–
Klaus se detuvo, se deleitó con lo que sus ojos veían, a Jesper desnudo, erecto y sonrojado. Se inclinó para estar cerca de él y dejó besos por su cara.
– Tranquilo, lo haré despacio –
Jesper lo miró con miedo pero al final asintió, llevaba mucho tiempo queriendo esto y no se iba a echar para atrás solo por un poco demasiado de tamaño en la virilidad de su pareja. Klaus se posicionó para introducirse en Jesper, éste solo cerró los ojos esperando la introducción. Cuando la punta entró Jesper abrió por completo sus ojos y soltó otro sonoro gemido, pero ésta vez fue uno muchísimo más agudo.
–¡AAAHHH!–
Al momento se sintió muy avergonzado, ese gemido casi parecía de mujer, pero Klaus solo le sonrió ya que ese gemido solo logró encenderlo más. Lentamente fue metiendo el resto de su miembro y mientras más entraba más agudos eran los gemidos del cartero, finalmente entró por completo.
– Dios mío... Te tengo dentro... – dijo Jesper con la respiración agitada.
– Estás apretado, amor – dijo Klaus.
Se quedaron así un rato para que Jesper se acostumbrara, hasta que poco a poco y de manera lenta comenzaron a moverse, el choque de sus pieles producía un sonido obsceno pero a ninguno le importaba. Jesper se sentía en las nubes, finalmente su sueño se hacía realidad, estaba desnudo y danzando con la persona que amaba, uniéndose a él en cuerpo, alma y corazón.
– Más, más rápido – pidió.
Klaus obedeció y comenzó a embestirlo más rápido y de manera más brusca, Jesper casi gritaba por el placer, sus manos tomaron y apretaron las sábanas, realmente se sentía como el paraíso. Embestida tras embestida Jesper sintió que moría, estaba a punto de venirse cuando Klaus tomó su pene u lo apretó, esto fue el colmo y un enorme chorro de semen salió como proyectil.
– ¡AAHG! ¡KLAAAUUS! – Gimió.
Un par de embestidas más y Jesper sintió su interior lleno, más lleno de lo que ya estaba, Klaus soltó un largo suspiro u se dejó caer en la cama, estaba exausto.
– Dios, no recordaba que fuera tan increíble y agotador – dijo.
– ¡Claro que fue increíble! – dijo Jesper abrazándolo – ¡Me hiciste tuyo!.
Klaus sonrió ante esto, había sido muy raro pero el calor en su cuerpo se fue al haber hecho suyo a Jesper.
– Si, fue increíble... Te amo–
– También te amo –
Ambos se acurrucaron, se daban besos cariñosos y repetían los te amo, así fue hasta que se quedaron dormidos.
Fin.
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