Día 2 Sin ti

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Hola chicos, les prometí que regresaría pronto.

El final está cada vez más cerca, espero disfruten este capitulo que aunque es breve, resolverá un par de preguntas.

POV SOFIA

Pasó un mes desde que regresé del viaje, y después de no soltar una sola lágrima los primeros 5 días, ahora no paro de llorar. Me ha costado tanto entender la decisión que tomé, que ni siquiera me permito revisar sus redes sociales, o mirar alguna de las fotos

que le tomé. Mi rendimiento en el trabajo ha disminuido también y aunque mi jefe no me ha hecho algún comentario al respecto, sé que no tardará.

Andy actualizó de todo a César, y entre los dos buscan múltiples maneras de distraerme, hoy por fin les acepté un plan, con la única condición de que fuera en mi departamento, y ellos conformándose aceptaron.

Decidimos hacer una tarde de películas, y por supuesto "nada de románticas o comedias románticas" les indiqué. Llegaron con una caja de cervezas y muchas golosinas. Y la tarde comenzó, vimos al menos 4 películas y al término de cada una, tomábamos un descanso para platicar. Al caer la noche, decidimos sólo comer y conversar.

- ¿Has pensado en lo que te dije? – Dijo Andrea directamente.

- ¿Qué de todo? – Contesté un poco fastidiada. César sólo nos miraba.

- Pues ya que decidiste no hacer algo al respecto, al menos intenta salir de esto. – Dijo una vez más.

- Lo estoy intentando, hoy acepté verlos. – Dije sin ánimos.

- Sofía, no seas ridícula, aceptaste esto para ver si dejamos de molestar. – Fue el turno de César de quejarse.

La conversación siguió en forma de círculo, por cada sugerencia yo daba un pretexto hasta que no hubo más que decir. Terminamos de cenar y fue hora de irse a casa. Me ayudaron a recoger las cosas y yo me fui a la cocina a limpiar lo que quedaba. En un minuto sentí la presencia de alguien junto a mí.

- Mira, sé que ya he dicho mucho y de muchas formas. – Dijo Andy cansada. – Pero no puedo verte así y sentirme tranquila, - tragó saliva. - Toma. – Me extendió una tarjeta.

- ¿Una psicóloga? – Dije atónita, ¿tan mal me veo?

- Sí, es muy buena, hace un par de años fui con ella... cuando sucedió. Por favor, dale una oportunidad. – Dijo con esperanza.

- Andy... - No sabía qué decir.

- Dime que lo pensarás al menos.

- Está bien, lo pensaré. – Dije esto y sentí los brazos de Andy sobre mi cuello.

- Adiós. – Dijo al salir de la cocina.

- Adiós nena. – Escuché a César.

La sugerencia de Andrea me dejó pensando, ¿Tan mal me veo? Sé que no lo estoy, es decir, sí estoy devastada pero no al grado de... Dios, pobre Andy, debe estar muy preocupada. Hace tres años perdió a su hermana, se quitó la vida. Fue algo muy duro para ella y por ese motivo pidió ayuda. Al recibir su tarjeta pude notar el miedo que pasa por su cabeza y aunque yo sé que no llegaría a ese punto, ella no lo sabe. Así que en un esfuerzo por tranquilizarla, decido que sí pensaré en su sugerencia.

Pasa una semana entera y acepto ir, cuando le cuento a Andy de mi decisión sus ojos se iluminan y sé que al menos ya logré algo bueno. Mi primer sesión fue extraña, pero la terapeuta me agradó mucho así que decido continuar.

Después de algunas sesiones el impacto comenzaba a ser tan importante, que decido renunciar, pienso en Raven y sus palabras "¿Por qué crees que no eres tan buena?" y tenía razón, sin embargo, era momento de comenzar a actuar, la fotografía era mi verdadera pasión.

Poco a poco me di cuenta que decirle que no a Raven, fue el resultado de muchas cosas que no estaban bien conmigo, y que al final, tomé la decisión correcta pues no estaba lista, si hubiera aceptado las cosas habrían salido mal, la habría lastimado yo a ella con mis inseguridades, hoy afortunadamente estoy trabajando en ellas.

Han pasado dos meses y decido salir a un bar con los chicos, Andy nos presenta a su nuevo novio, un chico que conoció por una app, y sorprendentemente César sigue con su entrenador. La pasamos muy bien, pero no puedo evitar sentirme sola, a pesar de que me sentía cómoda, y feliz por ellos, mis pensamientos viajaron a ella, a Raven. ¿Qué estará haciendo? ¿Pensará en mí?.

Decido abrir mi galería con todas las fotos que tenía de ella y vuelvo a sentirme pérdida en sus ojos, en su cara, en su cuerpo. "Vaya suerte" pienso al reconocer todo lo que vivimos. Abro su contacto y por un segundo pienso en escribirle, el miedo me invade y decido que no será hoy.

Voy a Instagram, mi red favorita desde que renuncié, y decido subir una fotografía de ella, cada foto que he subido representa una forma de sentirme y hoy... me siento completamente suya. Pienso en un par de descripciones, pero al final elijo no escribir nada. Doy click en "publicar". Y sigo conversando con mis amigos, tranquila de por fin aceptar mis sentimientos.

- Entonces le dije a esa estúpida "Te pago por respeto, no porque lo merezcas" – Contaba César y todos soltábamos a reír.

- Un día te vetarán de algún lugar, amor. – Dijo su novio.

- De mi apartamento por ejemplo. – Soltó Andy.

- Y del mí... ¿QUÉ? – Me interrumpí al mirar la notificación en mi teléfono.

- ¿Qué sucede? – Preguntó Andy, mientras me miraba levantarme de la mesa.

"Vete a la mierda, Sofía." Leo una y otra vez. Le molestó mi publicación... pero ¿Por qué? Mi corazón comienza a acelerarse cuando veo que la única manera de arreglar ese mal entendido es llamarle para explicarle.

Agarro todo el valor que tengo y comienzo a escribir su número. Suena y llega al buzón. Marco una vez más y sucede lo mismo. Repito y no toma la llamada.

"Contesta por favor Raven" – Digo en voz alta.

7 días para enamorarme de tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora